Casi tres millones de estadounidenses comenzarán a recibir la vacuna contra la covid-19 durante los próximos días a partir de este lunes, después de que los primeros envíos del suero de Pfizer comenzaran un proceso logístico diseñado por el Pentágono que debería ser el comienzo del fin de una pandemia que se acerca a los 300.000 muertos y que está fuera de control.
Los primeros camiones refrigerados de los operadores logísticos Fedex, UPS y Boyle comenzaron a abandonar la planta de Pfizer en Portage (Michigan) con los primeros arcones ultrafríos en lo que deben se transportados los viales a unos 600 puntos de vacunación establecidos por todo el país con ayuda de las Fuerzas Armadas y los estados.
En total se distribuirán en esta primera jornada 6,4 millones dosis, aunque se administrarán solo unas 2,9 millones durante la semana próxima, mientras que el resto se reservarán para la obligatoria segunda inoculación que se debe administrar tres semanas después para obtener el 95% de efectividad registrado durante las pruebas.
EL PRINCIPIO DEL FIN
La jornada de hoy marca el inicio de una operación de vacunación histórica que pondrá a prueba a una red de abastecimiento médico extremadamente compleja que requiere transporte por carretera y aéreo, almacenamiento en aeropuertos y hospitales, así como una producción médica al máximo de capacidad y garantías.
El esfuerzo para vacunar lo más rápido posible a 140 millones de personas vulnerables y prioritarias requiere la colaboración de farmacéuticas, empresas de logística, las fuerzas armadas, los departamentos de salud de los 50 estados y de centros hospitalarios y farmacias.
Moncef Slaoui, el jefe médico de la Operación Warp Speed (OWS) dijo este domingo en entrevista con Fox News que su objetivo es que entre el 75 y 80 % de la población de EE.UU. sea vacunada para garantizar inmunidad de grupo y que ese nivel debería alcanzarse entre mayo y junio, para lo que es clave despejar las dudas de parte de la población sobre la inyección.
Esta semana se pondrá a prueba este plan, que lleva preparándose desde que hace no más de 10 meses científicos de Pfizer y BioNTech, Moderna, Astrazeneca y la Universidad de Oxford o Johnson & Johnson comenzaran a desarrollar una vacuna contra el desconocido SARS-CoV-2.
Este sábado el general del Ejército, Gus Perna, responsable de la OWS, que ha destinado más de 10.000 millones de dólares solo al desarrollo de vacunas y que puede acabar siendo el único éxito del presidente Donald Trump en respuesta a la pandemia, comparó este momento al desembarco aliado en Normandía.
«Es el Día D. Como en la II Guerra Mundial, este es el principio del fin de la pandemia», aseguró el general, uniformado y con un tono marcial que parecía dirigido a infundir miedo en el enemigo coronavirus. «Sabemos que frente a nosotros ahí un camino que será arduo», reconoció el militar.
LAS BATALLAS PERDIDAS
El parte de guerra de hoy no es nada alentador. En las próximas horas Estados Unidos podría superar los 300.000 muertos y está añadiendo a la montaña de infectados más de 200.000 casos al día, con casi todos los estados en alerta roja por la extensión descontrolada de la enfermedad.
En el norte del país la pandemia arrecia como no lo había hecho comienzos de año y en las zonas costeras, que ya sufrieron en primavera muertes y confinamiento, parece inevitable repetir la historia, después de confirmar que en el período vacacional que comenzó en Acción de Gracias a finales de noviembre no se siguieron las recomendaciones de quedarse en casa.
Estados Unidos podía empezar a registrar más de 20.000 muertos semanales en las fiestas de Navidad, pese a que se espera que para antes de fin de año ya haya disponibles en los centros de vacunación 40 millones de viales, a los que se sumarían las vacunas de Moderna, que podría obtener autorización de emergencia para su candidata la semana entrante.
Mientras tanto, Trump sigue empecinado en denunciar fraude y decir que ganó «por mucho» las elecciones que, basados en el escrutinio, perdió frente al demócrata Joe Biden, quien ha prometido tomarse en serio la pandemia y darle prioridad en su primer año de mandato.
El propio Trump está emborronando el logro histórico que ha supuesto la OWS, que ha movilizado recursos sin precedentes para ayudar a grandes y pequeñas farmacéuticas a crear vacunas contra la covid efectivas, en muchos casos desde cero, en un tiempo que bate todos los récords de desarrollo científico.
«Es una pena lo mucho que se ha politizado el contexto del desarrollo de la vacuna y la confusión que ha habido sobre el riguroso y verificado proceso científico que se ha llevado a cabo, así como la percepción de la gente», lamentó Slaoui.