Existe un 60% de probabilidad de que se desarrolle un evento ligero de La Niña en las próximas semanas, el cual podría extenderse hasta marzo, indicó el Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) .
La Niña es parte de un ciclo climático natural que puede provocar episodios de clima extremo en todo el planeta, y sus efectos varían según el lugar.
Aunque no hay garantías de que este evento de La Niña se desarrolle, sí hay ciertas tendencias generales. Los expertos dicen que partes del norte de Sudamérica podrían recibir más lluvias de lo habitual. Las regiones del sur de Estados Unidos y algunas zonas de México podrían estar más secas de lo normal. El extremo norte de Estados Unidos y el sur de Canadá podrían ser más húmedos que el nivel promedio.
La Niña es la etapa fría de El Niño-Oscilación del Sur, un patrón climático global que ocurre por causas naturales e involucra cambios en las temperaturas del viento y del mar en el Pacífico, y puede provocar eventos de clima extremo en todo el planeta.
El Niño es la fase cálida y se presenta cuando se debilitan los vientos alisios que suelen soplar a través del Pacífico rumbo a Asia, permitiendo que las aguas oceánicas cálidas se acumulen a lo largo de la costa occidental de Sudamérica. Pero, durante la Niña, los vientos alisios se intensifican y el agua fría asciende de las profundidades del mar, dejando como resultado temperaturas oceánicas más frías que el promedio en el Pacífico oriental.
Estas temperaturas oceánicas más bajas y los cambios atmosféricos afectan la posición de la corriente en chorro —una estrecha banda de aire que que fluye a altas velocidades en dirección al oeste alrededor del planeta—, desplazándola hacia el norte. La corriente en chorro se ubica sobre el océano y puede jalar humedad, influir en la trayectoria de las tormentas y estimular lluvias.
El planeta experimentó recientemente un evento “triple” de La Niña entre 2020 y 2023.
“Tuvimos tres inviernos consecutivos con condiciones de La Niña, lo cual fue inusual porque el único otro caso en que esto había ocurrido fue de 1973 a 1976”, dijo Michelle L’Heurex, climatóloga de la NOAA. Añadió que los eventos de La Niña suelen ser más prolongados y recurrentes que los de El Niño.
“Es inusual, aunque no inaudito”, declaró Ben Cook, climatólogo en el Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA, el cual está afiliado con la Universidad de Columbia, al referirse al pronóstico de La Niña para este año.
Cook destacó que la frecuencia de los eventos de La Niña puede resultar estresante para regiones que recientemente han tenido que hacer frente a sequías, como el este de África. “Si tenemos otro evento de La Niña, esto significa cierta continuación de estas condiciones realmente malas”.
Los impactos climáticos de La Niña
La influencia de La Niña en el clima varía de acuerdo a la ubicación y la temporada, dijo L’Heurex. Partes de Sudamérica, como el este de Argentina, pueden ser más secos que el promedio, mientras que en Colombia, Venezuela y el norte de Brasil podría haber más lluvias de lo normal.
“Depende exactamente de en dónde estés. Parte de esto es porque hay un ciclo monzónico, una temporada húmeda y seca, que atraviesa Centroamérica y Sudamérica, por lo que, en esencia, La Niña modifica la intensidad y ubicación de estos ciclos monzónicos”, explicó L’Heurex.
En Estados Unidos, la región noreste y el valle de Ohio suelen ver condiciones más húmedas de lo normal con actividad de tormentas debido a la posición de la corriente en chorro, señaló Samantha Borisoff, climatóloga de Centro Climático para la Región Noreste de la NOAA, con sede en la Universidad de Cornell.
Las ondulaciones de la corriente en chorro también pueden causar frentes fríos más frecuentes, en particular para el centro y el sur de Estados Unidos. Las nevadas son más difíciles de pronosticar porque dependen en enorme medida de la tormenta y su dirección, explicó Borisoff, aunque aseguró que Nueva Inglaterra, Nueva York y la región de los Grandes Lagos suelen recibir más nieve durante los inviernos de La Niña, aunque nunca es una garantía. Las regiones del sur y el sureste de Estados Unidos están más alejadas de las zonas de tormentas activas, por lo que tienden a ser más áridas y cálidas de lo normal.
La Niña, El Niño y el cambio climático
El vínculo entre La Niña y El Niño con el cambio climático no está del todo claro, según los científicos.
Los modelos climáticos tienden a indicar que El Niño será más frecuente y La Niña menos frecuente, señaló Paul Roundy, climatólogo de la Universidad de Albany. Pero no todos los modelos coinciden. Los modelos por computadora también tienen dificultades para separar las variaciones normales en las fases de El Niño y La Niña con la influencia que tiene el cambio climático en el calentamiento de los océanos y la atmósfera.
“Esto no me llevaría a la conclusión de que el cambio climático no está provocando una mayor recurrencia de El Niño”, comentó Roundy. “Es simplemente que la naturaleza tiene grandes variaciones por sí misma. Así que podemos tener múltiples eventos de La Niña y, tal vez, en 40 o 50 años, veamos una cosa totalmente opuesta”.