Carmen Amalia Reverón-Pagán es un rostro familiar en el norte de Filadelfia, en especial para los adultos mayores y sus familiares.
Amalia, tiene una maestría en enfermera psiquiátrica, ha trabajado 30 años para el centro de veteranos del noreste de la ciudad como consejera de reajuste.
Nacida en Río Piedras, PR, estudió y trabajo allá como asistente de profesor, en la escuela de Enfermería del Recinto de Ciencias Médicas.
Ella relata que cuando le robaron su carro comprendió que no podía comprarse otro por la poca paga que recibía, y comenzó a buscar otro trabajo. En los sitios en que estaba buscando requerían saber inglés. “Ahí fue cuando en 1989 dije creo que es bueno irme para los Estados Unidos para pulir más el inglés y por eso terminé acá en el hospital de Veteranos de Northampton, en Massachusetts. Me vine sola como yo siempre digo, con dos maletas y mil dólares”.
No le fue tan difícil dejar a su familia en la isla, ni enfrentarse a la barrera del idioma en su nuevo trabajo, porque “las cosas no se piensan mucho si uno las quiere hacer.” Estuvo tres años trabajando como enfermera psiquiátrica, pero debido a recortes presupuestales la pasaron a un área ajena a lo suyo. Entonces pidió ser transferida al hospital de Veteranos de Filadelfia en 1993.
Estuvo trabajando en la unidad de psiquiatría del hospital, donde el tratamiento a los pacientes en su mayoría estaba compuesto en la administración de medicamentos. Amalia quería ejercer su profesión más a fondo. Le preguntó a una compañera de trabajo si sabía de alguna otra posición y ésta la refirió al centro de veteranos. En aquel entonces el director era Juan Malavé, LCSW, un veterano de la Infantería de Marina de los Estados Unidos y combatiente de la guerra de Vietnam.
Ocupó la plaza de consejera de reajuste la cual consiste en ayudar a los veteranos a adaptarse a la sociedad después de haber servido en las fuerzas armadas. “Doy consejería a los veteranos que tienen problemas de depresión, ansiedad, a los que padecen de estrés postraumático y a los discapacitados como consecuencia de su servicio… No solamente a ellos sino también a sus familias, pues el centro de veteranos provee servicios de consejería donde ayudan tanto al veterano como a la familia a reajustarse a la vida cotidiana”, precisa.
A diferencia de la práctica privada, en este centro, los veteranos no tienen un tiempo limitado para su ajuste. “Yo entiendo que para el veterano es una ventaja saber que pueden venir aquí sin importar cuanto tiempo tome su tratamiento o reajuste. Yo tengo veteranos que prácticamente han estado conmigo por décadas y otros que quizás después de tres o cuatro meses se sienten mejor y siguen hacia adelante, eso depende de cada individuo”, comenta la consejera.
Resalta la dificultad de olvidarse de los eventos traumáticos que sucedieron años atrás, lo que suele afectar sus reacciones en el presente, “esto es un proceso que yo me atrevería a decir que es por toda la vida.”
La veterana en salud mental, explica que durante la consejería, se les brinda herramientas que les ayuden a bregar con el coraje, la ansiedad y la depresión, para que no necesariamente recurran al alcohol o a las drogas. “Yo estoy ahora a cargo de cinco grupos de terapia y entre ellos hay un grupo de esposas de veteranos; otro de esos grupos consiste en veteranos de habla hispana, y yo entiendo que son los que se van a ver más afectados cuando yo me retire… El Centro va a necesitar a un consejero/a que me sustituya, que tenga un buen dominio del español, y que conozca también la cultura, lo cual es muy importante para veteranos que prefieren comunicarse en su idioma natal”.
Su mayor satisfacción
“Yo diría la mayor satisfacción es que yo pude ayudar. Yo vengo de una familia de una mamá soltera y ella me enseñó a que uno tiene que dar lo mejor de sí mismo, como dicen ‘trabajar como si fuera para Dios’. Que aun con mis limitaciones en el idioma, a principio de mi carrera mis veteranos no veían esa limitación o acento. Me enorgullece poder haber sido parte de la vida de estos veteranos… que son muy agradecidos”.
Es también de admirar a los veteranos que han sido amputados y a los que han perdido la vista, los cuales no sienten lástima de sí mismos, “son resilientes, tienen uno espíritu de lucha que cuando uno los conoce, uno entiende que no se debe de quejar, y uno siente que debe de quitarse el sombrero ante ellos.” Precisa.
Elegibilidad de servicios
Gracias a una ley pasada por el Congreso de los Estados Unidos, cualquier veterano que haya servido en los siguientes conflictos bélicos Segunda Guerra Mundial, Marina Mercantil Americana, Guerra de Corea, Vietnam, Líbano, Granada, Panamá, Golfo Pérsico, Somalia, Bosnia, Kosovo, Operación Libertad Duradera, Operación Libertad Iraquí, Operación Nuevo Amanecer, y Guerra Global contra el Terrorismo, son elegibles para los servicios brindados a los veteranos.
“Otro servicio que se provee en el centro es para veteranos/as que hayan sido agredidos/as o molestados/as sexualmente. En inglés se conoce como Military Sexual Trauma (MST).” “Este servicio se les brinda a veteranos/asaunque no hayan ido a la guerra. Además de la consejería póstuma, por la pérdida de un ser querido, que es ofrecida a parientes, familiares, esposas e hijos del personal de las fuerzas armadas, que mueren en el servicio activo. También son elegibles los familiares de reservistas y de la Guardia Nacional que mueren en servicio federal activo.
Los veteranos de Vietnam fueron expuestos a herbicidas tácticos que les causaron diferentes enfermedades, como Párkinson, hipotiroidismo, afecciones cutáneas, cáncer de la próstata, y cáncer del sistema respiratorio entre otros.
Vacante disponible
“Yo me retiro con el favor de Dios en enero 31, 2024. Quisiéramos que para la plaza solicitara alguien que hable español y que conozca la cultura”.
El candidato debería ser un trabajador social, terapista de familia o un consejero profesional. Se pide que el candidato tenga licencia, pero si no la tiene tendrá un plazo de dos años para que la obtenga. Si no lo logra en ese plazo, entonces la persona no puede sostener esa plaza. Para más información favor de comunicarse con el director del centro de veteranos, el señor Michael Taylor al teléfono 215-924-4670.