Ante un grupo de simpatizantes en la ciudad de Erie, en el noroeste de Pensilvania, el republicano nuevamente usó la inmigración como su caballo de batalla para desacreditar a la candidata demócrata, que ha logrado rebasarlo en las encuestas, aunque por muy pocos puntos. Trump aseguró que Harris era responsable de una “invasión” en la frontera sur de EE.UU. y que “debería ser destituida y procesada por sus acciones”. Además usó el discurso para responder a la vicepresidenta, que el viernes pasado desde la fronteriza Douglas (Arizona) lo acusó de tener un liderazgo fracasado. «En los cuatro años que Donald Trump fue presidente, no hizo nada para arreglar nuestro sistema de inmigración roto”, subrayó la demócrata.
El candidato presidencial republicano Donald Trump intensificó el domingo sus ataques personales contra su rival demócrata Kamala Harris, repitiendo un insulto según el cual ella es una “discapacitada mental”, al tiempo que dijo que debería ser “llevada a juicio político y procesada”.
El mitin de Trump en Erie, Pensilvania, abordó temas similares a un acto celebrado un día antes y que él mismo llamó un “discurso sombrío”. Le dijo a una multitud que lo vitoreaba que Harris era responsable de una “invasión” en la frontera entre Estados Unidos y México, y que “debería ser sometida a juicio político y procesada por sus acciones”.
“El corrupto Joe Biden se convirtió en un discapacitado mental”, añadió. “Triste. Pero la mentirosa Kamala Harris, honestamente, creo que nació así. Hay algo mal en Kamala. Y no sé lo que es, pero definitivamente le falta algo. Y, ¿saben qué? Todo el mundo lo sabe”.
Cuando falta poco más de un mes para las elecciones, Trump está intensificando el uso de ataques personales y ofensivos, incluso cuando algunos republicanos dicen que sería mejor que se ciñera a hablar de asuntos importantes, quien también han criticando las polemicas compañias con las que están haciendo campaña.
Sus sugerencias de que se persiga a los enemigos políticos son especialmente notables por su alejamiento de lo establecido en las normas estadounidenses, en las que se supone que el sistema judicial está protegido de la influencia política. En las últimas semanas ha amenazado con procesar a Google por dar supuestamente prioridad a las “buenas historias” sobre Harris; al director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, y a cualquiera que él considere está “implicado en un comportamiento sin escrúpulos” relacionado con las próximas elecciones.
Trump amenaza desde hace tiempo con emprender acciones jurídicas contra sus adversarios, incluida su rival de 2016, Hillary Clinton, y el presidente Joe Biden. Este mes amenazó con encarcelar a quienes “estén implicados en un comportamiento sin escrúpulos” en estos comicios, entre ellos trabajadores electorales, abogados, agentes políticos, donantes y votantes, sembrando de nuevo la duda sobre la integridad de las elecciones, a pesar de que el fraude es muy poco frecuente.
Pero él mismo tiene muchos problemas jurídicos. En mayo fue declarado culpable de falsificación de documentos comerciales en un caso de soborno a cambio de silencio en Nueva York, y su sentencia está prevista para el 26 de noviembre. Hay otros tres casos pendientes contra él, incluido uno desestimado por un juez federal a raíz de una sentencia de la Corte Suprema que concede amplia inmunidad a los presidentes. El Departamento de Justicia ha presentado una apelación. Los demás casos están en suspenso.
Si gana las elecciones, podría indultarse a sí mismo u ordenarle al Departamento de Justicia el cierre de las investigaciones federales en su contra.
El domingo reconoció que podría perder en noviembre. “Si ella gana, no va a ser muy agradable para mí, pero no me importa”, afirmó.
El hecho de que se burle de la primera mujer negra y la primera persona de ascendencia sudasiática en encabezar la candidatura de uno de los dos partidos más importantes, calificándola de “estúpida”, “débil”, “tonta como una piedra” y “floja”, es también una señal de lo desagradable y personal que puede ser la recta final de la campaña.