El gobernador ha dado un paso muy valiente hacia el futuro al no querer participar en homicidios patrocinados por el estado. Lentamente, la marea para abolir la pena de muerte está creando nuevos conversos. Es un hecho bien establecido que este castigo no es un impedimento para los delitos violentos ni disminuye el dolor de las familias de las víctimas. También está claro que esta pena se aplica a los negros y otras personas de color que matan a una persona blanca. Es más probable que reciba la pena de muerte si es pobre y no puede pagar un bufete de abogados de primer nivel para que lo represente. Los ricos no están en el corredor de la muerte. Witness to Innocence, una organización nacional de derechos humanos con sede en Filadelfia, ha demostrado que 170 personas que claramente eran inocentes recibieron sentencias de muerte. Todos los funcionarios electos, líderes religiosos y comunitarios deben unirse al gobernador en este audaz e importante paso adelante.