Buenos Aires, Argentina. – Los fines de semana ya no son iguales en Argentina y tampoco en las fronteras que unen el país con Chile y Uruguay, es que, con las diferencias monetarias con estos países limítrofes, una inmensa cantidad de “vecinos” se vuelca a las calles de esta bendita tierra para hacer valer la diferencia de su moneda con respecto a los pesos argentinos.
La constante y terrible devaluación de la moneda nacional, hace que se rememoren aquellos tiempos en que los argentinos viajaban a Estados Unidos (sobre todo Miami) y aplicaban el famoso “Deme dos” plagando los pasillos del aeropuerto de Ezeiza con enormes cajas de electrodomésticos, televisores más grandes que la vida y cualquier otra cosa que aun a sabiendas no iban a utilizar, se justificaba su compra por lo económico que resultaba para los bolsillos.
Hoy la torta se ha dado vuelta y son los habitantes de Chile, Uruguay, Paraguay e incluso Brasil, que caminan unos pocos pasos para meterse en el territorio argentino y hacer estragos en los comercios con bandera celeste y blanca.
También están los que aprovechan sus días libres o sus vacaciones postergadas y se vienen en auto y familia hasta la capital federal, se hospedan, comen, pasean y compran muy barato con respecto a su moneda, llenando los baúles de los coches de todo lo que se cruce a su paso, en mayor medida, cosméticos, productos de limpieza, artículos de primera necesidad para la cocina diaria y de quedar lugar, mucha ropa y algún que otro artículo para el bienestar del hogar.
Las postales de las largas filas de vehículos en las aduanas fronterizas fue todo un símbolo de la decadencia argentina con respecto a los países vecinos. Horas y horas de espera que ni siquiera molestaron a quienes sabían que el viaje sería muy fructífero en cuanto a lo económico.
Los hoteles de la ciudad capital se llenaron por completo, agotando las reservas incluso para meses posteriores, en un fenómeno que sumó a los bolsillos de quienes hasta hace unos meses padecían de visitantes. La demanda fue tan grande que de acuerdo al informe de la cámara que los nuclea, muchos albergues transitorios (hoteles de parejas) fueron adecuados para recibir a los ambiciosos visitantes a los que no les importaba quiénes habitaban la habitación de al lado. Incluso en las provincias litoraleñas, se ha comprobado el alquiler de viviendas por semana o por mes.
Precisamente el mismísimo presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, dijo en estos días que “Estamos con problemas en la frontera con Argentina porque los precios son extremadamente más baratos y eso produce un efecto colateral que perjudica sensiblemente la actividad de los comerciantes locales”
Tal vez el slogan perfecto para alguno de los tantos candidatos para las próximas elecciones
Argentinas podría ser “Argentina, un país en oferta”.