Un autobús que transportaba a 28 migrantes, desde Texas, llegó el miércoles al amanecer a Filadelfia, una niña colombiana requirió de hospitalización inmediata debido a la fiebre y deshidratación y ya fue dada de alta.
Los activistas los recibieron después de unas 40 horas de viaje, con abrigos y frazadas en un frío y lluvioso día. Las autoridades de la ciudad confirmaron que entre los migrantes hay 5 niños. La mayoría de los buscadores de asilo son de Colombia, y los otros son procedentes de República Dominicana, Cuba, Panamá y Nicaragua. La ciudad y varias ONG los esperaban con alimentos, alojamiento temporal y otros servicios. “En términos generales, las personas sintieron alivio. Queremos que sepan que tienen un hogar aquí”, dijo la concejal Helen Gym, que acompañó a varios de los migrantes en otro autobús a un lugar en el norte donde evaluaron sus necesidades.
Hasta el cierre de esta edición se sabía que solo permanecieron en Filadelfia 12 de los cuales, la mayoría, estaba por alcanzar a sus familiares o amigos en estados circunvecinos.
“Los chicos están asustados, están exhaustos, cansados”, dijo Emilio Buitrago, de la ONG Casa de Venezuela, quien nos confirma que pocas personas se quedaran en la región, pues no tienen a donde ir. Uno de los migrantes le compartió que era la primera vez que dormía bien desde hace dos meses que salió de Colombia.
Se prevé que solo un adulto y un menor se queden en la ciudad, dijeron funcionarios. Otros tres bajaron del autobús antes de que llegara a Filadelfia.
En un comunicado, la oficina del gobernador de Texas, Abbott dijo que el alcalde de ciudad Filadelfia, Jim Kenney, “festeja desde hace tiempo y ha luchado por el estatus de ciudad santuario, por eso la ciudad es un agregado ideal a la lista de Texas de lugares a donde enviarlos”.
Kenney dijo en una conferencia de prensa el miércoles que “es triste y repugnante que el gobernador Abbott y su gobierno sigan aplicando su política cruel y racista de usar a las familias de inmigrantes, incluyendo a niños, como peones para impulsar descaradamente su retorcida agenda política”.
Filadelfia ha estado preparándose para este día desde hace meses, trabajando con más de una decena de organizaciones locales para proveer a los migrantes albergues, exámenes médicos de emergencia, alimentos, agua, servicios de traducción y más. La ciudad ya ha recibido a un gran número de ucranianos y afganos en los últimos años.
Todas las personas que llegan desde Texas están en el país de forma legal en espera de sus procesos de asilo, dijo Kenney.
“Es nuestro deber acogerlos y respaldarlos cuando enfrentan algunos de los momentos más difíciles de sus vidas”, añadió. “Esencialmente, es una crisis humanitaria que comenzó con la inestabilidad y la violencia en Sur y Centroamérica y está siendo acelerada por las dinámicas políticas en nuestro propio país”.
Se espera que este sea el primero de más autobuses con migrantes que recibirá la ciudad en las próximas semanas.
Las jurisdicciones santuario como Filadelfia tienen como objetivo tratar a los inmigrantes indocumentados de la misma manera que a todos los demás cuando entran en contacto con el sistema legal. Esas ciudades y estados dicen que es ilegal que detengan a migrantes para que los arresten los agentes de ICE, en ausencia de una orden judicial.
