Por Judith Graham
Casi la mitad de las personas mayores —más de 26 millones de personas de 65 años y más— tiene prediabetes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). ¿Cuán preocupados deberían estar?
No mucho, dicen algunos expertos. La prediabetes, un término que se refiere a niveles de azúcar en la sangre por encima de lo normal, pero no extremadamente altos, no es una enfermedad, y no implica que las personas mayores que la padecen inevitablemente desarrollarán diabetes tipo 2, señalan.
“Para la mayoría de los pacientes de mayor edad, la posibilidad de progresar de prediabetes a diabetes no es tan alta”, dijo el doctor Robert Lash, director médico de la Endocrine Society, al comentar sobre investigaciones recientes. “Sin embargo, etiquetar a las personas con prediabetes puede generarles preocupación y ansiedad”.
Otros expertos creen que es importante identificar la prediabetes, especialmente si esto inspira a las personas mayores a realizar más actividad física, perder peso y llevar dietas más saludables para ayudar a controlar el azúcar en la sangre.
“Siempre se debe tomar en serio un diagnóstico de prediabetes”, indicó la doctora Rodica Busui, presidenta electa de medicina y ciencia de la Asociación Americana de Diabetes, que recomienda que los mayores de 45 años se hagan pruebas de detección de prediabetes al menos una vez cada tres años. Los CDC y la Asociación Médica Americana plantean un punto similar en su campaña «¿Tengo diabetes?».
Aún así, muchas personas mayores no están seguras de lo que deberían hacer si les dicen que tienen prediabetes. Nancy Selvin, de 79 años, de Berkeley, California, está entre ellas.
Con 5 pies y 106 libras, Selvin, una artista de cerámica, es delgada y está en buena forma física. Toma una rigurosa clase de ejercicio de una hora tres veces por semana y sigue la dieta mediterránea. Sin embargo, Selvin está preocupada desde que supo el año pasado que su nivel de azúcar en la sangre estaba ligeramente por encima de lo normal.
“Me aterra ser diabética”, dijo.
Dos informes recientes sobre la prediabetes en la población de edad avanzada han impulsado un mayor interés en este tema. Hasta su publicación, la mayoría de los estudios se centraba en la prediabetes en adultos de mediana edad, lo que dejaba en duda la importancia de esta afección en las personas mayores.
El estudio más reciente realizado por investigadores de los CDC, publicado en abril en JAMA Network Open, examinó datos sobre más de 50,000 pacientes mayores con prediabetes entre enero de 2010 y diciembre de 2018. Se encontró que poco más del 5% de estos pacientes desarrollaron diabetes anualmente.
Los investigadores utilizaron una medida de los niveles de azúcar en la sangre a lo largo del tiempo, la hemoglobina A1C. La prediabetes se manifiesta por niveles de A1C de 5,7% a 6,4% o una lectura de prueba de glucosa en plasma en ayunas de 100 a 125 miligramos por decilitro, según la asociación de diabetes. (Esta prueba de glucosa evalúa el azúcar en la sangre después de que una persona no ha comido nada durante al menos ocho horas).
Cabe destacar que los resultados del estudio muestran que las personas mayores obesas con prediabetes tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar diabetes. También estaban en riesgo las personas mayores negras, aquellos con antecedentes familiares de diabetes, personas mayores de bajos ingresos y personas mayores en el extremo superior (6%-6.4%) del rango de prediabetes A1C. Los hombres tenían un riesgo ligeramente mayor que las mujeres.
Los hallazgos pueden ayudar a los proveedores a personalizar la atención de las personas mayores, dijo Busui.
También confirman la importancia de enviar a las personas mayores con prediabetes, especialmente a las más vulnerables, a programas de intervención en el estilo de vida, dijo Alain Koyama, autor principal del estudio y epidemiólogo de los CDC.
Desde 2018, Medicare ha cubierto el Programa de Prevención de la Diabetes, un conjunto de clases que se ofrecen en las YMCA y en otros entornos comunitarios diseñado para ayudar a las personas mayores con prediabetes a llevar dietas más saludables, perder peso y hacer más ejercicio. Las investigaciones han demostrado que el programa de prevención reduce el riesgo de diabetes en un 71% en personas de 60 años o más. Pero solo una pequeña fracción de las personas elegibles se ha inscrito.
Otro estudio, publicado en JAMA Internal Medicine el año pasado, ayuda a poner la prediabetes en una perspectiva más amplia. En el transcurso de 6,5 años, mostró que menos del 12% de las personas mayores con prediabetes progresaron a diabetes completa. Por el contrario, una porción más grande murió por otras causas o volvió a los niveles normales de azúcar en la sangre durante el período de estudio.
