La falta de ejercicio físico, una dieta pobre en fibras, el abuso de medicamentos y el estrés, son unos de los factores del estreñimiento. (Foto: Ilustrativa/Vicky Tran/Pexels)

El estreñimiento va en ascenso. Lo sufre entre el 20% y el 25% de la población, debido a la falta de ejercicio físico, una dieta pobre en fibras, el abuso de medicamentos y el estrés. La baja hidratación hace que vaya en aumento cada vez más.

El estreñimiento o la dificultad para ir al baño tiene muchas causas, pero lo primero es saber que nuestros intestinos funcionan con el reloj biológico del ritmo circadiano. Toda esa maquinaria se pone en marcha con la primera comida de la mañana. Los alimentos comienzan su tránsito de digestión en la boca, donde la masticación y la saliva se encargan de la primera parte.

Luego, el estómago, con sus jugos gástricos y otros factores, preparan el bolo alimenticio para ser digerido y extraer componentes como hierro, vitaminas, etcétera. El hígado aporta una cantidad considerable de bilis y enzimas, además del páncreas, que secreta insulina y lipasas para digerir las grasas. Una vez que se haya sacado lo útil, el bolo digestivo seguirá su ruta por el colon para ser eliminado.

¿Dónde está el problema? Muchas veces, el colon está seco o deshidratado por una deficiente ingesta de agua. O el bolo tiene baja densidad y no puede ser expulsado por los movimientos peristálticos o intestinales.

Otras causas: no hacer ejercicios, estar sometidos a mucho estrés, lo que hace que el sistema nervioso se altere y pierda su capacidad de regulación; la comida es del tipo chatarra, con grasas de baja calidad; comemos a destiempo y rápido, sin masticar lo suficiente; nunca ingerimos frutas frescas, hortalizas o verduras.

Hay otros problemas más serios de estreñimiento o diarreas, como el colon irritable o enfermedad de Crohn, diverticulitis, pólipos intestinales hasta algún tipo de neoplasia.

Remedios en casa: el rico jugo de tamarindos es un remedio sano y eficaz; agua de aloe vera o comer “cristales” de esa planta en la mañana; tomar una cucharada de aceite o leche de coco en ayunas; aguacate, que aporta vitaminas y grasas nobles; pimienta cayena, que activa el metabolismo intestinal; chocolate negro y café para aumentar la secreción biliar; frutas como piña, mango, plátano o kiwi, son aliados para tener en cuenta.

Además, salir a caminar al menos 4-5 km diarios, hacer ejercicios de relajación y meditación antes de dormir; seguir la dieta 11-2-9 y no violar las horas de comida. Todo adulto mayor de 50 años debería hacerse un estudio colonoscópico, al menos cada tres años, para no tener sorpresas.

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