(Foto: Ilustrativa/Pexels)

La meditación de conciencia plena funcionó igual de bien que un medicamento estándar para tratar la ansiedad en una comparación directa.

El estudio probó un programa de conciencia plena ampliamente utilizado que incluye dos horas y media de clases semanales y 45 minutos de práctica diaria en casa. Los participantes fueron asignados aleatoriamente al programa o al uso diario de un medicamento genérico vendido bajo la marca Lexapro para la depresión y la ansiedad.

Después de dos meses, la ansiedad, medida en una escala de gravedad, disminuyó aproximadamente un 30% en ambos grupos y siguió disminuyendo durante los cuatro meses siguientes.

Los resultados del estudio, publicados el miércoles en la revista JAMA Psychiatry, se revelaron en un contexto oportuno. En septiembre, un influyente grupo de trabajo de salud de Estados Unidos recomendó la detección rutinaria de la ansiedad en los adultos, y numerosos informes indican que las tasas de ansiedad mundial han aumentado recientemente, debido a las preocupaciones sobre la pandemia, los disturbios políticos y raciales, el cambio climático y las incertidumbres financieras.

Los trastornos de ansiedad incluyen ansiedad social, ansiedad generalizada y ataques de pánico

Las personas afectadas por esto sufren preocupaciones persistentes e intrusivas que interfieren en sus vidas y relaciones. En Estados Unidos, los trastornos de ansiedad afectan al 40% de las mujeres en algún momento de su vida y a más de uno de cada cuatro hombres, de acuerdo con datos citados en las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Servicios Preventivos de Estados Unidos.

La conciencia plena es un tipo de meditación que enfatiza centrarse sólo en lo que ocurre en el momento y en descartar los pensamientos intrusivos. Las sesiones a menudo empiezan con ejercicios de respiración. A continuación, se realiza una “exploración corporal”, es decir, se piensa en cada parte del cuerpo de forma sistemática, de la cabeza a los pies. Cuando los pensamientos preocupantes se entrometen, los participantes aprenden a reconocerlos brevemente, pero luego los descartan.

En lugar de reflexionar sobre el pensamiento problemático, “se dice: ‘Estoy teniendo este pensamiento, déjalo pasar por ahora’”, comentó la autora principal del estudio Elizabeth Hoge, directora del Programa de Investigación de Trastornos de Ansiedad de la Universidad de Georgetown. Con la práctica, “cambia la relación que la gente tiene con sus propios pensamientos cuando no medita”.

Los resultados se basaron en unos 200 adultos que completaron el estudio de seis meses en centros médicos de Washington, Boston y Nueva York. Los investigadores utilizaron una escala psiquiátrica del 1 al 7, en la que el número más alto refleja una ansiedad grave. La puntuación media de los participantes era de aproximadamente 4,5 antes de iniciar el tratamiento. Se redujo a cerca de 3 después de dos meses, y luego bajó ligeramente en ambos grupos a los tres y seis meses. Hoge afirmó que el cambio fue clínicamente significativo, ya que supuso una mejora notable de los síntomas.

Diez pacientes que tomaron el fármaco lo abandonaron debido a efectos secundarios molestos posiblemente relacionados con el tratamiento, que incluían insomnio, náuseas y fatiga. En el grupo de la meditación de conciencia plena no hubo abandonos por ese motivo, aunque 13 pacientes informaron de un aumento de la ansiedad.

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