Tijuana, México.- A medida que aumenta el desplazamiento forzado interino en México, también se incrementan las solicitudes de asilo en Estados Unidos, como consecuencia de la violencia por la que atraviesan algunas regiones del país.
A marzo de este año se contaron al menos 35.433 personas desplazadas internamente por la violencia, según datos del gobierno mexicano. En la frontera con EE. UU., el número de mexicanos -en su mayoría adultos solteros- que piden asilo también ha ido en aumento, con 62.555 encuentros por parte de las autoridades fronterizas, según datos de la Oficina para la de Aduanas y Protección Fronteriza (CPB, por sus siglas en inglés).
Uno de ellos es Raúl Servín, quien llegó a la frontera estadounidense sin tener claro cómo lograr su objetivo: “Vengo pidiendo asilo político porque me estoy refugiando de mi país”, dijo el mexicano, originario de Michoacán, a la Voz de América.
Servín le contó a la VOA que no podía regresar a su hogar, porque estaba siendo amenazado de muerte. Desde antes del cierre de la frontera, debido a la pandemia, llegaban muchos mexicanos de distintos estados por los mismos motivos.
El gobierno del presidente Joe Biden ha mantenido en pie una norma instituida por el expresidente Donald Trump que impide que se pueda solicitar asilo en la frontera entre EE. UU. y México, resultando en la expulsión de la mayor parte de las personas, a excepción de algunas familias y menores no acompañados.
El gobierno mexicano reconoció el desplazamiento forzado interno. “Hemos promovido ya la elaboración de una nueva ley para atender este grave problema», dijo a la VOA Alejandro Encinas, subsecretario de gobernación del gobierno de México.
Pero algunos activistas aseguran que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no atiende ni a los centroamericanos ni a sus paisanos.
“Muchos migrantes mexicano que llega a la frontera se queda abandonado a su suerte, marginado, poco a poco se va convirtiendo en indigente y hay riesgo que termine como adicto”, contó José Luis Pérez, portavoz de la oficina municipal de atención al migrante de Tijuana.
La Comisión mexicana de defensa y promoción de los derechos humanos- una organización no gubernamental- calcula que en tres años unas 350.000 personas han sido víctimas de desplazamiento forzado en México y la tendencia sigue creciendo.