El presidente ruso Vladímir Putin celebró a primeras horas del lunes una victoria que nunca estuvo en duda, después de que los resultados electorales preliminares mostraron que había asegurado fácilmente un quinto mandato tras enfrentar sólo a rivales simbólicos y reprimir despiadadamente a la oposición.
Con poco margen para protestas, los rusos se agolparon frente a las casillas electorales el domingo al mediodía, en la última jornada de las elecciones presidenciales, aparentemente atendiendo a un llamado de la oposición a protestar contra Putin. De cualquier forma, el abultado e inminente triunfo puso de relieve que el presidente ruso no aceptaría nada menos que el control absoluto del sistema político del país al extender su mandato de casi un cuarto de siglo por otros seis años.
Putin elogió los resultados preliminares como un indicio de “confianza” y “esperanza” en él, mientras que los detractores los consideraron otro reflejo de la naturaleza predeterminada de los comicios.
“Desde luego que tenemos mucho trabajo por delante. Pero quiero dejarle en claro a todos: cuando nos consolidamos, nadie ha logrado asustarnos, reprimir nuestra voluntad y nuestra autoconsciencia. Fracasaron en el pasado y fracasarán en el futuro”, declaró Putin en un encuentro con voluntarios tras el cierre de las casillas.
El secretario británico de Asuntos Exteriores, David Cameron, escribió en la red social X: “Las casillas han cerrado en Rusia, luego de la realización ilegal de elecciones en territorio ucraniano, una falta de opciones para los votantes y sin observación independiente de la OSCE. Así no son las elecciones libres e imparciales”, indicó, refiriéndose por sus iniciales a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
Cualquier crítica pública hacia Putin o a la guerra en Ucrania ha sido sofocada. La prensa independiente ha sido silenciada. Su mayor adversario político, Alexei Navalny, murió en una prisión del Ártico el mes pasado, y otros críticos están en la cárcel o en el exilio.
Más allá del hecho de que los votantes prácticamente no tenían otra opción, los observadores electorales independientes se vieron muy limitados. Según la Comisión Electoral Central de Rusia, Putin tenía casi el 87% de los votos luego de que ya se habían computado los resultados en aproximadamente el 90% de los distritos electorales.
En un ambiente electoral sumamente controlado, los allegados de Navalny instaron a aquellos descontentos con Putin o con la guerra a protestar acudiendo a las urnas el domingo al mediodía, y las filas frente a varios centros de votación, tanto en Rusia como en sus embajadas en todo el mundo, parecieron aumentar en ese momento.
Entre los que atendieron el llamado se encontraba Yulia Navalnaya, la viuda de Navalny, quien se formó en una larga fila en la embajada rusa en Berlín mientras algunos presentes aplaudían y coreaban su nombre.
Pasó más de cinco horas formada, y luego de emitir su voto les dijo a los periodistas que escribió el nombre de su difunto esposo en la boleta.
Cuando se le preguntó si tenía un mensaje para Putin, Navalnaya respondió: “Por favor, dejen de pedir mensajes míos o de alguien para el señor Putin. No podría haber negociaciones ni nada con el señor Putin, porque es un asesino, es un gángster”.
Pero Putin hizo caso omiso de la efectividad de la aparente protesta.
“Hubo exhortaciones para acudir a votar al mediodía. Y se suponía que esto sería una manifestación de la oposición. Bueno, si hubo llamados para acudir a votar, entonces… yo lo elogio”, declaró en su conferencia de prensa tras el cierre de casillas.
En forma inusual, el mandatario se refirió a Navalny por su nombre en una conferencia de prensa después del cierre de las casillas. Y dijo que le informaron la idea de sacar de prisión al líder opositor, días antes de que muriera. Putin dijo que estuvo de acuerdo con ello, a condición de que Navalny no volviera a Rusia.
Algunos rusos que aguardaban para votar en Moscú y San Petersburgo dijeron a The Associated Press que estaban participando en la protesta, pero no fue posible confirmar si todos los que estaban en la fila lo estaban haciendo.
Una mujer en Moscú, que dijo llamarse Yulia, le dijo a la AP que estaba votando por primera vez.
“Incluso si mi voto no cambia nada, mi conciencia estará tranquila… por el futuro que quiero ver para nuestro país”, dijo. Ella, al igual que otros, no dio su nombre completo por motivos de seguridad.
Otro votante de Moscú, quien también se identificó sólo por su nombre de pila, Vadim, dijo que esperaba un cambio, pero añadió que “desafortunadamente, es improbable”.
En tanto, simpatizantes de Navalny visitaron su tumba en Moscú, algunos de ellos llevando consigo papeletas con su nombre escrito en ellas.
