Filadelfia, PA – Incertidumbre y zozobra se respira en nuestra comunidad mexicana y Latina de primera generación, todos estamos pasando por lo mismo, una situación nueva, sin embargo, para nosotros será diferente y en algunos casos devastador.
Seguramente que organizaciones dedicadas al apoyo de migrantes han recibido fondos para esta emergencia, ojalá que dedique una parte de ellos a los migrantes sin documentos los más vulnerables en esta situación, que les proporcione un poco alivio y esperanza.
Esta semana platique con algunos comerciantes latinos del sur de Filadelfia, una mezcla de preocupación y culpa; primero porque no recibirán un alivio económico para sus negocios por no calificar o por haber entregado de último su solicitud, cuando esos fondos ya se habían acabado, ¿un préstamo dónde?, culpa porque no saben si es correcto continuar abiertos exponiendo a sus trabajadores y ellos mismos al virus. ¿Valdrá la pena se preguntan?
Algunos (los más pocos) sin embargo no creen en la existencia de este virus, y se atreven a salir a la calle, no se si para ahuyentar a la soledad o para dar optimismo a otros; no sé, no me atrevo a preguntarles – el motivo – tengo miedo a la respuesta. Sólo les digo que se cuiden que es cierto que nuestra comunidad es joven, pero que corremos los mismos riesgos.
Pregunte a algunos si ya llenaron el Censo 2020 y desviaron la mirada, no sé, ¡si pensaron que pregunta!, o eso no es importante ahora, pero si es más importante ahora, para que nuestras comunidades cuenten con los recursos suficientes para mejorar el lugar donde vivimos en todos sus aspectos; esa es una responsabilidad latina, no debemos por ningún motivo dejarnos de contar. ¡Tú cuentas! pero lo más importante es que tú aportas cuando te cuentas.
No debemos sentir rareza o algunos otros sentimientos a la hora de solicitar o recibir ayuda, muchos pagan directamente sus impuestos otros a través de lo que gastan y todos trabajamos aportando algo; por la tanto tenemos derecho a recibir y pedir cierta ayuda, que no sea el orgullo que nos impida o el desconocimiento propio o de otra persona encargada de brindar el apoyo, por creer o pensar que no tenemos derecho. Entonces pues, si sabes dónde hay ayuda y la necesitas, acude a ella, y comparte la información.
En estos días también platique con algunos trabajadores; ya fueron despedidos, perdieron el trabajo y la antigüedad, así que cuando vuelva la normalidad habrá que empezar de cero como cuando llegamos. Si ya sé, pero con experiencia. Esta vez no permitiremos abusos.
También encontré respuestas a la crisis, personas solidarias ayudando a sus vecinos, jóvenes organizando ayudas para su comunidad como el caso de Karla Rojas que con la ayuda de otras personas consigue despensas para familias, y que ya tiene una lista larga de personas que la necesitan. Las despensas son todavía mínimas, así que si quieres ayudar únete a la causa.
Y ya para despedirme, aún hay negocios de comida abiertos; apoyemos pues a nuestros negocios latinos en Filadelfia, ellos necesitan de sus clientes para seguir operando sus establecimientos; ellos son la fuerza visible que representan nuestros esfuerzos. Así las cosas, en el sur de Filadelfia. Otra semana que transcurre…. esperamos que pronto tengamos algo diferente que contar.