Activistas y defensores de políticas sostenibles volvieron a sonar las alarmas en la Cumbre de Ambición Climática, dentro del programa de la 78ª Asamblea Nacional de Naciones Unidas. El secretario general António Guterres insistió en que vivimos en un «mundo peligroso e inestable».
El pasado 20 de septiembre, con un mensaje urgente desde las Naciones Unidas a los líderes de las mayores potencias económicas, los llamaron a implementar acciones para evitar una catástrofe ambiental en ciernes.
«La crisis climática que vivimos no es un hecho aislado, es algo que nos afecta a todos, aunque sean los países más pobres los que más sufren. Todavía hay esperanza, pero queda poco para que no haya más remedio», dijo a la Voz de América, Jeremy Solís, un manifestante puertorriqueño en las afueras de la sede de la ONU en Nueva York.
El mismo pedido urgente fue repetido por el secretario general del organismo multinacional. “La humanidad ha abierto las puertas del infierno”, advirtió António Guterres en la inauguración de la Cumbre de Ambición Climática.
“El calor horrendo está teniendo efectos horrendos. Agricultores angustiados observando los cultivos arrastrados por las inundaciones. Temperaturas sofocantes que generan enfermedades. Y miles de personas huyen aterrorizadas mientras se desatan incendios históricos”, destacó Guterres, quien además mencionó los récords actuales de calentamiento global
El líder de la ONU pidió a los países más desarrollados, responsables de la inmensa mayoría de las emisiones de carbono y la contaminación en el mundo, que tomaran acciones para evitar la carga climática y económica que recae sobre las naciones en desarrollo.
En la cumbre especial no estaban presentes los presidentes de China, Rusia, Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Sus enviados no tomaron la palabra en la reunión, cuyo podio sólo estuvo reservado para los «hacedores», países que se han movilizado e implementado acciones para hacer frente a los efectos del cambio climático.
Guterres llamó a “los principales emisores –que se han beneficiado más de los combustibles fósiles– a hacer esfuerzos adicionales para reducir las emisiones, y a los países ricos a apoyar a las economías emergentes para que lo hagan”.
FOCO EN LAS COMUNIDADES DESFAVORECIDAS
La adaptación como una vía de resiliencia y el apoyo financiero a quienes no tienen los medios para lograrlo son las bases de un acercamiento eficaz a la batalla de las comunidades más desfavorecidas frente al cambio climático, explicaron expertos en un panel colateral dentro de la 78ª Asamblea General.
Para Eddy Vázquez, un joven activista climático de República Dominicana es muy importante dar testimonio de las historias que dejamos de lado, «porque se convierten en el diario vivir de muchas personas todos los días».
Eddy, fundador del movimiento Juventud Sostenible, viajó hasta Nueva York para participar en el foro colateral de la ONU y a la vez tratar de magnificar la situación en su natal nación caribeña, víctima de huracanes y subidas del mar.
«Si no posicionamos estas historias, las vamos a perder y con ello vamos a perder muchos de los esfuerzos que son necesarios para rescatar la vida de las personas que se encuentran afectadas por estos eventos», dijo a la VOA.
Sobre la Cumbre de Ambición Climática, en su opinión, hay dos aspectos muy importantes: «el primero es que debemos duplicar el financiamiento de adaptación a nivel internacional. Hay un compromiso que se tomó en la COP-26 que no se ha cumplido todavía y los pequeños estados insulares, todos los estados del mundo estamos esperando por eso», afirmó.
«Segundo, debemos enfocarnos un poco más en las comunidades que están siendo desfavorecidas. Los pequeños estados insulares, en específico mujeres, jóvenes, niñas, están siendo extremadamente afectados por estos efectos y no los estamos involucrando en estas conversaciones», concluyó.
El activista también llamó la atención sobre las historias de éxito, «los buenos casos, las buenas prácticas de las comunidades que día a día sobreviven a estos efectos del cambio climático y que de alguna forma u otra nos hacen saber que hay esperanza en las acciones ante los efectos de esta gran crisis».
EL PULMÓN VERDE EN PELIGRO
«La Amazonía tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de carbono. Entonces, la pregunta es ¿cómo aseguramos que la Amazonía continúe haciendo su trabajo? Proponemos que es tiempo de descarbonizar la economía, es tiempo de desnarcotizar la Amazonía», indicó a la VOA, la colombiana María Martínez.
Mientras sostenía una tela con los colores de la bandera colombiana y las palabras «descabornizar» y «desnarcotizar» en inglés, Martínez aseguró que viajó hasta Nueva York para hacerse oír y elogió el plan de «paz total» propuesto por el presidente de su país, Gustavo Petro, que también incluye el factor ambiental.
«La agenda del actual gobierno ha propuesto la paz total en la cual construimos paz para entender cómo debemos proteger la Amazonía en esta crisis climática. (…) La naturaleza nos protege a nosotros. Nosotros debemos entender la naturaleza», recordó la activista.
Petro, que busca poner fin al conflicto armado en Colombia, también espera acabar con el tráfico de coca realizado por grupos criminales y las guerrillas. Su mensaje ambiental también ha resonado en la ONU.
LA CRISIS CLIMÁTICA FORZÁ A MIGRAR
A su lado, Luria Martínez, su hermana, advirtió como la crisis climática está «forzando las migraciones».
En 2021, más de 38 millones de personas se vieron forzadas a desplazarse de su hogar por desastres naturales. De ellas, más de 22 tuvieron que migrar por fenómenos relacionados con el clima: riadas, incendios forestales, sequías o temperaturas extremas.
«La gente de todo el mundo quiere ir a los países mejor desarrollados porque hay mejores condiciones de vida. No tienen agua, los suelos son infértiles. Entonces, una forma de parar la migración es que los países de Latinoamérica tengan sus recursos para sobrevivencia¨.
Sin embargo, muchos de estos recursos son extraídos para conveniencia de los países ricos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define las migraciones climáticas como el traslado de una o varias personas que abandonan su lugar de residencia habitual debido a los efectos del cambio climático. Algunas de estas personas migran más allá de sus fronteras; otras, se mueven dentro de sus propios países. En estos casos, hablamos de desplazados internos.
Ya en 2018, el Banco Mundial señalaba que, si no se avanza en la mitigación del cambio climático, en 2050 podría haber 143 millones de personas desplazadas dentro de sus países debido a los efectos adversos del clima solamente en África Subsahariana, Asia Meridional y América Latina.