El arte de Johnny Irizarry está basado en sus experiencias trabajando con comunidades racializadas. El autor expone su espiritualidad y su pasión por compartir su herencia puertorriqueña. En su primera exhibición individual en Taller Puertorriqueño, titulada “Experience is Foundation” presenta fotografías, pinturas, collages, esculturas y video.
Sus obras estarán expuestas hasta el sábado 2 de octubre.
En su proceso creativo, combina con frecuencia varios medios incluyendo tinta, lápices de color, papel cortado, y materiales que va encontrando.
Irizarry aborda varios temas como la muerte de George Floyd en 2020, la escalada de violencia por armas de fuego en la ciudad y las luchas de los puertorriqueños por mantener su identidad única, a la sombra de la hegemonía estadounidense.
Pero, sobre todo, su arte explora la condición humana, señala los problemas en el sistema de justicia penal, el impacto de la humanidad en la naturaleza y el poder de los cuentos para comunicar la identidad.
Y el artista, va más allá. Al ver una de sus esculturas, donde muestra una chancleta y una correa, hace recordar de inmediato al visitante, aquellos objetos que los padres usaban para disciplinar a los niños.
A su vez, sus obras escultóricas “Madre Tierra” y “El Mundo de la Ceiba” nos llevan al universo de la naturaleza, mientras que la de “Diosas y Dioses Olvidados” trata de la espiritualidad de la cultura taina de la isla de Puerto Rico.
“Cuento historias para conocer las mías, esperando que la gente se relacione con estas obras de arte y encuentre sus propias historias”, dice el artista en un video acerca de su exhibición.
Johnny gusta siempre de incluir a todos en sus conversaciones, en sus luchas comunitarias y en sus clases universitarias. En esta ocasión, presentó una obra titulada “Descanso a la Juventud”, e invitó a los visitantes a escribir una nota dirigida a los jóvenes. ¿Qué mensaje o palabras le diría a la juventud para su desarrollo y para alcanzar sus sueños?
Este artivista ha estado al frente de las luchas por los derechos civiles y por la justicia penal de las comunidades latinas de esta ciudad. La mayor parte de su vida la ha dedicado a la enseñanza en varias universidades, recientemente se jubiló como el director de “La Casa Latina” de la Universidad de Pensilvania, donde también deja un gran legado.
Rafael Damast, gerente del programa de exhibiciones, fue quién montó la exhibición que termina este sábado.