La isla puertorriqueña de Vieques enfrenta una doble desdicha. Sus habitantes tienen que lidiar con una alta incidencia de varias enfermedades, que achacan a décadas de prácticas militares de la Marina estadounidense, sin contar con un hospital desde hace más de cinco años.
«El problema que tenía Vieques es la alta contaminación de los servicios militares. Nos encontramos que tenía una incidencia de cáncer de un 25 % mayor que el resto de la población de Puerto Rico«, asegura a EFE Zaida Torres, una enfermera de 68 años que trabajó en el hospital que quedó destruido por el huracán María de 2017.
Cuando se cumplen 20 años de la retirada de la Marina estadounidense de Vieques, Torres insiste en que los estudios demostraron que enfermedades como el asma, de corazón o renales «estaban elevadas».
Puerto Rico presentó una enmienda en julio de 2022 ante la Cámara de Representantes federal que pide al Departamento de Defensa de EE. UU. investigar los efectos en la salud posiblemente causados por los entrenamientos de su Marina en Vieques durante más de 60 años.
CONTROVERSIA SOBRE LOS EFECTOS DE LAS PRÁCTICAS MILITARES
Organizaciones locales denuncian que enfermedades como cáncer, diabetes e hipertensión, así como problemas respiratorios, son mucho más habituales entre los habitantes de Vieques que en otros lugares de Puerto Rico, lo que la Marina niega aduciendo falta de estudios objetivos.
Ibis Raquel Cintron, profesora jubilada de la escuela de Vieques, cuenta a EFE que la tercera y última de sus hijas nació con una condición de salud extraña de la que culpa a las prácticas militares.
«Nació con una condición de un ojo que es bien extraño y pensamos que pudo haber sido la contaminación porque mi esposo era también viequense y los dos ya estábamos contaminados porque nacimos y nos criamos allí», denuncia Cintron.
La Marina de Guerra de EE. UU. utilizó parte de las islas-municipio de Vieques y Culebra hasta mayo de 2003 como campo de tiro y alquiló esas zonas a otras naciones para que probaran su armamento.
«Contaminaron con muchos materiales y una de las cosas que más afectó es el mercurio. Se encontró en niños de 5 años en adelante y es un contaminante que causa problemas de aprendizaje», indica Torres.
MÁS DE CINCO AÑOS SIN HOSPITAL
Los viequenses han tenido, además, que enfrentar esta situación sin un hospital. Desde hace más de cinco años, solo hay una sala de emergencias donde se prestan los servicios básicos y urgentes a la población.
«Agujeros en el techo provocaron que se inundara el hospital, aún recuerdo aquello con horror», explica a EFE la médica Betzaida Machenzie, que a sus 70 años y ya jubilada rememora cómo fue trabajar en un centro médico donde el «techo se caía» tras el paso del huracán María.
El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, informó a finales de febrero que ya se firmó el contrato entre la empresa Caribe Tecno, el municipio de Vieques y la Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura (AFI) para construir en tres fases el nuevo centro hospitalario de la isla.
Con una inversión estimada en 85,6 millones de dólares, contará con un centro de diálisis, sala de emergencias, área de imágenes, laboratorios, farmacia, servicios dentales y sociales, infusión, oficinas administrativas, clínicas externas y un helipuerto.
«Este proyecto del nuevo hospital no ha sido nada nuevo porque no es la primera vez que escuchamos que eso va a suceder, sería nuevo si viéramos que en realidad se cumpliera», dice con desconfianza la futura estudiante de medicina, el viequense Yihana Meléndez.
FOMENTAR QUE LOS VIEQUENSES ESTUDIEN MEDICINA
«Desde que era pequeña siempre hemos tenido este problema de salud y he sentido la necesidad de responder», afirma Meléndez, que a sus 20 años «siempre» ha querido estudiar medicina.
Según pasaban los años, las ganas de la joven «han crecido porque se ha visto que la situación ha empeorado en el ámbito de la salud».
«Creo que es importante fomentar en general estudiar porque se ha visto que la población de jóvenes viequenses ha ido decayendo en cuanto a los que van a la universidad», indica Meléndez desde los jardines de la Universidad de Puerto Rico.
Algo con lo que coincide Torres, quien aboga por «educar a la población, especialmente a los jóvenes, y tratar de crear un programa que se dedique a orientar» para que continúen sus estudios.
A juicio de esta enfermera, «el problema que van a tener (las autoridades) es llenar el nuevo hospital porque ahora nadie quiere venir a servir a Vieques».