Josh Shapiro prestó juramento como fiscal general Pensilvania en enero del 2017 y fue reelegido para un segundo mandato en noviembre de 2020. Shapiro es uno de los rostros más conocidos de la arena política pública, no solo dentro del estado de Pensilvania, sino a nivel nacional e inclusive internacional.

A nivel nacional por contrastar acusaciones falsas sobre un presunto fraude electoral en Pensilvania, además de muchos otros temas que se han hecho noticia nacional al enfrentarse a políticas draconianas de la administración Trump. A nivel internacional por su investigación sobre la pederastia dentro de la Iglesia Católica, el informe que denunció el abuso sexual de más de mil niños a manos de más de 301 sacerdotes.

En una reciente conversación con Impacto, se expresó sobre la riqueza de una demografía cada vez más diversa, pero también sobre los problemas que enfrentamos, en especial los latinos y los migrantes hispanos en un estado, que es altamente golpeado por la violencia, la crisis de opioides y la inequidad, en especial en la impartición de justicia.

Shapiro se destacó desde muy joven en sus estudios académicos y tiene una larga trayectoria política; sin embargo, antes que un servidor público, se describe como un hombre de fe y de familia, cuyos valores le han servido para hacer la diferencia. “He ocupado diferentes puestos en el gobierno y ahora soy el fiscal general, pero mi foco ha sido siempre cuidar de las personas y tratar de hacer del mundo un mejor lugar para vivir… En este trabajo pasamos mucho tiempo luchando por personas que a menudo no tienen voz en nuestro sistema, que son olvidadas y que viven en las sombras, para asegurarnos que sus voces sean escuchadas”.  Agrega que para aquellas personas que no tienen el dinero y no tienen el poder, la Fiscalía debe ser como su centro de poder.

“El problema es que la gente rica tiene muchos abogados y cabilderos, pero el común de la gente no. Así que puedo ser su defensor, su abogado, la persona con la que pueden contar para pelear las batallas en su nombre”

Empezar por los cambios necesarios

Shapiro dice que una de sus prioridades desde el principio de su gestión, ha sido que la agencia de aplicación de la ley se parezca a las personas que juró proteger. “Me tocó poner un gran énfasis en la diversidad y la inclusión. Contratamos al primer director de diversidad e inclusión para que se concentrara en asegurarnos de que nuestra oficina se pareciera a las personas a las que juramos servir. Desde que asumí el cargo, contratamos a 477 nuevos empleados; y 290 de ellos son mujeres”. Además, el 61% de ellos son minorías: negros, hispanos y asiáticos.

“Hemos entendido que para que podamos ser defensores de alguien, es realmente importante que la gente pueda y sepa cómo comunicarse con nosotros. Tenemos que estar disponibles, ya sea en las redes sociales como también por teléfono. Tenemos que poder comunicarnos en un idioma que ellos entiendan. Ahora tenemos muchos más hispanohablantes en nuestro personal que nunca”.

La fiscalía tiene ahora varios recursos en español en la página web y folletos; además de su disponibilidad para hablar con la prensa hispana.

Las luchas en su agenda

Los retos más grandes

En la plataforma de campaña para fiscal, Shapiro prometió una reforma del sistema penal tratando la adicción a las drogas como una enfermedad y no como un crimen. Enfrentando la epidemia de la heroína de manera integral, incluyendo la pelea contra las armas ilegales.

Respecto al creciente problema de la violencia dice: “No creo que haya una manera de combatir la violencia armada que sea necesariamente particular de la comunidad latina, frente a la blanca o a la negra. Estos son temas realmente importantes. Es cuestión de poder comunicarnos sobre ellos a través de una plataforma o un medio de comunicación que pueda ser entendido y digerido por los residentes de habla hispana. Lo veo como una responsabilidad mía”.

Y añade: “Hemos sido muy agresivos en el frente de la justicia penal, particularmente en un vecindario como Kensington, donde tenemos tantos hispanos viviendo. La gente que vive allí enfrenta un desafío enorme con la heroína, el fentanilo y la violencia con armas de fuego. Una de las primeras cosas que comencé en el 2017 fue la “Iniciativa Kensington”, que se enfocó en sacar las drogas y las armas de esas comunidades, para que las madres puedan caminar con sus hijos por la calle de manera segura… Hemos hecho un número significativo de arrestos en la comunidad para tratar de devolverle las calles, devolver las cuadras, devolver los barrios a los ciudadanos respetuosos de la ley que viven allí… Quiero asegurarme de que continuaremos luchando contra esta crisis de heroína, fentanilo y opioides, no solo en Kensington, sino en todo Pensilvania».

Contra la discriminación e injusticias laborales

La máxima autoridad de justicia del estado quiere asegurarse que las personas que viven en la sombra, tengan acceso a pruebas, a vacunas, a la atención médica y al equipo de protección personal adecuado, como las mascarillas.

“Queremos continuar promoviendo una agenda de igualdad y oportunidades para todos. Continuaremos haciendo todo lo posible para proteger a los trabajadores durante esta pandemia de COVID-19 y también para asegurarnos de abordar las desigualdades que han quedado al descubierto durante esta pandemia”.

Agregó que están examinando la discriminación contra las minorías en los préstamos hipotecarios en la ciudad de Filadelfia, a quienes posiblemente se les niega el acceso al capital para que puedan comprar casas, además: “Hemos sido muy agresivos en la lucha contra la discriminación en los lugares de trabajo. Tuve una sesión de escucha, no hace mucho tiempo, con un grupo de mujeres latinas en el Valle de Lehigh, que hablaban sobre la discriminación con la que estaban lidiando, principalmente en la industria de la comida y la hospedería. Pero esto es en todos los ámbitos. Algunos de los esfuerzos más amplios los hemos hecho para proteger a los que a menudo trabajan en las sombras, y los empleadores se aprovechan de su situación. Muchos de estos trabajadores son hispanos”.

Que todos se cuenten y que cuenten

“Creo que es de vital importancia, como fiscal general, defender los derechos e intereses de todas las personas, sin importar su apariencia, de donde vienen, a quién aman, o a quién le rezan”.

Ante la pregunta referente a la ciudadanía que quería imponer en el censo la anterior administración, y que hubiera dificultado intencionalmente la participación de las comunidades de inmigrantes, resalta: “El censo debe contar a todas las personas que viven aquí y no todos son ciudadanos. La Constitución lo deja claro. Entonces contraatacamos, demandamos y ganamos, haciendo un recuento preciso. Tenemos que asegurarnos de que todas las personas sean contadas”.

“Hemos sido muy agresivos en ese frente para defender los derechos de las personas a través de nuestra acción de derechos civiles, para asegurarnos de que nuestras comunidades hispanas y latinas no sean atacadas por ser lo que son, y lucharemos contra eso».

En mi opinión, si eres blanco y hablas inglés, no te hace más importante en ese sentido, que alguien que emigró a esta comunidad y habla español, ¿no? Y entonces tenemos que asegurarnos de que todas las personas sean contadas.

Un aprecio especial por los inmigrantes

Shapiro recordó que demandó a la administración Trump varias veces para proteger a los Dreamers. “Aquí en Pensilvania tenemos 5889 “soñadores” registrados, muchos de los cuales hablan español. Era imperativo para mí que ese programa, el DACA fuera protegido. Demandamos, ganamos y ahora la administración Biden ha revertido el rumbo y se ha reinstalado el programa”.

Como bisnieto de inmigrantes reconoce que la fuerza de nuestra sociedad está en la diversidad, “en el hecho de que las personas vienen aquí y tienen una oportunidad real de tener éxito, y no solo se elevan a sí mismos y a sus familias, sino que enriquecen toda nuestra vida… ese inmigrante abre un restaurante o inicia una empresa que brinda un nuevo servicio o un nuevo producto que no solo es bueno para él o ella y para el bienestar financiero de su familia, sino que nos ayuda a todos, eso enriquece nuestras vidas”.

