La educadora Debora Carrera está transformando la educación en Filadelfia con su entusiasmo y compromiso. Su entrega para empoderar a la juventud a través del conocimiento la ha convertido, durante casi 30 años, en una figura inspiradora para estudiantes y docente.
Nacida y criada en Filadelfia, de padres puertorriqueños, la historia de Debora, actual directora de Educación de la ciudad –nombrada en el cargo por la alcaldesa Cherelle Parker–, es un ejemplo de resiliencia, determinación y de arraigado compromiso con la comunidad.
La crianza de Debora estuvo marcada por la fuerte influencia de su madre, Lidia Borges, madre soltera que inculcó en sus seis hijos los valores de la fe, la educación y el trabajo arduo. A pesar de no haber seguido con sus estudios desde temprana edad y de enfrentar desafíos como el divorcio y dificultades financieras, la madre de Debora se aseguró de que sus hijos recibieran una sólida base tanto en lo académico como en su herencia cultural.
Asistir a una escuela primaria bilingüe en Filadelfia resultó ser un momento crucial en la vida de Debora, donde no solo perfeccionó sus habilidades en español, sino que también desarrolló un fuerte sentido de identidad y orgullo por su herencia puertorriqueña. La presencia de educadoras latinas, en especial Felicita Meléndez, quien fuera la directora de su escuela, inspiró a Debora a seguir una carrera en la educación y convertirse en un modelo para las generaciones futuras.
El recorrido educativo de Debora la llevó desde ser estudiante en una escuela bilingüe hasta convertirse en maestra, luego en subdirectora y finalmente en directora de una escuela. Su incansable búsqueda de conocimiento la llevó a obtener una maestría en liderazgo educativo y posteriormente un doctorado, un testimonio de su compromiso inquebrantable con el aprendizaje y el crecimiento.
DEFENSORA DE UN ENFOQUE COLABORATIVO
A lo largo de su carrera, Debora ha sido una defensora vocal de la importancia de la representación y la diversidad en el sistema educativo. Destaca la necesidad de contar con más maestros que pertenezcan a los mismos orígenes étnicos de los estudiantes, para que así se sientan identificados e inspirados.
Como educadora, Debora reconoce los desafíos de la juventud de hoy, en especial en lo que respecta a la identidad, la tecnología y el acceso a recursos. Destaca el impacto de la tecnología digital en la autoimagen de los jóvenes y aboga por un enfoque colaborativo entre organizaciones comunitarias, instituciones educativas y agencias gubernamentales para apoyar el desarrollo integral de la juventud; pero también destaca el involucramiento de padres, maestros, e iglesias.
“Desde la influencia de la tecnología hasta la violencia armada, es crucial buscar estrategias efectivas que promuevan un entorno seguro y propicio para el desarrollo de los niños”, puntualiza.
La dedicación de Debora a su comunidad se extiende más allá del aula, ya que trabaja activamente para cerrar la brecha entre los recursos y la comunidad, sobre todo en la población latina. En sus roles de liderazgo en diversos entornos educativos y posiciones gubernamentales, ha abogado por un acceso equitativo a la educación y oportunidades para todos los estudiantes.
LA EDUCACIÓN ES CLAVE PARA LA PROSPERIDAD
Uno de los puntos clave resaltados por Debora es la importancia de la educación como herramienta para romper el ciclo de la pobreza. Con una experiencia personal que la motiva, enfatiza que una educación de calidad es esencial para brindar oportunidades económicas y transformar vidas. Su compromiso con la educación se refleja en su labor y en la creación de iniciativas innovadoras para apoyar a los jóvenes en su camino académico.
Además, Debora aborda la relevancia del papel de los padres en el proceso educativo de sus hijos. Destaca la necesidad de involucrar a los padres en la enseñanza de los niños, ya que su participación proactiva puede marcar la diferencia en el rendimiento académico y el comportamiento de los estudiantes.
Al abordar la complejidad del rol docente en la actualidad, subraya que los maestros no solo se desempeñan como transmisores de conocimiento, también asumen roles de consejeros, terapeutas y defensores de los derechos de los alumnos. Esta multiplicidad de funciones demanda una dedicación excepcional por parte de los educadores, quienes enfrentan desafíos cada vez más complejos en un entorno educativo en constante evolución, y no siempre recompensado apropiadamente.
En esta primera etapa de su gestión, han estado recogiendo opiniones de los maestros, para ver como poder ayudarlos. Lamenta que muchos de ellos tienen que endeudarse, porque sus ingresos son insuficientes.
Una de las iniciativas de la Administración Parker, es extender los horarios de los estudiantes con actividades extracurriculares. Como madre soltera la alcaldesa Parker, sabe de esa necesidad; el programa piloto iniciara el próximo año escolar en 20 escuelas que están en proceso de selección; y la Dra. Carrera está al frente de esta iniciativa.
La historia de Debora Carrera es un testimonio del poder de la educación, la resiliencia y el apoyo comunitario para superar obstáculos y lograr el éxito, el mismo que quiere lograr para todos los maestros y alumnos de Filadelfia.