La doctora Gladys Ramirez-Wrease creció soñando con hacer de su comunidad un lugar mejor. Sus sueños se han hecho realidad mientras se desempeña como decana Asociada de Academia y Éxito Estudiantil en Esperanza College of Eastern University. Los sueños de su juventud se entrelazaron con pesadillas de la vida real que podrían haberla llevado por un camino diferente. Experimentó insultos y racismo solo por ser negra. Creció en un lugar donde un expresidente decía que “el país no tenía el problema de los negros, ese problema era de Brasil”. De hecho, hasta hace poco, la opción de elegir la etnicidad como afrodescendiente, no estaba disponible en el censo en Argentina. Los historiadores dicen que los datos del censo de principios del siglo XIX muestran que el 30% de la población de Buenos Aires era negra y muchos señalan que el primer presidente de Argentina, Bernardino Rivadavia, era parcialmente negro. Pero la historia intentó borrar eso.
Crecer siendo una persona negra en Argentina no fue fácil para Ramírez-Wrease, cuyo abuelo biológico emigró de Cabo Verde. Nació de una madre pobre que era adolescente, por lo que la dio en adopción, con la esperanza de que su hija tuviera una vida mejor, y pudiera terminar la escuela secundaria.
Ramirez-Wrease le da crédito a su amorosa familia adoptiva y su fuerte fe en Dios, como la clave de su éxito. Sus padres adoptivos obtuvieron su doctorado, y por eso esperaban que ella tuviera un buen desempeño académico y se graduara de una licenciatura. Pero ella creció “con una sensación de vergüenza por el color de su piel. Me tomó tiempo madurar y experimentar la belleza de mi piel y mi herencia”, dijo. Sin embargo, el Salmo 139 le recordó que Dios la hizo hermosa.
Confianza y fuerza
Su confianza se expandió cuando su familia emigró al área de Filadelfia justo después de que ella terminó la escuela secundaria. Se inscribió en clases de inglés y, finalmente, obtuvo una licenciatura, una maestría y el doctorado en negocios, desarrollo económico, innovación y liderazgo.
Los afroargentinos que conoció de niña, eran mujeres pobres que trabajaban como empleadas domésticas. Mientras tomaba una clase de literatura española en la universidad, impartida por un mentor negro, se abrió un nuevo mundo cuando descubrió las contribuciones de los afrolatinos en la sociedad.
Las experiencias de la doctora Ramirez-Wrease la hicieron más fuerte. Hoy, después de una exitosa carrera corporativa, trabajando en el desarrollo económico de la comunidad, y como directora de servicios estudiantiles en la educación superior, está ayudando a la próxima generación a educarse para tener éxito en la vida.
Ella anima a los estudiantes a no dejar que el miedo los detenga. “Todos tienen la oportunidad de tener un buen desempeño en la universidad con el apoyo adecuado”, dijo. “En Esperanza College no será invisible. Aprenderá de mentores apasionados que se parecen a usted, en un entorno académico riguroso, donde se honra su herencia”. La doctora Ramirez-Wrease es una “heroína de impacto y esperanza”.
Fuentes: Entrevista con la Dra. Gladys Ramirez-Wrease
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