La entrega de los premios de la pequeña pantalla más reputados en la esfera internacional volvió a su calendario habitual tras la celebración excepcional de su 75 edición el pasado enero, cuatro meses después de lo previsto debido a la huelga de guionistas y directores de Hollywood.
La ceremonia tuvo lugar en el teatro Peacock L.A. Live, ubicado en el centro de Los Ángeles.
La estrella de ascendencia puertorriqueña Liza Colón-Zayas ganó el premio a mejor actriz de reparto, una categoría muy reñida, por su papel como Tina Marrero en “The Bear”. El año anterior había ganado en esa misma categoría su compañera de reparto Ayo Edebiri.
“¿Cómo podría haber pensado que sería posible estar en presencia de Meryl Streep y Carol Burnett?”, dijo Colón-Zayas, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos al aceptar el premio en el escenario de Los Ángeles.
Es la primera latina en ganar en la categoría. “A todas las latinas que me están mirando”, dijo, “sigan creyendo, y voten”.
La directora mexicana Issa López aseguró el pasado domingo que se siente muy orgullosa de que la serie “True Detective: Night Country”, su primer proyecto en inglés, haya conseguido 19 nominaciones en los Emmy, y defendió que los inmigrantes pueden jugar y arrasar.
«Nací en México y soy inmigrante, y es un alivio tremendo saber que podemos jugar en el mismo campo que los demás y arrasar», respondió a EFE la cineasta de películas como ‘Casi divas’ o ‘Efectos secundarios’, durante su paso por la alfombra roja.
López dirigió a Jodie Foster, quien ganó su primer Emmy en la categoría de mejor actriz de una miniserie, en el regreso de la famosa antología criminal estadounidense de Nic Pizzolatto.
Además, la cineasta también fungió como autora-productora de la serie de HBO que compitió por el Emmy a mejor miniserie, contra nombres como «Baby Reindeer» o «Lessons In Chemistry».
«Ya estamos trabajando en la próxima temporada, va a haber personajes diferentes y escenarios diferentes», aseguró.
Varios premios fueron presentados por equipos temáticos de la historia de la televisión, incluidos los padres de comedias George Lopez, Damon Wayans y Jesse Tyler Ferguson, y las madres de la televisión Meredith Baxter, Connie Britton y Susan Kelechi Watson.
Diego Luna y Gael García Bernal presentaron el premio a mejor dirección de miniserie hablando en español, y John Leguizamo tuvo un discurso en el que destacó la importancia de la representación de los latinos en televisión y la diversidad en la pantalla.
«Soy John Leguizamo y soy uno de los contratados DEI de Hollywood. La D es de diligencia, la E es de excelencia y la I es de imaginación».
El cuatro veces nominado y una vez ganador del Emmy agregó: «Crecí en Jackson Heights, Queens, como un flacucho aspirante a gánster, y no sabía que la gente como yo podía ser actor. A los 15 años no conocía la palabra actuación”.
Recordó haber visto caras morenas por toda la pantalla: Marlon Brando haciendo de mexicano en «¡Viva Zapata!», Al Pacino como el gánster cubano Tony Montana en «Scarface», y Natalie Wood interpretando a la belleza puertorriqueña en el corazón de «West Side Story».
«Todo el mundo nos interpretaba, menos nosotros», resaltó Leguizamo, quien se refirió a la inadmisible representación latina con papeles estereotipados limitados, como el de Ricky Ricardo en «I Love Lucy», y los únicos personajes mexicanos de Looney Tunes, Speedy González y su vago compañero Slowpoke Rodríguez.
«Así es como nos veíamos a nosotros mismos, porque es todo lo que veíamos de nosotros mismos».
Durante años, contó Leguizamo, no se quejó de esas limitaciones. Pero no quejarse no cambiaba nada, así que, dijo, «durante los últimos años, me he estado quejando». El actor recordó que publicó un anuncio en el New York Times implorando a la Academia de Televisión que contratara a más candidatos de minorías étnicas en la industria.
«Lo que veo aquí esta noche me hace casi feliz y ciertamente menos enfadado», dijo Leguizamo, calificando la gala de este año como una de las más diversas de la historia de los Emmy.
Destacó las nominaciones de Selena Gómez por «Sólo asesinatos en el edificio»; Sofía Vergara por «Griselda», Issa López por escribir y dirigir «True Detective: Night Country», que también contó con la actriz indígena Kali Reis en un papel protagónico; y la actriz nacida en Ciudad de México Nava Mau –que también es la primera persona transgénero nominada a un Emmy de interpretación de serie limitada– por «Baby Reindeer». Aplaudió la victoria de Liza Colón-Zayas por su papel en » The Bear” y elogió a la Academia de Televisión por elegir a Cris Abrego como su primer presidente latino; pero pidió más. «Necesitamos más historias de grupos excluidos», dijo. «Negros, asiáticos, judíos, árabes, LGBTQ+ y discapacitados».
Leguizamo, quien es de origen colombiano, presentó al presidente de la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión, Cris Abrego, de origen mexicano y primer latino en ocupar el cargo.
Los latinos destacaron, pero la noche se la llevó ‘Shogun’, cuya producción fue la más nominada de esta edición con 25 candidaturas, ganando el premio a la mejor serie de drama, y estableciendo el récord de 18 premios en una sola temporada.
“Shogun”, la serie de FX sobre las luchas de poder en el Japón feudal, ganó el premio a la mejor serie dramática por primera vez, mientras que Hiroyuki Sanada se convirtió en el primer actor japonés en ganar un Emmy de una serie dramática por su papel protagónico; y su coprotagonista, Anna Sawai, se convirtió en la segunda actriz japonesa en triunfar en los Emmy momentos después, cuando se llevó el premio a mejor actriz dramática.