Nacido en Cuba en 1945, Carlos llegó a los Estados Unidos en algún momento de la década de 1960. Después de escuchar a su hermano sobre los Servicios Legales de Inmigración de Esperanza (EILS), se acercó a buscar ayuda con su solicitud de naturalización.
Debido a su edad y duración como residente legal permanente, EILS le informó que era elegible para una exención de idioma y una exención cívica. Esto significaba que Carlos necesitaba estudiar veinte preguntas de educación cívica en español en lugar de las cien preguntas en inglés. Carlos estaba muy feliz de que el equipo de EILS lo tratara bien, especialmente con el personal bilingüe. Después de que se presentó su solicitud, Carlos tuvo que esperar más de un año para su entrevista de ciudadanía en la oficina del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), debido a la pandemia de COVID-19.
Finalmente, su entrevista estaba programada para diciembre de 2020. Carlos trabajó duro para estudiar las preguntas para el examen con su cuidador, que venía a su casa todos los días para ayudarlo, y por WhatsApp con su abogado. Estaba listo para enfrentar este nuevo desafío, incluso en medio de una pandemia. Con su cubrebocas, en su silla de ruedas, Carlos acudió a la entrevista acompañado de su cuidador y abogado. Un intérprete de habla hispana estaba disponible por teléfono. Durante la entrevista, el oficial de USCIS hizo las preguntas sobre educación cívica y luego revisó su solicitud. La entrevista fue dura, pero Carlos fue muy valiente.
Después de la entrevista, Carlos esperó unos meses para recibir noticias. Finalmente, la primera semana de abril recibió un aviso invitándolo a la ceremonia de juramentación, donde se recibió como ciudadano, jurando lealtad a los Estados Unidos. Espera recibir más apoyo del gobierno en su vejez y espera vivir lo suficiente para disfrutar de su nueva ciudadanía estadounidense.