El expresidente y candidato presidencial republicano, Donald Trump, aceptó el miércoles el reto de la vicepresidenta, Kamala Harris, su virtual rival para las elecciones de noviembre, de debatir ante las cámaras.
«Bueno, Kamala. Adelante. Desafío aceptado. Comparemos nuestro historial punto por punto», aseguró el exmandatario en su primer mitin en el estado clave de Pensilvania desde el atentado contra su vida del 13 de junio en un evento de campaña en Butler.
«Se va a caer», aseguró Trump frente a unos 14.000 asistentes en el Holland Arena de Harrisburg, un estadio pensado para ferias ganaderas y rodeos, que Trump comparó con el Madison Square Garden.
Trump pasó al ataque contra Harris en la capital de Pensilvania, un estado en el que los republicanos de MAGA estaban dominando pero en el que Harris ha venido ganando terreno.
El republicano llamó a Harris «falsa» y «extremista de izquierdas» a la que acusó de crear el caos en la frontera con México.
Sin embargo varios miembros de la izquierda, en especial internacional, no la consideran una de ellos.
Este martes, Kamala Harris dijo en un evento en Atlanta: «si Trump tiene algo que decirme, que me lo diga a la cara», en un desafío para que Trump acepte un debate en septiembre, que el republicano no ha confirmado que esté dispuesto a hacer.
Trump ha criticado el acuerdo para que el segundo debate se celebre el 10 de septiembre en ABC News y ha propuesto que sea el canal conservador Fox News que lo organice.