Miles de millones de dólares en los bolsillos de las grandes petroleras, eso es lo que veremos durante los próximos días, cuando las compañías de gas y petróleo hagan públicas sus ganancias trimestrales. De hecho, ayer Shell anunció ganancias por $9.500 millones, transfiriendo más de $6.800 millones a sus accionistas.
Una cifra inaudita, pero también tremendamente frustrante, sobre todo cada vez que vamos a las gasolineras a llenar nuestros tanques y nos damos cuenta que el presupuesto no alcanza.
Y Shell es sólo una más de muchas. Ayer también TotalEnergies reportó $9.900 millones en ganancias para el tercer trimestre, un 106,81% más que en el mismo trimestre del año anterior, con un total de $10.800 millones gastados en recompensar a sus accionistas en el año.
En lugar de utilizar el exceso de ganancias para reducir los costos para las familias, los ejecutivos de las Grandes Petroleras están velando por sí mismos. Cómo usan ese dinero, aunque no lo crean impacta a nuestra comunidad en muchos niveles. Estos miles de millones de dólares no sólo se utilizan para aumentar sus propios salarios y hacer más ricos a sus accionistas, también se usan para financiar millones a los Super PACs republicanos como el Congressional Leadership Fund y el Senate Leadership Fund. Estas compañías saben que si los demócratas conservan la mayoría en el Congreso, la industria no podrá continuar con su desenfrenada escalada de precios y sus ganancias a costa de las familias estadounidenses.
Este dinero también se utiliza para mover su propia agenda en el Congreso. Este mes el New York Times informó sobre cómo los cabilderos del petróleo y el gas están conspirando con los republicanos en el Congreso para mantener altos los costos, derogar los incentivos energéticos para el consumidor en la Ley de Reducción de la Inflación y eliminar los más de $14,000 en reembolsos disponibles para las familias por cosas como estufas de inducción o bombas de calor. Un claro ejemplo de dónde están las prioridades para muchas de estas compañías.
Mientras tanto, aquí en el mundo donde el dinero no sobra, la realidad es muy diferente. Los precios de la gasolina siguen siendo la principal preocupación para los latinos en los Estados Unidos, y muchos de los hogares de ingresos más bajos están gastando casi una quinta parte de sus ingresos en gasolina, tres veces más que la familia estadounidense promedio. A nivel nacional, los hogares latinos experimentan una carga en su presupuesto familiar de 9,2% asociado a la gasolina, y el 28% de los estadounidenses de color asegura que los aumentos en los precios de la gasolina causaron graves dificultades financieras, según una encuesta de abril de 2022.
A menos de dos semanas de las elecciones muchos tratan los precios de la gasolina como un “blame game”, pero los números no mienten. Concretos, reales, exactos, estos números muestran quienes se enriquecen mientras nosotros nos empobrecemos.
Antonieta Cádiz es la directora general de asuntos latinos para Climate Power. Anteriormente, trabajó como corresponsal nacional para La Opinión y fue escritora política nacional para Univisión.