Los estadounidenses celebran en febrero el Mes de la Historia Afroamericana. Una historia que, expertos reconocen, debe incluir a las comunidades afrolatinas que hacen parte de la construcción de EE. UU.
Unos seis millones de adultos en EE. UU. se identifican como afrolatinos. Al iniciar el Mes de la Historia Afroamericana, analistas exponen la importancia de incluir en esta celebración las contribuciones de los afrodescendientes provenientes de países latinoamericanos que forman parte del país.
“Los afroamericanos en sí mismos son un grupo diverso y no todas las personas negras en EE. UU. son afroamericanas. Hay afrolatinos, hay gente de África y de varios otros lugares. Entonces reconocer la diversidad, primero entre los afroamericanos, y segundo entre los negros en EE. UU. es realmente importante”, dijo a Voz de América Celia Lacayo, directora asociada de participación comunitaria en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
En 2020, había alrededor de seis millones de adultos afrolatinos en EE.UU., según datos del Pew Research Center. Estos constituían aproximadamente el 2% de la población adulta del país y el 12% de la población adulta latina.
“No podemos estudiar la historia afroamericana sin reconocer a los afrolatinos. Somos una de las minorías más grandes y debemos tener en cuenta las contribuciones y los retos que comparten los afrolatinos dentro de la historia y la cultura afroamericana. Eso es lo lindo de esta identidad afrolatina, que le permite al latino también ser dueño y poder expresar su identidad africana”, apuntó Viviana López Green, directora sénior de la Iniciativa de Equidad Racial de Unidos US, organización que defiende los derechos de los hispanos en EEUU.
Martin Luther King Jr. alcanzó una gran popularidad en la nación americana por promover los derechos civiles a través de la desobediencia civil y las marchas no violentas.
La celebración de la historia afroamericana comenzó en 1926 con el historiador Carter G. Woodson, quien estableció la Semana de la Historia Negra en febrero de manera que coincidiera con los cumpleaños de dos figuras clave en el fin de la esclavitud, el presidente Abraham Lincoln y el activista Frederick Douglas.
Sin embargo, no fue hasta 1986 -año en el que se estableció como feriado nacional el día del cumpleaños de Martin Luther King, Jr., líder del movimiento de los derechos civiles- que se designó febrero como el Mes de la Historia Afroamericana. Esto gracias a una resolución conjunta en el Congreso de EE.UU., que dio paso a la Proclamación Presidencial 5443 que señala que “el propósito principal del Mes de la Historia Negra es concienciar a todos los estadounidenses sobre esta lucha por la libertad y la igualdad de oportunidades”.
“En este mes de celebrar la historia afroamericana, no podemos olvidar la diáspora africana. Sabemos que los esclavos que se trajeron de África y que luego fueron traídos aquí a Norteamérica, primero estaban en Latinoamérica y en el Caribe. Los mismos afrolatinos, los afroamericanos, no saben esa historia. Ese es nuestro punto de conexión inicial”, explicó López Green.
Woodson, conocido como “el padre de la historia negra”, fundó en 1915 la Asociación para el Estudio de la Vida y la Historia Negra, ahora conocida como Asociación para el Estudio de la Vida y la Historia Afroamericana, que promueve trabajos de investigación sobre la historia de estas comunidades.
El historiador hacia parte de una red de conocedores a la que pertenecía también el afro-puertorriqueño Arturo Alfonso Schomburg, cuyas investigaciones lo hicieron pionero de la “afro-latinidad” como una identidad. Ambos intercambiaron textos, libros y conocimientos sobre la diáspora africana, explicó a VOA Vanessa Valdés, directora del programa de estudios afroamericanos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).
“Cuando uno piensa en los lazos latinos, muchas personas piensas que es una identidad recién creada, pero la realidad es que sabemos que las personas de herencia africana han estado en este hemisferio por siglos”, agregó.
Afrolatinos en EE. UU.
Los adultos afrolatinos son “considerablemente más jóvenes y menos propensos a haber asistido a la universidad que la población adulta general de EEUU”, según el reporte de Pew Research Center. Estos tienen más probabilidades de ser de origen puertorriqueño o dominicano, y menos probabilidades de ser mexicanos que los adultos latinos en general.
