Miami, (EFE News). – La detención de inmigrantes irregulares en la frontera de Estados Unidos con México alcanzó en diciembre pasado cifras máximas no vistas en ese mes desde el año 2000, al registrarse 70.630 encuentros entre indocumentados y agentes de la Patrulla Fronteriza.
Según datos publicados este jueves por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, las detenciones de indocumentados cuando intentaban entrar ilegalmente al país más que duplica los datos del mes homólogo de 2019, cuando se registraron 32.853, y solo ligeramente por debajo de los datos del año 2000 (71.252).
Si a los 70.630 se suman los llegados a los puertos fronterizos y considerados no admisibles para entrar al país la cifra se elevó en diciembre pasado a 73.513, el mayor número desde julio de 2019.
Y todo ello pese a que diciembre suele ser un mes de menor cruce fronterizo debido al frío y a los miles de millones invertidos por el Gobierno del presidente Donald Trump en levantar la valla fronteriza, de la que esta semana se informó que se habían construido ya 450 millas (725 kilómetros) desde que arrancó el proyecto.
Diciembre pasado fue el octavo mes en que la cifra de detenidos o considerados inadmisibles subió de manera consecutiva, según los datos de CBP, y en los tres meses que llevamos de año fiscal casi se alcanzó la mitad de todo el periodo fiscal anterior, en el que se notó mucho la incidencia de la pandemia del coronavirus.
Precisamente la covid-19 fue el polémico pretexto utilizado por las autoridades migratorias para expulsar o no permitir el ingreso a más de 61.000 inmigrantes en diciembre. Entre ellos estaban los 5.015 menores de edad que llegaron a la frontera en diciembre sin la compañía de sus padres o de un adulto que ejerciera de tutor, el mayor número también desde julio de 2019.
En cuanto a las unidades familiares, consideradas tales cuando un adulto está acompañado de al menos un menor de edad, en diciembre se registraron 4.646 personas en esta situación, el número más elevado en los últimos 10 meses.
Los mexicanos siguen siendo el grupo más nutrido en los datos y en diciembre 38.905 nacionales de ese país fueron detenidos o considerados inadmisibles, seguidos de los guatemaltecos (12.446), hondureños (10.351) y salvadoreños (3.912).
En marzo pasado, el vicepresidente Mike Pence ordenó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) usar sus poderes de emergencia para sellar las fronteras de Estados Unidos, a pesar de las reticencias mostradas por la principal agencia sanitaria del país, según reportes de prensa.
Con el pretexto de la pandemia, el Gobierno Trump endureció así aun más su política migratoria al expulsar del país a la mayoría de migrantes que llegaban a Estados Unidos en busca de asilo o que eran detenidos entrando de forma ilegal.
Durante el evento público en el que se anunció el cierre fronterizo por la covid-19 en marzo pasado, el secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, aseguró que los CDC habían determinado que el coronavirus presentaba un «serio peligro» para los inmigrantes, agentes y oficiales y el pueblo estadounidense.
Sin embargo, una investigación de The Wall Street Journal halló que, de acuerdo con una revisión de los documentos internos del Gobierno y entrevistas con personas involucradas en el proceso, dicha medida «fue impulsada por funcionarios de inmigración en la Administración a pesar de las objeciones de altos funcionarios de los CDC».