Según los documentos que sustentan una causa probable para juicio, Lester dijo a la policía que después de que sonó la campanilla en la puerta, él vió al joven que jalaba el pestillo exterior. Imagen de archivo. (Foto: EFE/JEFF KOWALSKY)

Ralph Yarl, un adolescente afroamericano baleado en la cabeza y un brazo cuando se equivocó de domicilio en Kansas City (Misuri), «revive la situación una y otra vez», dijo este martes su madre, Cleo Nagbe, en una entrevista televisada.

Yarl, de 16 años de edad, se equivocó de casa el jueves pasado en la noche cuando fue a buscar a sus dos hermanos menores, y el dueño de la vivienda, identificado como Andrew Lester, de 84 años, le disparó hiréndole en un brazo y encima del ojo izquierdo.

Lester, quien es blanco, ha sido acusado de asalto en primer grado y acción criminal armada, y el fiscal del condado de Clay, Zachary Thompson, dijo en conferencia de prensa que «hubo un componente racial en el caso», sin dar más detalles.

El asalto es un crimen grave y si fuese declarado culpable Lester encara una sentencia mínima de 10 años y una máxima de 30 años en prisión. El cargo de acción criminal armada conlleva sentencia de tres a 15 años de prisión.

«Él revive la situación una y otra vez. Y eso no detiene mis lágrimas porque cuando ves a tu hijo allí, sentado, y las lágrimas que le brotan de los ojos, nada hay que puedas decirle», dijo Nagbe en el programa «CBS Mornings».

Nagbe, una enfermera con casi 20 años de labor, añadió que su hijo se recupera rodeado por un equipo médico profesional.

Según los documentos que sustentan una causa probable para juicio, Lester dijo a la policía que después de que sonó la campanilla en la puerta, él vió al joven que jalaba el pestillo exterior.

Lester creyó que Yarl intentaba entrar a la casa y se sintió «muerto de miedo» debido a la estatura del joven, según los documentos.

James Everhart, quien vive a tres casas de la residencia de Lester, dijo a la estación local de la cadena National Public Radio que él no cree que la raza del joven baleado y la del sospechoso hayan desempeñado un papel en esta situación.

«No hay racismo en esta historia», dijo Everhart. «Los activistas que hablan de (crimen de) odio y aparecen para protestar solo dividen a la gente. El hombre estaba asustado y le disparó a alguien».

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