“Es importante conocer que todas estas nacionales están aquí, todos los idiomas, costumbres, historias variadas que esos pueblos han vivido y las contribuciones que han hecho a este país”, dijo Valdés.
Los retos a los que se enfrentan los afrolatinos en EEUU, no se alejan de los que experimentan las poblaciones afroamericanas, agregó la profesora de CUNY. Esto con respecto a la discriminación, prejuicio, brutalidad policiaca y falta de acceso a educación.
La encuesta del centro de investigación reveló que más afrolatinos que otros latinos dicen que la policía de EE. UU. los ha detenido injustamente. Además, tres de cada diez afrolatinos dicen que han sido criticados por hablar español en público.
Los expertos, resaltaron la acción reciente del gobernador del estado de Florida, Ron DeSantis, de bloquear la enseñanza de una clase avanzada de historia afroestadounidense en las escuelas superiores al asegurar que “carece de valor educativo”, como un intento de borrar la historia de las comunidades negras.
Jesse Hoffnung-Garskof, profesor de historia de la Universidad de Harvard, resaltó que “hay un intento de bloquear la enseñanza de la historia negra y eso no se puede separar del hecho de que la policía todavía trata a las personas negras diferente. Jóvenes negros son asesinados por la policía. La única forma en que la sociedad puede aceptar eso de manera regular, es borrando la historia”.
Este resaltó que es importante la inclusión de afrolatinos al Mes de la Historia Afroamericana “por las mismas razones que otras comunidades se benefician de la visibilidad. Para construir la memoria histórica y la conmemoración de sus luchas, éxitos y triunfos”.
“Existe esta comprensión de lo que significa ser negro a nivel mundial y que a menudo se basa en la idea de que las personas ven a los negros como menos que los blancos, y que vemos los movimientos negros críticos en los EE.UU. y América Latina como resultado de desafiar esa supremacía blanca y la colonización. El problema más importante es que en nuestros libros de historia no se nos enseñan sobre esta diáspora africana, esta es la historia de los afrolatinos y cuán críticos han sido los afro-latinos en la historia de EEUU, no solo de América Latina”, agregó Lacayo.
Un reto que comienza en casa
Los afrodescendientes continúan siendo la minoría excluida más grande de América Latina, según el reporte “Afrodescendientes en Latinoamérica: hacia un marco de inclusión”, publicado por el Banco Mundial.
Esta población constituye alrededor de un cuarto de la población de la región. Al menos uno de cada cuatro latinoamericanos se identifica como afrodescendiente. Los datos censales más recientes de 16 países demuestran que había alrededor de 133 millones de afrodescendientes en América Latina en 2015, cerca del 24 por ciento de la población total.
Entre la discriminación que sufren como inmigrantes, resaltó Lacayo, los afrolatinos también son discriminados por ser racialmente negros, una experiencia que inicia enfrentándose en ocasiones “a la anti-negritud dentro de sus propias familias, comunidades y otras personas latinas”.
“Es una experiencia única muy particular y sobre la que la gente necesita saber más, incluso los propios afrolatinos, porque sabemos que en América Latina, muchos países no tienen categorización racial”, agregó la profesora de UCLA.
Brasil es el país con la población afrodescendiente más grande fuera de África, y allí, esta población tiene dos veces más probabilidades de ser pobre que los blancos, según el reporte. En Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Uruguay combinados, los afrodescendientes representan el 38 por ciento de la población total, pero constituyen alrededor de la mitad de las personas que viven en pobreza extrema.
“Es importante honrar la historia, y eso no solo tiene que ver con Estados Unidos sino con toda América Latina. Cuando estamos hablando sobre nuestro pueblo, nuestra población, nuestra nación, es importante reconocer todas las personas que han jugado una parte bien importante en la construcción de estas naciones”, agregó Valdés.
Finalmente, Lacayo apuntó que es importante que desde América Latina se recupere la historia afrodescendiente para que eso lleve a “reconciliar la anti-negritud dentro de nuestras propias familias y comunidades. Y luego, construir puentes y coaliciones con otras personas negras”.