demócrata

Pittsburgh, PA. – Llegué al aeropuerto local de Coraopolis el domingo previo a la CND, para recibir a la candidata demócrata Kamala Harris y su fórmula vicepresidencial, el gobernador Tim Walz. Era una mañana muy nublada, pero ver una multitud entusiasmada con música de un buen DJ, la hacía parecer un día de fiesta más que una reunión política.

Mientras la prensa elucubraba qué sería lo que iba a decir la vicepresidenta o el gobernador Walz, conversé con la gente común que se encontraban en el lugar.

No solo eran organizaciones como Planned Parenthood, también sindicatos locales, algunos gremios reunidos y activistas que están trabajando con la campaña de Harris/Walz. La energía que se despertó dentro del partido es increíble, los jóvenes están bien entusiasmados y los adultos mayores bien animados con esta candidatura.

Como sucede en deportes de conjunto, cuando el rival sabe a qué juega, es fácil que le saque ventaja, o ya saben cómo se tiene que jugar para vencerlo. La campaña pasada, Biden derrotó a Trump en estados claves, esta vez todo indicaba que iba a perder en estos mismos estados, tal vez no por mucho, pero ante el riesgo de ser derrotado, el Partido Demócrata tenía que reaccionar de inmediato.

Gracias a que lo hizo, Harris le dio esa nueva energía, le cambio la imagen, le inyectó entusiasmo, le dio el aire nuevo que necesitaba para refrescarlo y despertara de un letargo que iba a sepultar antes de la elección a Biden y al partido en general.

¿Kamala le imprimirá la dinámica atractiva que se busca para darle continuidad al legado de Biden?, para mí, sí. Es como cuando se baja una nueva versión de una aplicación al móvil, y esta versión le da más rapidez a la aplicación, más facilidad de entender cómo se maneja, tener más claro su mensaje, y que le llegue a toda la gente.

La política es dinámica, no se puede quedar estancada, porque las generaciones más jóvenes, las que por primera vez van a votar, buscan tener nuevas opciones.

Además, a la energía renovada de Harris, se suma la de Walz, un hombre carismático, una persona simpática, agradable. Pude de primera mano sentir su vibración del típico papá bonachón, buena gente, en el que se puede confiar. Lo había escuchado en entrevistas y en discursos; es un tipo con un sentido del humor extraordinario, y creo que le da el complemento necesario a la vicepresidente, una imagen confiable y auténtica que llama al votante independiente e indeciso que duda sobre el futuro del país.

Creo que es el momento perfecto para un Partido Demócrata en su versión 2.0, que mejore su posicionamiento, y dé los resultados que esperan sus votantes. Además, que le dé a la política nacional ese respiro positivo tan necesario, y que también reclaman muchos republicanos dentro y fuera de su partido.

Esta elección va a ser muy particular, el trumpismo estancado en su misma estrategia contra los demócratas que cambiaron de estrategia en el momento más oportuno, y en el momento que el contrincante no lo esperaba.

Y ahora, ¿qué pueden hacer los republicanos que sea diferente? ¿O simplemente se quedarán a esperar sin intentar nada? Y si pierde Trump otra vez, ¿el Partido Republicano a quién le va a pedir cuentas?

Preguntas que me dan vuelta en la cabeza desde que presencie el banderazo de salida desde Pittsburg, del recorrido en bus de la campaña Harris-Walz, la versión 2.0 del Partido Demócrata.

Dariofdo0101@gmail.com

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí