El nuevo coronavirus es el detonante para que el voto latino vaya a ser, esta vez sí, decisivo en las elecciones presidenciales, afirma a Efe la periodista Paola Ramos, quien reúne en su nuevo libro, «Latinx», las voces que redefinen la identidad latina desde la diversidad.
Ramos recorrió el país de costa a costa al encuentro de grupos históricamente ignorados dentro de la comunidad hispana o latina, como los afrolatinos, los indígenas, los musulmanes, los indocumentados y las personas LGTBQ, para escribir «Latinx» (Vintage Español).
En una entrevista con Efe habla de lo que descubrió en su viaje, del significado del término «latinx» y del papel que los latinos van a tener en estas elecciones.
TODO ES PERSONAL EN ESTAS ELECCIONES
«La política en algún momento pudo no ser personal, pero en estas elecciones se ha hecho personal (…); se trata de con qué candidato tiene más probabilidades de sobrevivir mi familia», y subraya que esta campaña es completamente diferente a la de 2016 y el elemento diferenciador es la COVID-19.
Ramos, señala que en el 2016 50 % de los latinos que podían hacerlo no votaron en aquellas elecciones porque «no pensaron que Trump podía ser una posibilidad”.
En las elecciones de medio mandato de 2018 ya hubo niveles récord de participación latina y en las presidenciales del próximo 3 de noviembre «van a salir a votar», porque «no se olvidan» de cómo les ha afectado desproporcionadamente la COVID-19 y el desempleo provocado por la crisis económica derivada de la pandemia.
En 2016, la victoria del hoy presidente reveló las tendencias «supremacistas blancas, antimigrantes y antilatinas» de Estados Unidos, y eso empujó a los latinos a asumir su identidad, subraya Ramos.
Hija del periodista mexicano Jorge Ramos y nieta del escritor y periodista cubano Carlos Alberto Montaner, Paola Ramos se define en la introducción de su libro como «latina» y también como «queer» y «estadounidense de primera generación».
Sin embargo, nunca sintió que encajara en la comunidad latina hasta que la palabra «latinx» empezó a brotar de sus labios.
Ese término, surgido en la primera década del siglo XXI, acerca más a Paola Ramos a una comunidad de 60 millones de personas en la que después de la llegada de Trump a la Casa Blanca ha asomado un deseo de pertenencia y de inclusión, dice en la introducción para presentar a los protagonistas de su libro.
Entre ellos hay jornaleros, drag queens, indígenas mexicanos que conservan sus tradiciones a miles de kilómetros de casa, mujeres a favor del aborto y hasta un afrolatino de origen cubano, Enrique Tarrio, quien es el secretario nacional de la organización nacionalista blanca Proud Boys.
«LATINX», UN TERMINO EN DEFINICIÓN
Ramos reconoce que el término «latinx», surgido en la comunidad latina LGTBQ, es controvertido y rechazado por «muchos», pero dice que a la vez engloba a otros muchos que nunca antes se sintieron latinos.
Mucha gente escucha «latinx» en boca de políticos y activistas pero no sabe lo que significa; unos piensan que es un tema «queer», otros que están «americanizando» la palabra «latino» y «algunos creen que alude a ideas socialistas y comunistas», dice.
La realidad es que «la palabra se está definiendo ahora mismo», subraya, y que es «otra manera más inclusiva de abordar quiénes somos todos, no simplemente una parte».
En la introducción del libro Ramos, quien trabajó en la Casa Blanca durante la Presidencia de Barack Obama (2009-2017) y ahora trabaja como periodista para Vice y Telemundo, lo explica así: «Ayudar a que ‘todxs’ seamos visibles. De eso se trata ‘latinx'».
«Nos hemos dado cuenta de lo racistas que hemos sido», dice sobre la discriminación entre latinos.
El término «latinx» también se relaciona con las protestas, con el cuestionamiento del «sueño americano» y el ansia de justicia.
«Nuestro sistema, en su estado actual, no está construido para nosotros. Y la única manera de cambiarlo, para que represente a las comunidades negras y latinx, es reconociendo quiénes somos realmente», plantea Ramos en la introducción.
Ramos responde afirmativamente cuando se le pregunta si los latinos tienen una crisis de identidad.
A su juicio, se debe a que durante muchos años han dejado que «otros» cuenten su historia y la reduzcan a una historia de inmigrantes en la que «todos pensamos lo mismo y estamos unidos» por la experiencia de los abuelos o padres llegados a Estados Unidos.
«Hemos empezado a vivir con nuestras distintas identidades, religiones etcétera, y no sabemos cómo llamar a esta historia y esta comunidad», agrega.
Cuando se le pregunta si en los tiempos de la campaña de Hillary Clinton como directora adjunta de medios hispanos pensaba que la comunidad latina era tan compleja como ahora sabe que lo es, dice que ni lo podía imaginar.
A su juicio, el mensaje de los políticos estadounidenses hacia el electorado latino está «mejorando», pero «queda mucho por hacer».