Garnet Valley, PA – El 9 de noviembre, la compañía farmacéutica Pfizer (Estados Unidos) y su colaboradora BioNTech (Alemania) anunciaron resultados positivos del análisis preliminar de su vacuna contra el COVID-19, BNT162b2, diciendo que la misma puede ser efectiva y segura. El estudio de Fase 3 incluye a 43,000 individuos y al momento la efectividad de BNT162b2 es mayor de 90%.
Las buenas noticias han causado respuestas variadas: alegría, esperanza, duda. Como muchas otras cosas relacionadas al COVID, todo es nuevo y no hay precedentes. El tener resultados clínicos sólo ocho meses desde que comenzó la colaboración entre estas dos compañías es asombroso. La vacuna está basada en una tecnología experimental de ácido ribonucleico mensajero (mRNA). El mRNA en la vacuna provee las instrucciones para sintetizar la proteína espiga del SARS-CoV-2 que el virus usa para invadir las células humanas. Al recibir la vacuna nuestras células comienzan a sintetizar estas proteínas permitiendo que el sistema inmunológico sepa qué hacer cuando se enfrente al virus. El Dr. Norbert Pardi de la Universidad de Pensilvania, un experto en mRNA quien no estuvo envuelto en el estudio dijo que “necesitamos ver más data, pero definitivamente tenemos razón para estar optimistas”.
Pfizer puede pedir una Autorización para Uso de Emergencia (EUA por sus siglas en inglés) en las próximas semanas una vez tengan dos meses de data de seguridad. En ese momento la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) tendrá una reunión del comité asesor de vacunas para ver toda la data y determinar si otorgar la autorización.
Una crítica ha sido que el anuncio fue a través de una conferencia de prensa. Sin embargo, Pfizer y BioNTech van a someter la data a publicaciones científicas, las cuales son revisadas por otros colegas antes de publicarse. Otra crítica es que la vacuna requiere estar refrigerada a -80 ˚C lo que complicará la distribución. Hay también preguntas de ética y de cómo continuar los estudios de las demás vacunas si BNT162b2 es aprobada.
Sin embargo, debemos de aceptar que esto es un paso grande en la dirección correcta. Derek Lowe, en su blog en “Science Translational Medicine” indica que la lección más importante es que las “vacunas contra el coronavirus pueden trabajar. Como todas las vacunas están diseñadas a base de la proteína espiga, es muy posible que todas trabajen”. Por otro lado, el Dr. Joshua Sharfstein, de John Hopkins y ex comisionado de la FDA, asegura que esta es una buena noticia, “espero que esto haga que la gente se dé cuenta de que no estamos atrapados en esta situación para siempre. Hay esperanza, ya sea con esta vacuna o con otra”.