¿La moraleja?. «Sabemos que es común que las personas mayores tengan niveles de glucosa levemente elevados, pero esto no tiene el mismo significado que tendría en las personas más jóvenes, no significa que vaya a tener diabetes, quedarse ciego o perder una pierna”, dijo Elizabeth Selvin, hija de Nancy Selvin y coautora del estudio. También es profesora en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg.
“Casi nadie desarrolla las complicaciones [de la diabetes] que realmente nos preocupan en las personas más jóvenes”.
“Está bien decirles a los adultos mayores con prediabetes que hagan más ejercicio y coman carbohidratos de manera uniforme durante todo el día”, dijo la doctora Medha Munshi, directora del programa de diabetes geriátrica en Joslin Diabetes Center, una filial de la Escuela de Medicina de Harvard. “Pero es importante educar a los pacientes de que esta no es una enfermedad que inevitablemente los hará diabéticos y los estresará”.
Muchas personas mayores tienen niveles ligeramente elevados de azúcar en la sangre porque producen menos insulina y la procesan de manera menos eficiente. Si bien esto se tiene en cuenta en las pautas clínicas de diabetes, no se ha incorporado en las directrices de prediabetes, anotó.
Se deben evitar los tratamientos agresivos para la prediabetes, como el medicamento metformina, según el doctor Victor Montori, endocrinólogo y profesor de medicina de la Clínica Mayo. “Si tienes diabetes, te recetarán metformina. Pero no tiene sentido darte metformina ahora, porque podrías estar en riesgo, de reducir la posibilidad de que necesite metformina más adelante”.
Desafortunadamente, algunos médicos recetan medicamentos a personas mayores con prediabetes y muchos no dedican tiempo a discutir las implicaciones de esta dolencia con los pacientes.
Eso le sucedió a Elaine Hissam, de 74 años, de Parkersburg, West Virginia, quien se asustó el verano pasado cuando obtuvo un puntaje de 5.8% en una prueba de A1C. La madre de Hissam desarrolló diabetes en la edad adulta, y Hissam temía la posibilidad de que eso también le sucediera a ella.
En ese momento, Hissam asistía a clases de ejercicio cinco días a la semana y también caminaba de 4 a 6 millas diarias. Cuando su médico le aconsejó «cuide lo que come», Hissam eliminó gran parte del azúcar y los carbohidratos en su dieta y bajó 9 libras. Pero cuando se hizo otra prueba de A1C a principios de este año, había bajado solo un poco, al 5,6%.
«Mi médico realmente no tenía mucho que decir cuando le pregunté: ‘¿Por qué no hubo más cambios?'», dijo Hissam.
Los expertos consultados señalaron que las fluctuaciones en los resultados de las pruebas son comunes, especialmente en los extremos inferior y superior del rango de prediabetes. Según el estudio de los CDC, el 2,8% de las personas mayores prediabéticas con niveles de A1C de 5,7% al 5,9% se convierten en diabéticos cada año.
Nancy Selvin, quien se enteró el año pasado de que su nivel de A1C había subido del 5,9% al 6,3%, dijo que ha estado tratando de perder 6 libras sin éxito desde que obtuvo los resultados de la prueba. Su médico le dijo a Selvin que no se preocupara, pero le recetó una estatina para reducir el potencial de complicaciones cardiovasculares, ya que la prediabetes está asociada con un riesgo elevado de enfermedad cardíaca.
Eso concuerda con una de las conclusiones del estudio de prediabetes de Johns Hopkins el año pasado. «En su conjunto, la evidencia actual sugiere que la enfermedad cardiovascular y la mortalidad deberían ser el foco de la prevención de enfermedades entre las personas mayores en lugar de la progresión de la prediabetes», escribieron los investigadores.
Por su parte, Libby Christianson, de 63 años, de Sun City, Arizona, comenzó a caminar con más regularidad y a comer más proteínas después de enterarse el verano pasado que su nivel de A1C era del 5,7%. «Cuando mi médico dijo: ‘Eres prediabético’, me sorprendió porque siempre me consideré una persona muy saludable», dijo.
“Si la prediabetes es una patada en el trasero para llevar a las personas a comportamientos más saludables, estoy de acuerdo con eso”, dijo el doctor Kenneth Lam, geriatra de la Universidad de California-San Francisco. “Pero si es mayor, ciertamente mayor de 75 años, y este es un diagnóstico nuevo, no es algo que me preocupe. Estoy bastante seguro de que la diabetes no va a importar en tu vida”.