Hace un par de semanas Donald Trump estuvo en Moon Township, donde reprodujoo argumentos de las elecciones de 2016 y volvió a criticar a Hillary Clinton; pero no ofreció ninguna solución a las mayores crisis que enfrenta nuestra nación. El coronavirus y el cambio climático. Ni una sola vez mencionó a los 200,000 estadounidenses (incluidos más de 8,000 residentes de Pensilvania) que han muerto como resultado de su desastrosa respuesta a la pandemia. Tampoco ofreció un plan respaldado científicamente para la lucha contra los devastadores incendios que están calcinando al Occidente.
En cambio, Trump se centró de nuevo en atacar a Alexandra OC, alentando la brutalidad policial y socavando a los científicos y expertos sobre el valor de usar una máscara para protegerse a sí mismo y a los demás del COVID-19. Trump también arremetió, sobre la energía limpia y el “Green New Deal”, –una táctica familiar para el presidente–, que parece desconocer que los votantes de Pensilvania están interesados por que los candidatos adopten una acción audaz contra la crisis del clima.
Estas son algunas de las mayores inconsistencias y desinformación de lo dicho por Trump:
Trump argumentó que Biden ha dado un vuelco total respecto al fracking, alegando que prohibiría esta técnica si fuera elegido. El plan de Biden no prohibiría la fracturación hidráulica, sino que se enfocaría en modernizar la economía de los Estados Unidos, y disminuiría gradualmente los nuevos permisos de fracturación hidráulica solo en tierras públicas federales. Actualmente hay 106,224 pozos de fracturación hidráulica en Pensilvania, pero desde 2018, solo había 75 arrendamientos en terrenos federales. Es más, el plan de Biden para modernizar la economía crearía 10 millones de empleos sindicales bien pagados.
La estrategia de Trump sobre Biden no es muy novedosa: la encuesta de Climate Power 2020 revela que los votantes de Pensilvania no solo apoyan la acción climática, sino que también quieren regulaciones adicionales sobre el «fracking». Por lo tanto, no sorprende que participar en un debate sobre el fracking y el clima ayude claramente a Joe Biden, fortaleciendo su índice de favorabilidad y aumentando su ventaja sobre el presidente Donald Trump en Pensilvania.
Trump también se burló de Biden por usar una máscara y mantener la distancia social en los eventos de la campaña (dos prácticas de salud pública recomendadas por los propios CDC de su gobierno). También afirmó que hizo un «trabajo A+» respondiendo a la pandemia. Pero los hechos muestran que 200.000 personas han muerto a causa de ella.
De otra parte, Trump se jactó de haber hecho todo lo que prometió y más, pero la realidad parece muy diferente. En su toma de posesión, Trump prometió crear 25 millones de puestos de trabajo, una promesa que no ha cumplido, en parte por la pandemia, pero el país ha perdido 6 millones de puestos de trabajo desde que Trump asumió el cargo, y la guerra de Trump contra la energía limpia, sumado al mal manejo de la pandemia acabó con más de 1,1 millones de puestos de trabajo en energía limpia, incluidos casi 19.000 en Pensilvania.
Trump una vez más se burló de la representante Alexandria Ocasio Cortez y la llamó «mala estudiante», cuando lo cierto es que la representante se batiría con mucha brillantez en un debate sobre temas verdes, tema que domina ampliamente.
No es solo AOC quien viene dando la alarma sobre la crisis climática: los científicos y los principales expertos están de acuerdo con sus advertencias climáticas, sin embargo, esta administración desconfía de muchos estudios científicos, y en el caso del presidente también ha dado la impresión de que no le gustan las mujeres empoderadas, en especial cuando lo confrontan.
Trump se jactó de su decisión de retirarse del acuerdo climático de París, que dice que mataría empleos en Pensilvania y advirtió que Biden quiere volver a unirse al acuerdo. Pero la realidad es que Trump fue muy criticado en el mundo cuando retiró a los EE. UU. del acuerdo de París, lo que lo convirtió en una las pocas naciones que no trabaja para reducir las emisiones globales, siendo además de las más contaminantes. Algunos de los otros países que no están dando un paso adelante, son los principales productores de petróleo. El acuerdo de París aseguraría un futuro para nuestros niños y de volver restauraría el camino para lograr un lugar a los Estados Unidos, como una nación líder en el escenario mundial, en soluciones globales por un interés común.