Nunca lo había pensado hasta que lo viví al ser voluntaria de la escuela. El aire que respiran los profesores y nuestros hijos, cada día del año escolar. Ya sea al esperar para subirse y bajarse de los buses escolares, como en el turno de llegada o salida de los autos. Son varios minutos expuestos a un aire cargado con polución vehicular. No es justo, ni para ellos, ni para nuestros hijos.
Según un nuevo informe de la Asociación Americana del Pulmón (ALA), podríamos evitar millones de ataques de asma infantil y salvar cientos de vidas de aquí a 2050 si Estados Unidos adoptará por completo los vehículos eléctricos.
Los niños que viven en Estados Unidos están especialmente expuestos a los daños de la contaminación atmosférica y el cambio climático. De hecho, 27,2 millones de niños menores de 18 años -el 37% de todos los niños estadounidenses- viven en una comunidad con al menos un grado insuficiente de calidad del aire. Además, las personas de color son más propensas a sufrir los efectos de la mala calidad del aire y tienen 3,7 veces más probabilidades de vivir en una comunidad con niveles de contaminación alarmante.
Desde la aprobación del Plan de Energía Limpia en el Congreso el país ha ampliado las oportunidades para hacer la transición desde un sector de transporte dependiente de combustibles fósiles a uno eléctrico. En el caso de los buses escolares, por ejemplo, la Administración Biden-Harris ha anunciado casi $1.000 millones en subvenciones para autobuses escolares eléctricos en todo el país y muchos de los distritos beneficiados cuentan con una significativa población de estudiantes latinos.
En el caso del mercado de vehículos eléctricos, el Plan de Energía Limpia ofrece créditos fiscales que los hacen más accesibles al reducir el precio de etiqueta de un carro. Actualmente, muchos modelos de vehículos eléctricos son elegibles para créditos fiscales de hasta $7.500. En la mayoría de los estados, la compra inicial de un vehículo eléctrico es más barata que la de uno de gasolina, y este precio sigue bajando.
Muchos estudios muestran que los vehículos eléctricos son más baratos de operar que los vehículos de gasolina, con un costo total de propiedad más bajo durante la vida útil del vehículo debido al ahorro de combustible y mantenimiento. La Administración Biden también está trabajando en la construcción de una red de carga de vehículos eléctricos conveniente, confiable y hecha en Estados Unidos.
Sin embargo, los republicanos respaldados por la industria del gas y petróleo siguen empeñados en frenar el avance de los vehículos eléctricos. En diciembre, la Cámara de Representantes, liderada por el Partido Republicano, respaldó un intento de bloquear una norma de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) más estricta sobre las emisiones de los vehículos de gasolina. Los republicanos también quieren deshacer recientes propuestas de normas de ahorro de combustible que favorecen a los vehículos eléctricos.
Recientemente, en un esfuerzo por asustar y engañar a los telespectadores, el American Fuel and Petrochemical Manufacturers lanzó una campaña publicitaria de ocho cifras, en la que se dirigía a los telespectadores a «decirle [al presidente Biden] que detenga la prohibición de autos de la EPA». Sin embargo, no hay ninguna «prohibición automovilística» federal. Estos anuncios son parte de una amplia campaña de desinformación lanzada por las grandes petroleras y los intereses de los combustibles fósiles en los estados indecisos que han experimentado un fuerte auge de la energía limpia gracias al Plan de Energía Limpia. Las grandes petroleras simplemente no quieren que las cosas cambien.
No podemos dejar la salud de nuestros hijos en manos de las grandes petroleras. Conocemos el origen del problema y la solución. Sabemos que se puede mejorar la calidad del aire, generar ahorros para las familias y crear puestos de trabajo, y lo que es más importante, proteger el bienestar y futuro de nuestros niños.
Antonieta Cádiz es la directora ejecutiva adjunta de Climate Power En Acción. Anteriormente, trabajó como corresponsal nacional para La Opinión y fue escritora política nacional para Univisión.