Impulsada por la baja en los precios de alimentos y automóviles, la inflación en Estados Unidos se redujo ligeramente el mes pasado tras presentar cifras elevadas en tres ocasiones, lo cual probablemente ofrezca una señal tentativa de alivio a los funcionarios de la Reserva Federal, así como al equipo de reelección del presidente Joe Biden.
Los precios al consumidor aumentaron 0,3% de marzo a abril, informó el miércoles el Departamento del Trabajo, ligeramente por debajo del 0,4% del mes anterior. Medida de manera interanual, la inflación se redujo de 3,5% a 3,4%. Y una medida de la inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de alimentos y energía, se redujo a su nivel más bajo en tres años.
La inflación ha sido inesperadamente alta en los primeros tres meses de este año, tras haber caído a un ritmo constante en la segunda mitad de 2023. Las elevadas cifras han debilitado las esperanzas de que la peor racha de inflación en cuatro décadas estuviera siendo controlada rápidamente.
Si la inflación continúa su declive, ello podría tener un efecto importante en la contienda presidencial. Los republicanos han buscado echar la culpa de los altos precios al presidente Joe Biden, y la utilizan para tratar de descarrilar su campaña de reelección. Si bien la contratación de empleados sigue siendo sólida y el aumento de los salarios es, en promedio, saludable, los precios permanecen, en general, muy por encima de sus niveles previos a la pandemia.
El informe del miércoles podría dar una dosis de tranquilidad de que el ritmo del incremento de los precios podría volver a ralentizarse. Aunque las cifras más recientes muestran que la inflación está muy por encima del objetivo de la Fed de 2%, es la primera vez en este año que la cifra interanual se reduce. Y los aumentos de precios disminuyeron en algunas industrias de servicios, como los hoteles, la atención sanitaria y la reparación de autos, los cuales habían mantenido alta la inflación.