Nuevo informe de Naciones Unidas plantea ir a cambio profundo de estructuras y mentalidad

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Imagen de Gustavo Figueiroa, de uso editorial, cedida por el Instituto para el Medio Ambiente y Seguridad Humana de la Universidad de Naciones Unidas (UNU-EHS, por sus siglas en inglés), sobre el informe 'Riesgos de Desastres Interconectados 2025: Una nueva página' publicado este miércoles. EFE

El nuevo informe sobre ‘Riesgos de desastres interconectados’ en el planeta publicado este miércoles plantea soluciones y transformaciones de los supuestos y las estructuras que mantienen las crisis globales, a través de la ‘Teoría del Cambio Profundo’, que recoge «cinco cambios urgentes» para lograr un futuro sostenible y más seguro.

El informe ‘Riesgos de Desastres Interconectados 2025: Una nueva página’ publicado por el Instituto para el Medio Ambiente y Seguridad Humana de la Universidad de Naciones Unidas (UNU-EHS, por sus siglas en inglés) insta a repensar los residuos, al realineamiento con la naturaleza, a reconsiderar la responsabilidad, a reimaginar el futuro y redefinir el valor.

Ante el aumento de las desigualdades y la intensificación de múltiples crisis, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, sostiene que muchas de las soluciones actuales «son simplemente ajustes superficiales», por lo que expone que para crear «un cambio duradero», se precisa cuestionar además «las formas de pensar» que han perpetuado los retos las crisis actuales.

El documento expone las soluciones a los diagnósticos realizados en anteriores estudios, se adentra en las causas más profundas e identifica las estructuras sociales y supuestos que prevalecen en las sociedades y permiten que los problemas persistan.

Con una visión holística, presenta la ‘Teoría del Cambio Profundo’ (ToDC, por sus siglas en inglés) para situaciones como la contaminación por plásticos, identificando las estructuras y supuestos que prevalecen en la sociedad para que este problema persista, como la producción masiva o el consumo de envases de un solo uso.

Profundiza en los supuestos que llevaron a la creación de estos sistemas y cómo incentivan a las personas a mantenerlos con la creencia de que «lo nuevo es mejor» o que la producción y el consumo de los materiales es un signo de progreso.

El verdadero cambio, subrayan los investigadores, empieza en las raíces, en un modelo que relacionan con un árbol, en el que los resultados visibles son los frutos. «Las raíces podridas producen frutos podridos», sostienen y subrayan que si no se replantean los valores y las mentalidades que sustentan esos sistemas, los propios sistemas «nunca cambiarán».

Si no se abordan las causas profundas, las soluciones continuarán siendo superficiales, como en el caso de los residuos o la pérdida de biodiversidad, aseguran.

El informe muestra que «muchas de las acciones que se emprenden, por bienintencionadas que sean, no funcionarán mientras haya todo un sistema trabajando en nuestra contra», asegura la autora principal del informe, Caitlyn Eberle. Por ello, dice, «tenemos que profundizar, imaginar el mundo en el que queremos vivir y cambiar las estructuras para que se ajusten a esa visión».

Los investigadores apuntan que actualmente se piensa en la geoingenieria solar, que supone pulverizar con aerosoles en la estratosfera terrestre para reflejar la luz solar al espacio y reducir las temperaturas globales, como una solución al calentamiento global.

Vista a través de la ´Teoría del Cambio Profundo´, dicen, se trata de una «solución superficial», se necesita «abordar las consecuencias negativas de las acciones humanas», como la quema de combustibles fósiles.

El documento principal recoge este año un informe técnico para cada uno de los cinco cambios que proponen: repensar los residuos, ante los 2.000 millones de toneladas que solo de residuos domésticos se producen anualmente; y realinearse con la naturaleza ante el millón de especies de flora y fauna en peligro de extinción.

Asimismo, reconsiderar la responsabilidad ante el 75 % de pérdidas de los ingresos relacionadas con el cambio climático que sufren la mitad más pobre de la población mundial, a pesar de ser responsables solo del 12 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Además, reimaginar el futuro con la inversión en energías renovables, como «los 659.000 millones de dólares alcanzados como cifra récord en 2023»; y redefinir el valor, ante «el 10 % de la población mundial que posee el 76 % de toda la riqueza».

El informe expone varios casos de cambios de éxito, como la ley europea que obliga a todos los aparatos electrónicos portátiles a utilizar puertos de carga USB-C para reducir los residuos electrónicos, la conservación de las turberas del Reino Unido, la Constitución de Ecuador, que en 2008 estableció «los derechos exigibles» de la Madre Tierra.

Asimismo, el Protocolo de Montreal que logró revertir el agotamiento de la capa de ozono gracias a la acción mundial coordinada, la Bóveda mundial de semillas de Svalbard o la lucha contra el tabaquismo, «un ejemplo de gran cambio social en el que el cambio de mentalidad y la normativa se han unido para reducir drásticamente un comportamiento poco saludable»

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