SELMA, Alabama, EE.UU. — La vicepresidenta Kamala Harris les dijo a miles de personas reunidas para conmemorar el 59no aniversario de los ataques del Domingo Sangriento contra defensores de los derechos civiles en Selma, Alabama, que las libertades fundamentales —incluido el derecho al voto— están bajo ataque incluso hoy en Estados Unidos.
Harris se sumó a una multitud reunida al pie del puente Edmund Pettus, donde policías golpearon a activistas por el derecho al voto en 1965. La vicepresidenta elogió la valentía de los manifestantes por involucrarse en un momento decisivo de la lucha por los derechos civiles.
“Hoy sabemos que nuestra lucha por la libertad no ha terminado, porque en este momento estamos presenciando un ataque total contra las libertades por las que se luchó muy duro y se obtuvieron con grandes dificultades, empezando con la libertad que desbloquea todas las demás, la libertad para votar”, manifestó Harris.
Criticó los intentos de restringir la votación, incluidos los límites al voto por correo, y dijo que Estados Unidos está de nuevo en una encrucijada.
“¿En qué tipo de país queremos vivir? ¿Queremos vivir en un país de libertad y justicia? ¿O en un país de injusticia, odio y temor?”, preguntó Harris, alentando a las personas a responder con su voto.
Harris rindió homenaje a los manifestantes por los derechos humanos que cruzaron el puente en 1965, a sabiendas de que enfrentarían cierta violencia en la búsqueda de “un futuro que fuera más equitativo, más justo y más libre”.
Desde el 2006, decisiones de la Corte Suprema y tribunales de menor instancia han debilitado la Ley del Derecho al Voto de 1965, que fue aprobada tras los ataques policiales en Selma. Los manifestantes fueron golpeados por policías en el puente Edmund Pettus el 7 de marzo de ese año mientras intentaban marchar a través de Alabama en apoyo al derecho a sufragar.
Harris hizo una analogía entre quienes trabajaron para reprimir el Movimiento por los Derechos Civiles y “extremistas” que dijo intentan implementar restricciones al voto, la educación y la salud reproductiva.
Señaló que entre las demás libertades fundamentales que están en riesgo está “la libertad de una mujer para tomar decisiones sobre su propio cuerpo”, una referencia a las restricciones al aborto en distintos estados. También subrayó el apoyo del gobierno federal para un cese del fuego de seis semanas en Gaza “con el fin de sacar a los rehenes y que ingrese una cantidad significativa de ayuda”.
Bajo un cielo resplandecientemente azul, posteriormente Harris encabezó a una multitud a través del puente Edmund Pettus en la marcha que pone fin a la conmemoración anual. Miles de personas la siguieron, en ocasiones cantando himnos del movimiento por los derechos civiles, como “Ain’t Gonna Let Nobody Turn Me ’Round” («No voy a permitir que nadie me haga volverme»).
Horas antes, el secretario de Justicia Merrick Garland habló durante un servicio en una iglesia de Selma para conmemorar el aniversario del ataque de policías de Alabama a manifestantes. Señaló que ciertos fallos judiciales recientes y ciertas leyes estatales han puesto en riesgo el derecho al voto en gran parte del país.
“Desde esas decisiones (judiciales) ha habido un aumento drástico en las medidas legislativas que hacen más difícil que millones de votantes elegibles sufraguen y elijan a los representantes de su preferencia”, dijo Garland a los feligreses en la Iglesia Bautista del Tabernáculo en Selma, donde se llevó a cabo una de las primeras reuniones masivas del movimiento por el derecho al voto.
“Dichas medidas incluyen prácticas y procedimientos que hacen que votar sea más difícil; mapas de redistribución de distritos que son desventajosos para las minorías; y cambios en la administración electoral que disminuyen la autoridad de los administradores electorales elegidos localmente o apartidistas”, comentó. “Dichas medidas amenazan los cimientos de nuestro sistema de gobierno”.
La marcha y el discurso de Garland estuvieron entre decenas de eventos por el jubileo del cruce del puente en Selma, que empezó el jueves y concluyó el domingo.
Los periodistas de The Associated Press Terry Spencer en Fort Lauderdale, Florida; Stephen Groves en Washington, D.C. y Jeff Martin en Atlanta contribuyeron a este despacho.