En muchos sentidos, el periodismo ha cambiado debido a los cambios en la tecnología, y se está reinventando en medio de la pandemia. Estos desafíos han traído consigo muchas restricciones, pero junto con esto surgen oportunidades. Recientemente converse con Gabriel Escobar, el nuevo editor y vicepresidente sénior, The Philadelphia Inquirer y con Perla Lara, la editora en jefe de Impacto Media para discutir, entre otras cosas, el papel del periodismo en nuestra comunidad. Allí estábamos, tres periodistas originarios de Colombia, México y Bolivia, sentados físicamente a kilómetros de distancia, pero ahora todos juntos en un café virtual, como inmigrantes y residentes de la ciudad del amor fraternal.
Nuestro creador nos creó a su imagen, como narradores. La cultura se forma y se transmite por las historias que escuchamos y las perspectivas de las historias que contamos. El apasionante campo del periodismo brinda la oportunidad de contar historias de lo que está sucediendo en la comunidad, y es extremadamente exigente, porque la vida nunca se detiene. Gabriel nos recordó que los periodistas aprenden algo nuevo todos los días y es esta experiencia lo que los hace mejores.
Los avances en las tecnologías de la comunicación han cambiado la forma en que abordamos los medios. Hemos pasado de ser espectadores a participantes activos y creadores de medios. “Para el editor de un periódico, el órgano más importante del cuerpo es el oído, para que podamos escuchar”, afirma Gabriel. “Antes, los periodistas solían hablarle a la gente, no hablar con la gente. El mundo digital trae comunidad y ahora estamos en conversación con la comunidad». Los poderosos teléfonos inteligentes y las redes sociales han transformado a muchos en “reporteros ciudadanos”, que relatan su vida diaria en línea, y algunos que incluso destacan los desafíos y las necesidades de su comunidad.
Esto crea una necesidad y al mismo tiempo una oportunidad para que universidades como el Esperanza College brinden capacitación. También está cambiando el papel del periodismo. “Si el periodismo se hace bien, resalta los problemas, y luego el gobierno y la comunidad intervienen y se vuelven parte de la solución”, enfatizó Gabriel. Más de reciente, algunos periodistas también están destacando y aportando ideas sobre soluciones a los problemas que enfrenta la comunidad. De hecho, la importancia del periodismo de soluciones se hizo más real para Gabriel cuando el Inquirer empezó a publicar historias sobre el problema del asbesto y el plomo en los edificios escolares de Filadelfia hace un par de años.
Entonces, en medio de los enormes desafíos del nuevo coronavirus y la increíble división y agitación política y social que estamos experimentando, los medios comunitarios como Impacto juegan un papel importante. Gabriel se inició en un periódico comunitario hace muchos años y no ha olvidado sus raíces profesionales ni su herencia. Impacto y otros medios similares brindan información, orientación, soluciones y una voz a la comunidad; especialmente a la comunidad de inmigrantes. Una voz que es fundamental para brindar esperanza y confianza en un mejor futuro.