La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, pronuncia un discurso sobre su política económica si llega a ganar las elecciones en noviembre, en el Centro Hendrick para la Excelencia Automotriz en Raleigh, Carolina del Norte, EE.UU., el 16 de agosto de 2024. EFE/EPA/Jim Lo Scalzo

La vicepresidenta y candidata demócrata a la presidencia, Kamala Harris, presentó este viernes las líneas generales de un plan para crear una «economía de oportunidades» en Estados Unidos y se centró en prometer que luchará por reducir el costo de vida.

El plan que guiará sus eventuales primeros 100 días

«Quiero hablar de construir lo que he llamado la economía de oportunidades», explicó en un evento electoral en Raleigh (Carolina del Norte), donde dijo que hay productores y empresas del sector alimentario que «no siguen las normas» y que si es elegida presidenta los perseguirá.

«Mi principal prioridad es reducir los altos costes donde importan más, en el coste de los alimentos», indicó la vicepresidenta en la primera presentación de su política económica si llega a la Casa Blanca tras las elecciones del 5 de noviembre.

Según Harris, hay empresas «oportunistas» en el sector alimentario que están inflando artificialmente los precios y que aquellos que no siguen las normas «deben rendir cuentas».

Señaló que grandes empresas están registrando beneficios récord y «mientras algunas cadenas de supermercados transfieren el ahorro de coste al consumidor, otras no lo hacen».

Su plan se focaliza también en el sector inmobiliario.

«Como presidenta trabajaré en asociación con la industria para construir los alojamientos que se necesitan, tanto para comprar como para alquilar. Para finales de mi primer mandato acabaremos con la escasez de vivienda de Estados Unidos construyendo tres millones de nuevas casas y alquileres», dijo.

Harris, recordó el esfuerzo que le costó a su familia hacerse con su propia casa: «Mi madre ahorró durante una década para comprarse una. Yo era adolescente cuando ese día llegó finalmente. (…) Cuando sea elegida haré que sea una prioridad rebajar los costes y aumentar la seguridad económica para todos los estadounidenses».

Su hoja de ruta económica apunta igualmente a los recortes de impuestos.

En concreto, quiere recuperar ayudas fiscales por tener hijos y proporcionar hasta 6.000 dólares en alivio fiscal para las familias de ingresos medios y bajos durante el primer año de vida de sus hijos, y reducir los impuestos hasta en 1.500 dólares para aquellos trabajadores de primera línea que no están criando a un hijo en casa.

Harris también aspira a que los estadounidenses ahorren unos 700 dólares en el pago de su seguro médico.


«Comparen mi plan con lo que Trump quiere hacer. Planea ofrecer a los multimillonarios recortes masivos de impuestos un año tras otro. (…) Para saber de quién se preocupa alguien hay que mirar por quién pelea. Donald Trump lo hace por los multimillonarios y las grandes corporaciones. Yo lucharé para devolver dinero a los estadounidenses trabajadores y de clase media».

Harris

Por la mañana su campaña compartió más detalles de su plan económico rumbo a la Casa Blanca, y sus antecedentes.

Como fiscal general de California, Kamala Harris responsabilizó a las grandes farmacéuticas por prácticas engañosas e ilegales, y ganó $7 mil millones en nombre de los estadounidenses en demandas interpuestas contra sus tácticas inseguras e injustas. Como vicepresidenta, emitió el voto decisivo en la Ley para la Reducción de la Inflación para ayudar a millones de estadounidenses a ahorrar $800 al año en su seguro médico, ganar el derecho de Medicare a negociar precios más bajos de medicamentos con las grandes compañías farmacéuticas y limitar el costo de la insulina a $35 para las personas mayores, y limitar los costos de bolsillo de los medicamentos para las personas mayores a $2.000 a partir del próximo año.

Como presidenta, aprovecharía estas acciones históricas trabajando con el Congreso para:
• Limitar el costo de la insulina a $35 y los gastos de los medicamentos recetados a $2.000 para todos, no solo para las personas mayores.
• Acelerar la velocidad de las negociaciones de Medicare sobre los medicamentos recetados. Basándose en el trabajo de la administración Biden-Harris para permitir que Medicare negocie el precio de los medicamentos recetados y reduzca el costo de algunos de los medicamentos más caros y de uso más común en casi un 40% a un 80% a partir de 2026, la vicepresidenta Harris permitiría que Medicare acelere la velocidad de las negociaciones para que los precios de más medicamentos bajen más rápido.