Cree que la inmigración es una parte increíblemente importante de nuestra federación y de nuestro país. Shapiro resalta que él se negó a participar de la demagogia que denigra a los inmigrantes.

“Aislar a los inmigrantes, hacerlos sentir como “otros”, cuando, de hecho, lo que tenemos que hacer es hacerlos sentir bienvenidos, que forman parte de nuestra sociedad y comprender que ellos enriquecen todas nuestras vidas, que ayudan a forjar una vida mejor para todos”.

El Fiscal considera que el gobierno federal necesita una reforma migratoria integral, y espera que sí se logre durante la presidencia de Biden.

Ante el cuestionamiento sobre el ambiente antinmigrante, la discriminación y el odio, que vuelve aun mas vulnerable al inmigrante, el abogado responde: “Tenemos que reconocer que somos tan fuertes como nuestro eslabón más débil, y no solo en la ciudad de Filadelfia, sino en Pensilvania. Y si hay un grupo particular de personas que están siendo atacadas por su apariencia, su idioma o de dónde provienen, eso nos hace a todos menos seguros, más vulnerables. Tenemos que animarnos unos a otros y asegurarnos de que entendemos que estamos realmente todos juntos en esto.

“Entonces, mi mensaje para la comunidad en Filadelfia y en todo Pensilvania es que los escucho”.

Golpe a los traficantes de armas

El 7 de marzo en Collazo Park en la sección Fairhill de Filadelfia, Shapiro hizo el anuncio de varios arrestos. El Grupo de Trabajo sobre Violencia con Armas de Filadelfia condujo al arresto de cuatro hombres de Filadelfia por supuestamente fabricar y vender «armas fantasmas», armas que se pueden comprar como kits para ensamblar en armas de fuego imposibles de rastrear sin números de serie. Si bien estas armas son esencialmente de plástico, no son menos letales que las armas tradicionales y se están volviendo más populares en Filadelfia.

Shapiro dijo que los cuatro hombres arrestados fueron encontrados a través de operaciones de vigilancia realizadas durante el Morgantown Gun Show, que tuvo lugar el 27 y 28 de febrero. Los espectáculos de armas, dijo Shapiro, son lugares populares para que la gente compre armas y kits sin verificación de antecedentes.

En 2019, las autoridades de Filadelfia recuperaron 99 armas fantasma de las casi 5,000 «armas criminales» que circulaban en la ciudad. En lo que va del año, las autoridades han recuperado casi 80 armas de fuego y están en camino de confiscar 6.000 para fin de año, según la policía. Más de 80 de las armas confiscadas hasta ahora son armas imposibles de rastrear.

«El Grupo de Trabajo contra la Violencia de Armas y la Sección de Crimen Organizado de la Oficina del Procurador General, junto con nuestros socios federales y locales de aplicación de la ley, están trabajando horas extras para atacar a estos traficantes de armas y sacar las armas ilegales de nuestras calles», dijo Shapiro.

«Hay demasiadas armas de fuego y malditas armas de fuego ilegales en nuestras calles, y es más fácil conseguir un arma en este estado que obtener una licencia de conducir», y agregó «Tenemos que empezar a sacar algo de sentido común en Harrisburg para que al menos podamos vigilarnos a nosotros mismos».

Hasta el 11 de marzo, se habían cometido 92 homicidios en Filadelfia, un 31% más que en esta fecha del año pasado, según datos del departamento de policía.

Semblanza de Josh Shapiro

Se considera un reformador que nunca ha temido pelear en contra de los intereses y favoritismos.

