Manifestantes a favor y en contra del presidente Donald Trump se enfrentaron entre sí y con agentes de la policía en Pacific Beach, en San Diego (sur de California), y al menos tres fueron detenidos al negarse a abandonar el lugar después de que «debido a actos de violencia» se declarase ilegal la reunión.
Con la toma del Congreso en Washington por partidarios de Trump este miércoles aun fresca en la memoria, partidarios de Trump participaron este sábado por la tarde (hora del Pacífico) en una «Marcha Patriótica» en defensa de «nuestra república, nuestra Constitución y nuestra libertad».
Según los canales televisivos locales, grupos anti-Trump convocaron al a gente a personarse en el mismo lugar para impedir la «manifestación fascista» y los dos grupos acabaron enzarzados en una pelea, por lo que la policía debió intervenir para separarlos y luego para alejarlos del lugar.
Según el Departamento de Policía de San Diego, los manifestantes arrojaron piedras, botellas, huevos y otros objetos a los agentes y los rociaron con pimienta.
En sus mensajes la policía no precisó si fue solo uno de los grupos o los dos los que atacaron a los agentes antidisturbios enviados al lugar.
Unas tres horas después del inicio de las manifestaciones, la policía logró desalojar completamente la zona.
«Siempre facilitaremos las protestas pacíficas, pero no toleraremos actos de violencia», escribió la policía en un Twitter.
Un portavoz policial le dijo al canal local de la cadena NBC que tres personas fueron detenidas.
El diario San Diego Union-Tribune cifró en unos cien los manifestantes de cada bando y afirmó que a la policía le llevó «horas» controlar la situación.
Algunos de los manifestantes anti-Trump lucían camisetas con leyendas de la organización Antifa y del movimiento Black Lives Matter.
De acuerdo con el diario, la «Marcha patriótica» estaba convocada desde días antes de la toma del Congreso en Washington por partidarios de Trump.
Los asaltantes del Congreso habían asistido previamente a un mitin en el que el presidente les exhortó a marchar hasta el Capitolio, donde en ese momento las dos cámaras celebraban reuniones para certificar la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre.
Demócratas y republicanos han responsabilizado de lo sucedido a Trump, quien afirma sin pruebas haber sido víctima de un «robo» electoral y puede enfrentar un juicio político en el Congreso antes de que Biden asuma la Presidencia el 20 de enero.