El plan incluye cancelar la deuda médica de millones de estadounidenses y ayudarlos a evitar acumular esa deuda en el futuro.

Harris buscaría promulgar un plan en sus primeros 100 días para perseguir a los malos actores en la industria alimentaria, que se han aprovechado del consumidor subiendo sus precios sin control, con el fin de reducir los costos de los alimentos para los estadounidenses y mantener la inflación bajo control. Trabajarìan con el Congreso para:
• Promover la primera prohibición federal de la manipulación de los precios de alimentos y comestibles.
• Establecer reglas claras para dejar en claro que las grandes corporaciones no pueden explotar injustamente a los consumidores para obtener ganancias excesivas en alimentos y comestibles.
• Asegurar nueva autoridad para que la FTC y los fiscales generales estatales investiguen e impongan nuevas y estrictas sanciones a las empresas que incumplan las normas.

Su plan apoyaría a las empresas más pequeñas, como las tiendas de comestibles, la industria de procesamiento de la carne, los agricultores y los ganaderos, para que esas industrias puedan volverse más competitivas.

segun su campaña, estas acciones contrastan marcadamente con Trump, que aumentaría los costos para las familias en al menos $3.900 con lo que es, en efecto, un nuevo impuesto nacional a las ventas sobre los bienes de consumo diario importados de los que dependen las familias estadounidenses, como gasolina, alimentos, ropa y medicamentos. Dieciséis premios Nobel coinciden en que la agenda económica de Trump aumentaría la inflación, y otros expertos predicen que sus planes hundirían a Estados Unidos en una recesión.

La vicepresidenta Harris propone un nuevo plan para que más de 100 millones de estadounidenses reciban alivio fiscal. Su plan ampliará el Crédito Tributario por Hijos para ofrecer una reducción de impuestos de 6.000 dólares a las familias con niños recién nacidos. A diferencia de Trump y Vance, la vicepresidenta Harris se ha comprometido a garantizar que nadie que gane menos de 400.000 dólares al año pague más en nuevos impuestos.

Harris promete:

• Reducir los impuestos a las familias de clase media con niños. Restablecer el Crédito Tributario por Hijos ampliado del Plan de Rescate Económico y luchar para que se convierta en una ley vigente en el país. Ofreciendo hasta 3.600 dólares de crédito fiscal por hijo para la clase media y las familias trabajadoras con niños más necesitados.
• Un nuevo Crédito Tributario por Hijo de $6.000 para familias con niños en el primer año de vida, para familias de ingresos medios.
• Reducción de impuestos para trabajadores de primera línea. Ampliarán el crédito fiscal por ingresos del trabajo para cubrir a personas y parejas en trabajos de bajos ingresos que no están criando a un niño en su hogar, reduciendo sus impuestos hasta en $1.500.
• Reducir los impuestos para ayudar a los estadounidenses a pagar el seguro médico en el Marketplace de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, lo que les permitiría ahorrar un aproximado de $700 en primas de seguro médico, lo que supone un ahorro de más de $6.000 por año gracias a la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, algo que precisan, Trump quiere derogar.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, pronuncia un discurso sobre su política económica si llega a ganar las elecciones en noviembre, en el Centro Hendrick para la Excelencia Automotriz en Raleigh, Carolina del Norte, EE.UU., el 16 de agosto de 2024. EFE/EPA/Jim Lo Scalzo

En reacción a las propuestas, líderes demócratas, economistas y analistas han sido mixtas. Mientras unos han elogiado sus planes para fortalecer la clase media y garantizar que los estadounidenses que trabajan duro tengan la oportunidad de no sólo de «sobrevivir, sino de salir adelante», uno de los slogans de su campaña, otros han cuestionado de donde sacaría todo ese dinero para poder ejecutar las propuestas, y las consideran de políticas populistas.


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