Los triunfos del activismo tardan años en alcanzarse y, cuando se logran, muchas veces la lucha no termina. Tal es el caso de la liberación de las familias inmigrantes indocumentadas alojadas en el Centro de Detención de Familias de Berks. El 26 de febrero había en el centro siete u ocho familias, sumando 20 personas.
Bridget Cambira, abogada que lucha por los derechos de los inmigrantes y que representaba a algunos de los detenidos en esa instalación, informó que las familias liberadas llegaron de manera segura a los hogares de parientes en California, Texas y Virginia, entre otros, donde esperan sus audiencias de asilo. Entre los detenidos había inmigrantes de Rusia, Afganistán, Centroamérica y Cuba, entre otros.
El condado Berks administra ese centro y es reembolsado por el gobierno federal. A cambio, ICE renta el espacio de la oficina y provee cerca de un millón de dólares de ingresos públicos anuales al condado. De acuerdo con un artículo publicado en el periódico Reading Eagle, la portavoz del condado Berks, Stephanie M. Weaver, dijo que los oficiales del condado no pueden comentar acerca del centro, como parte del contrato del ccon ICE.
Por su parte, Shut Down Berks Coalition, grupo que ha venido luchando para el cierre definitivo del centro de detención de Berks, emitió un comunicado de prensa en el que afirman que, aunque las familias están libres, su lucha para cerrar el lugar no ha terminado. Además, que la decisión del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) es el resultado de la persistencia de la coalición, los esfuerzos de las familias detenidas y el apoyo de organizaciones lideradas por inmigrantes, abogados, líderes religiosos y activistas que han presionado para que se libere a las familias y se cierre esa prisión. “Sabemos muy bien que ICE opera sin rendir cuentas ni supervisión y aunque este es un paso en la dirección correcta, estamos muy conscientes de que en algún momento pueden traer a más familias a esta prisión, haciendo que se repita el mismo ciclo de abuso”, advierte el comunicado de prensa.
Para la coalición la lucha no terminará hasta que se cierre esa prisión y hasta que ICE y el Departamento de Seguridad Nacional dejen de usarla; por lo que continuará pidiendo al gobernador Tom Wolf, al vicegobernador John Fetterman y a la secretaria Teresa Miller que se aseguren de que esa instalación nunca más albergue a otra familia inmigrante.
Demy, madre detenida con su hijo por dos años, manifestó que las personas que tienen el poder para cerrar en el centro deben hacerlo, para que no haya más niños detenidos allí. “Mi hijo y yo sabemos el dolor y el sufrimiento que padecimos en ese centro”, expresó.