Una veintena de personas se concentró el pasado martes 12 de octubre bajo la estatua de Cristóbal Colón ubicada frente a la Catedral primada de América, en Santo Domingo, para exigir la retirada del monumento al almirante de este emblemático punto de la capital dominicana. «A Colón aquí no lo queremos», decían los asistentes a la protesta, la primera que se convoca en República Dominicana contraria al enaltecimiento del navegante.
Los activistas portaban carteles manifestando su rechazo por la celebración del Día de la Hispanidad por considerar que rememora un genocidio y extendieron dos grandes telas en el suelo, una de ellas calificando a Colón de violador.
La activista Maribel Núñez, de Acción Afrodominicana, señaló a Efe que la República Dominicana «es el país más blanco del Caribe, el que menos defiende su cultura, y es necesario descolonizarlo para que el pueblo dominicano respete su identidad», para que «dejen de hacerle culto al rol que representó Cristóbal Colón».
Durante el acto de protesta, los asistentes, en número similar a los efectivos policiales que custodiaban el lugar, hicieron un círculo mientras un hombre tocaba una flauta y otro, un instrumento de percusión tradicional.
Los que acudieron a la protesta, convocada por grupos defensores de derechos humanos y de afrodescendientes, se dispersaron en su mayoría a causa de la lluvia que empezó a arreciar a los pocos minutos del comienzo de la cita.
En otros países de América Latina y en Estados Unidos se han registrado protestas para exigir la reivindicación de los derechos de los indígenas y mostrar su descontento con las vejaciones que sufrieron a partir del descubrimiento de América en 1492 y la posterior conquista del continente.