Meduza, el medio noticioso independiente más importante de Rusia, publicó imágenes de boletas que recibió de sus lectores, una de ellas con la leyenda “asesino” y otra con la de “ladrón», mientras que una de las papeletas tenía escrita la frase: ”La Haya te espera». Esta última en referencia a una orden de arresto emitida contra Putin por parte de la Corte Penal Internacional, que lo acusa por ser personalmente responsable de secuestros de niños de Ucrania.
Algunas personas le dijeron a la AP que estaban felices de votar por Putin, algo que no sorprende en un país en el que la prensa independiente ha sido sofocada, la televisión estatal transmite en todo momento elogios al presidente ruso y expresar cualquier otra opinión resulta arriesgado.
Dmitry Sergienko, que sufragó en Moscú, dijo: “Estoy contento con todo y quiero que todo continúe como está ahora”.
La votación se llevó a cabo durante tres días en las casillas electorales de las 11 zonas horarias del vasto país, en regiones anexadas ilegalmente de Ucrania y en línea. Aunque las urnas cerraron el domingo por la noche en Rusia, la votación continuó en algunas embajadas de todo el mundo.
Por su parte, el gobierno venezolano elogió el triunfo del mandatario ruso.
“Ha triunfado nuestro hermano mayor, Vladimir Putin”, celebró el presidente venezolano Nicolás Maduro en declaraciones divulgadas a los medios tras conocerse los resultados electorales, y aseguró que el presidente ruso “le ha ganado (por) completo la guerra a todo el imperio colectivo de Occidente”.
Maduro asumió el triunfo de Putin como un “buen presagio” para el mundo en 2024. En un comunicado, la cancillería venezolana también felicitó al pueblo ruso y reiteró su disposición a avanzar en la cooperación bilateral para beneficio mutuo con Rusia, un aliado clave de ese gobierno sudamericano.
A pesar de los estrictos controles, durante el periodo de votación se denunciaron docenas de casos de vandalismo en los centros de votación.
Varias personas fueron arrestadas, algunas de ellas en Moscú y San Petersburgo, después que intentaron generar incendios o detonar explosivos en las casillas electorales, y otras fueron detenidas por arrojar antiséptico verde o tinta en las urnas.
Stanislav Andreychuk, copresidente del organismo independiente de vigilancia electoral Golos, dijo que la presión sobre los votantes por parte de las fuerzas del orden había alcanzado niveles sin precedentes.
Los rusos, dijo en una publicación en las redes sociales, fueron sujetos de un registro personal al ingresar a las casillas electorales, hubo intentos de revisar las boletas ya llenas antes de que fueran depositadas en las urnas, y la policía exigió que se abriera una urna para retirar una boleta.
“Es la primera vez en mi vida que veo semejantes absurdos”, escribió Andreychuk en la aplicación de mensajes Telegram, y agregó que comenzó a monitorear las elecciones en Rusia hace 20 años.
El grupo OVD-Info que monitorea los arrestos políticos dijo que el domingo fueron detenidas 80 personas en 20 ciudades de Rusia.
Eso dejó poco margen para que las personas expresaran su descontento, pero Ivan Zhdanov, director de la Fundación Anticorrupción de Navalny, dijo que el llamado de la oposición a protestar había tenido éxito.
Más allá de Rusia, también se formaron enormes filas alrededor del mediodía frente a las misiones diplomáticas rusas en Londres, Berlín, París, Milán, Belgrado y otras ciudades con grandes comunidades rusas, muchas de las cuales salieron de Rusia luego de que Putin invadió Ucrania.
Manifestantes en Berlín exhibieron una figura de Putin tomando un baño de sangre con la bandera ucraniana al lado, junto con papeletas trituradas en las urnas.
La televisión estatal rusa y autoridades aseveraron que las filas en el extranjero mostraron una gran participación.
En Tallin, donde cientos de votantes formaban una fila serpenteando por las calles adoquinadas de la capital de Estonia que conducían a la embajada rusa, Tatiana, de 23 años, dijo que acudió a participar en la protesta al mediodía.
“Si tenemos alguna opción para protestar, creo que es importante aprovechar cualquier oportunidad”, dijo, dando sólo su nombre.
Boris Nadezhdin, un político liberal que intentó sumarse a la contienda con una plataforma pacifista pero que las autoridades electorales le prohibieron postularse, expresó su esperanza de que muchos rusos votarían contra Putin.
“Creo que el pueblo ruso hoy tiene la oportunidad de mostrar su verdadera actitud ante lo que está sucediendo votando no por Putin, sino por otros candidatos o de alguna otra manera, y es exactamente lo que hice”, dijo después de sufragar en Dolgoprudny, un poblado en las afueras de Moscú.