La reforma migratoria ha sido una de las promesas de campaña del presidente Joe Biden; ahora, el mandatario tiene la oportunidad de reformar secciones y regulaciones tocantes a inmigración. “Biden tiene la manera de cambiar las regulaciones mediante órdenes ejecutivas que son eficaces. La desventaja es que esa orden puede ser cancelada por un nuevo presidente. Lo mejor es tener leyes aprobadas por el Congreso para que una nueva administración no las cancele”, opina el abogado Fernando Chang-Muy.
El rostro cambiante del país
Desde su punto de vista, una reforma migratoria debe considerar a los inmigrantes que entran sin visa, los que tienen tarjeta de residente permanente, los que pueden estar sujetos a deportación y los que pueden solicitar su ciudadanía. “No deberíamos excluir a personas que tienen miedo fundado de regresar a su país”, declara el abogado.
El 27 de enero de 2017, el entonces presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohibía a los refugiados sirios ingresar a los Estados Unidos, y prohibió la entrada de ciudadanos de siete países (Irán, Irak, Somalia, Sudán, Siria y Yemen) a los Estados Unidos.
Las universidades fueron afectadas, tanto estudiantes internacionales no inmigrantes como residentes permanentes documentados sintieron incertidumbre por su estatus. El presidente Joe Biden canceló dicha orden ejecutiva a inicios de su mandato en enero pasado.
Fernando es profesor numerario “Thomas O’Boyle” en la Facultad de Derecho de la Universidad de Pennsylvania. Enseña sobre leyes de inmigración, derechos humanos, derecho de refugiados y liderazgo en organizaciones sin fines de lucro. Le gusta enseñar leyes porque cree que, si forma bien a los estudiantes, habrá más abogados que puedan contribuir a hacer de este mundo un lugar mejor. “Como profesor, ayudo a que los estudiantes tengan una mente abierta y que al graduarse no solo consideren trabajar como abogados de inmigración en los grandes bufetes y corporaciones, sino también en las organizaciones no lucrativas, como son el Centro Nacional de Servicios a personas de diversas nacionalidades, HIAS (que brinda servicios legales y sociales a inmigrantes en alto riesgo, refugiados y solicitantes de asilo) o en Juntos”, comenta.
De origen cubano Chang-Muy comenzó su carrera de abogado en Filadelfia como becario “Reginald Heber Smith” en la oficina de Servicios Legales Comunitarios, donde sirvió como director del Proyecto de Refugiados del Sureste de Asia. En esa capacidad, brindó ayuda legal gratuita a inmigrantes y refugiados de bajos ingresos de Filadelfia. También fundó el Centro Libertad para Sobrevivientes de Tortura, un proyecto de los servicios luteranos a niños y familias, establecido para ayudar a recién llegados que huían de violaciones a los derechos humanos en sus países.
Nuevo nombramiento
Además de enseñar, este abogado brinda consultoría en administración independiente, capacitando a instituciones filantrópicas, organizaciones sin fines de lucro y agencias gubernamentales. En febrero pasado “The Philadelphia Foundation” lo nombró miembro de su junta directiva. “Ahora vuelvo a mi punto de partida en filantropía”, dice.
Fernando tiene una amplia experiencia de contacto personal con las comunidades asiáticas, latinas e inmigrantes en general, lo que le permite recomendar al director de programas cuáles organizaciones no lucrativas, que sirven a comunidades vulnerables y de bajos ingresos, podrían recibir recursos de esta fundación.
“La Fundación Filadelfia tiene criterios para seleccionar a quiénes se les otorgará subvenciones con base en diversidad, equidad e inclusión. La Fundación está tratando de implementar esos mismos principios en su junta directiva y entre sus empleados”, puntualiza.
Algo que las pequeñas organizaciones sin fines de lucro deberían de evitar es el “síndrome del fundador”, que se da cuando un fundador o fundadores mantienen un poder desproporcionado en la organización y ejercen una gran influencia en sus actividades. Esto sin establecer una infraestructura clara para que la organización sea sustentable cuando ya ellos no estén.
De manera similar, esto sucede en la comunidad latina de la ciudad, donde pocos líderes están preparando a las nuevas generaciones transmitiéndoles su experiencia. Gracias a la comunidad puertorriqueña, que peleó por sus derechos, ahora los inmigrantes gozan de los frutos de esa lucha. “Tenemos el Taller Puertorriqueño y Esperanza, entre otras organizaciones sin fines de lucro, que dan testimonio del sudor de los líderes puertorriqueños. Hay que seguir nutriendo y fomentando el liderazgo dominicano, mexicano, colombiano, venezolano y con el tiempo, el liderazgo hondureño, salvadoreño y nicaragüense”, opina el prestigioso jurista.
Por una vida consecuente al servicio de la comunidad marginada, Fernando Chang-Muy es una vida de impacto.
Trayectoria profesional
Fernando fue funcionario oficial de la oficina del alto comisionado de la ONU para los refugiados (UNHCR) y del programa sobre el SIDA de la Organización Mundial de la Salud. También fue el primer director del Centro Intercultural del Swarthmore College. En 2008, el exalcalde Michael Nutter lo asignó como comisionado para servir en la Comisión de Relaciones Humanas de Filadelfia. Es autor de numerosos artículos en diversos medios, concernientes a inmigración y refugiados, salud pública y administración.
Chang es graduado de las Universidades de Loyola, Georgetown, Antioch, y de la Facultad de Derecho de Harvard. Ha recibido numerosos reconocimientos durante su destacada trayectoria profesional.
Por una vida consecuente al servicio de la comunidad marginada, Fernando Chang-Muy es una vida de impacto.