Juez impide a Trump deportación de 5 venezolanos bajo ley usada en tiempos de guerra

Venezolanos celebran oportunidad de solicitar TPS (Foto: Rossana Arteaga-Lopenza)

Un juez federal prohibió preventivamente al Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, deportar de manera acelerada a cinco ciudadanos venezolanos bajo una ley poco utilizada de 1798, diseñada para expulsar rápidamente a extranjeros en tiempos de guerra, según la prensa local.

El juez principal del tribunal federal de distrito en Washington D. C., James Boasberg, emitió el fallo urgente el sábado por la mañana, horas después de que se presentara una demanda en nombre de cinco venezolanos que afirman haber sido programados para su deportación en cuestión de horas o días como resultado de la decisión prevista de Trump de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, de acuerdo con el medio Político.

Boasberg, además, convocó una audiencia el sábado por la tarde que podría traducirse en una garantía legal de que cualquier otra persona afectada por la invocación prevista por Trump esté protegida de la deportación inmediata.

En la demanda presentada por Democracy Forward y la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), las organizaciones indican que la Ley de Enemigos Extranjeros solo se ha invocado en tiempos de guerra: la Guerra de 1812, la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Esta ley no ha sido invocada desde la II Guerra Mundial, cuando se usó para detener a estadounidenses de origen japonés.

Boasberg, explicó que necesitaba emitir su orden de inmediato porque el gobierno ya estaba trasladando a migrantes que, afirma, eran recientemente “deportables” según la proclamación de Trump para ser encarcelados en El Salvador y Honduras. El Salvador acordó esta semana que aceptaría hasta 300 migrantes que el gobierno de Trump designó como miembros de pandillas.

“No creo poder esperar más y estoy obligado a actuar”, declaró Boasberg durante una audiencia realizada el sábado por la tarde, en una demanda interpuesta por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y Democracy Forward.

“Un breve retraso en su expulsión no perjudica al gobierno”, añadió, y dijo que los migrantes permanecen bajo custodia del gobierno, pero ordenó el regreso de cualquier avión en el aire.

El fallo se produjo horas después que Trump afirmara que la pandilla venezolana Tren de Aragua estaba invadiendo Estados Unidos e invocara la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una autoridad en tiempos de guerra que da al presidente un mayor margen de maniobra en políticas y acciones ejecutivas para acelerar las deportaciones masivas de personas.

La ley solo se ha utilizado tres veces en la historia de Estados Unidos, todas ellas durante guerras. Su aplicación más reciente fue durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se utilizó para encarcelar a alemanes e italianos, así como para el internamiento masivo de civiles estadounidenses de origen japonés.

En una proclamación publicada poco más de una hora antes de la audiencia de Boasberg, Trump sostuvo que el Tren de Aragua estaba efectivamente en guerra con Estados Unidos.

“A lo largo de los años, las autoridades nacionales y locales venezolanas han cedido cada vez más control sobre sus territorios a organizaciones criminales transnacionales, incluido el TdA”, se lee en la declaración de Trump. “El resultado es un estado criminal híbrido que perpetra una invasión y una incursión depredadora en Estados Unidos, y que representa un peligro sustancial para Estados Unidos”.

La orden podría permitir que el gobierno deporte a cualquier migrante al que identifique como miembro de la pandilla sin pasar por los procedimientos de inmigración regulares, y también podría eliminar otras protecciones según la ley penal para las personas señaladas por el gobierno.

En un comunicado emitido el sábado por la noche, la secretaria de Justicia Pam Bondi criticó la suspensión de las deportaciones por parte de Boasberg.

La pandilla Tren de Aragua se originó en una prisión del país sudamericano y acompañó un éxodo de millones de venezolanos, la gran mayoría de los cuales buscaban mejores condiciones de vida cuando la economía de su nación se desmoronó la década pasada. Trump y sus aliados han convertido a la pandilla en el rostro de la supuesta amenaza que representan los inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos y la designaron formalmente como una “organización terrorista extranjera” el mes pasado.

Las autoridades de varios países han informado de arrestos de miembros del Tren de Aragua, aun cuando el gobierno de Venezuela afirma haber eliminado a la organización criminal.

El gobierno estadounidense dijo que Trump en realidad firmó la orden el viernes por la noche. Los abogados de inmigración señalaron que el gobierno federal de repente comenzó a deportar a venezolanos a los que, de otro modo, no tendrían el derecho legal de expulsar del país, y se apresuraron a presentar demandas para bloquear lo que, en su opinión, era una proclamación pendiente.

Boasberg emitió una orden inicial a las 9:20 de la mañana del sábado, la cual impidió que la Administración de Trump deportara a cinco venezolanos mencionados como demandantes en la reclamación de la ACLU que estaban siendo detenidos por el gobierno y creían que estaban a punto de ser deportados. El gobierno de Trump apeló esa orden, argumentando que detener un acto presidencial antes de que se haya anunciado paralizaría al Poder Ejecutivo.

(Foto: EFE/YURI GRIPAS)

Si se hubiera permitido que la orden se mantuviera, “los tribunales de distrito tendrían licencia para prohibir prácticamente cualquier acción urgente de seguridad nacional solo con la recepción de una queja”, escribió el Departamento de Justicia en su apelación.

Más tarde, Boasberg programó la audiencia vespertina para decidir si expandiría su orden a todas las personas que podrían ser señaladas de acuerdo con la declaración de Trump.

El subprocurador general adjunto Drew Ensign argumentó que el presidente tenía una amplia libertad para identificar amenazas al país y actuar de conformidad con la ley de 1798. Agregó que la Corte Suprema de Estados Unidos permitió que presidente Harry Truman retuviera a un ciudadano alemán en 1948, tres años después que terminara la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con la medida.

“Esto cortará muy profundamente las prerrogativas del presidente”, dijo Ensign, refiriéndose a una orden judicial.

Pero Lee Gelernt, de la ACLU, señaló que la ley solo se ha invocado tres veces antes y argumentó que Trump no tenía la autoridad para usarla contra una pandilla criminal en lugar de un estado reconocido. Boasberg dijo que el precedente sobre la cuestión parecía complicado, pero que la ACLU tenía una posibilidad razonable de éxito en esos argumentos, por lo que la orden estaba justificada.

Boasberg detuvo las deportaciones de las personas bajo custodia hasta por 14 días y programó una audiencia para el viernes.

La avalancha de litigios muestra la importancia de la declaración de Trump, que es el paso más reciente del gobierno para expandir el poder presidencial. Ensign argumentó que, como parte de su reacción al ataque del 11 de septiembre de 2001, el Congreso otorgó al presidente el poder de delegar amenazas de organizaciones “transnacionales” al nivel de estados reconocidos. Y Gelernt advirtió que el gobierno de Trump podría simplemente emitir una nueva proclamación para usar la Ley de Enemigos Extranjeros contra otra pandilla de migrantes, como la MS-13, que ha sido durante mucho tiempo uno de los objetivos favoritos de Trump.

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