Trayectoria

El político demócrata y abogado, anteriormente se desempeñó en la Cámara de Representantes de Pensilvania y como presidente de la Junta de Comisionados del Condado de Montgomery. Asistió a la escuela secundaria en la Academia Hebrea Jack M. Barrack en Bryn Mawr, Pensilvania. Asistió a la Universidad de Rochester, donde se especializó en ciencias políticas, y en 1992 se convirtió en el primer estudiante de primer año en ganar la elección como presidente del cuerpo estudiantil de la Universidad de Rochester. Se graduó magna cum laude en 1995. Mientras trabajaba en Capitol Hill durante el día, también se inscribió en el Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown como estudiante vespertino y obtuvo un título de Juris doctor en 2002. Después de graduarse de la universidad, Shapiro se mudó a Washington D.C. fue asistente, asesor de senadores y congresistas hasta que llegó a ser jefe del congresista Joe Hoeffel, del que después fue su sucesor.

Cámara de Representantes de Pensilvania

En 2004, Shapiro se postuló para la Cámara de Representantes de Pensilvania en el distrito 153 y se sostuvo ganando las reelecciones hasta el 2010. Como Diputado Local, se enfrentó a Harrisburg y promovió una de las reformas más estrictas de ética de conducta. Despidió a los gerentes de “Wall Street” que estaban robando dinero a los jubilados en su condado, peleó en contra de la ley que imponía el requisito de identificación para votar el cual complicaba más este proceso a jóvenes, minorías y adultos de la tercera edad.

Comisionado del condado

Shapiro ganó las elecciones a la Junta de Comisionados del Condado de Montgomery en 2011; la elección marcó la primera vez en la historia que el Partido Republicano perdió el control de la Junta de Comisionados del Condado de Montgomery. Shapiro se convirtió en presidente de la junta de comisionados. Durante su mandato, la junta de comisionados implementó presupuestos de base cero y cambió las inversiones de pensiones del condado de los fondos de cobertura a los fondos indexados.  Los demócratas conservaron una mayoría en la junta de comisionados en las elecciones de 2015, ya que Shapiro y su compañero de fórmula, Val Arkoosh, ganaron las elecciones. En abril de 2015, el gobernador Tom Wolf nombró a Shapiro presidente de la Comisión de Pensilvania sobre el Crimen y la Delincuencia. Su objetivo sería mejorar la seguridad publica en comunidades a través del estado, reformando el sistema penal, mejorando la atención a víctimas de delitos, y la efectividad de programas de prevención.

Fiscal general de Pensilvania

Aunque Shapiro no se había desempeñado como fiscal, era miembro del colegio de abogados del estado y trabajaba con el bufete de abogados Stradley Ronon. Su campaña fue apoyada por el presidente Barack Obama, y también por líderes latinos locales como Maria Quiñones Sanchez. Dentro de sus prioridades esta luchar contra la epidemia de opioides de nuestro país en todos los frentes, incluida la conducción de una investigación multi-estatal sobre los fabricantes y distribuidores de productos farmacéuticos.

Ganó las primarias demócratas para fiscal general en abril de 2016, derrotando a Stephen Zappala y John Morganelli con el 47% de los votos. En noviembre de 2016, Shapiro ganó la elección como fiscal general, derrotando al candidato republicano John Rafferty Jr. con el 51,3% de los votos. Fue reelegido en 2020 tras derrotar a la retadora republicana Heather Heidelbaugh.

Shapiro recibió la mayor cantidad de votos de cualquier candidato para las elecciones de 2020 en el estado. Según datos extraídos del Departamento de Estado, Shapiro obtuvo 3.461.472 votos, mientras que Biden recibió 3.458.229.

Su ya amplio historial de investigaciones de alto perfil, y de golpes pequeños pero significativos, incluye el de diciembre del 2019, cuando Shapiro acusó a la representante estatal Movita Johnson-Harrell de perjurio y robo de fondos de su organización benéfica, supuestamente sin fines de lucro, en cosas como vacaciones y ropa.

Shapiro ha declarado apoyar una base de datos estatal de mala conducta policial, porque evitaría que los departamentos contraten sin saberlo oficiales con antecedentes de mala conducta.

Aunque Shapiro ha sido señalado en varios medios como el puntero para suceder al Gobernador Wolf, no se esperan anuncios de su postulación a las primarias para la gubernatura antes de fin de año.