Desde la postulación de Kamala Harris en la campaña presidencial tras la renuncia de Biden, uno de los puntos de ataque desde el lado republicano ha sido la actuación de la vicepresidenta en materia de inmigración después de que “Biden pusiese a Harris a cargo de la crisis fronteriza”.
En su discurso de aceptación del 18 de julio, un Trump recién nominado por la Convención Nacional Republicana (RNC) para la presidencia, dijo que “También tenemos una crisis de inmigración ilegal- una invasión masiva en nuestra frontera sur que ha extendido la miseria, el crimen, la pobreza, las enfermedades y la destrucción a comunidades de todo nuestro territorio” y esbozó ligeramente su programa migratorio.
Frente a él y en un intento de evitar retóricas electoralistas e incorrectas, es necesario recordar que desde junio de 2021, en que Harris realizaba su primera visita a la frontera sur en El Paso, TX para conocer un centro de procesamiento de migrantes y después de otro primer viaje a Guatemala y México a principios del mismo mes (en lo que fue su primera visita como vicepresidenta al extranjero) hasta la actualidad, no ha dejado de trabajar sobre el tema migratorio, intentando llegar a acuerdos bipartidistas.
Ambos candidatos saben que, en la actualidad, hay millones de ciudadanos estadounidenses que viven con el temor de perder a sus familiares a causa del sistema de inmigración obsoleto y defectuoso del país. Estas personas no solo son importantes para sus seres queridos, sino que también son esenciales para las comunidades donde viven y trabajan.
Por tanto, y debido a la gran importancia de esta materia para la comunidad latina y para el país en sí, lo más correcto para ver la actuación y posicionamiento de la aspirante a presidenta de la nación, es analizar cuál ha sido el trabajo que como equipo se ha realizado durante la administración Biden-Harris.
Este trabajo debería ser indiciario de la línea de acción en la que Harris se moverá en caso de ser elegida presidenta de los Estados Unidos.
¿Cuál ha sido el desempeño de Harris como vicepresidenta en materia de inmigración?
Como persona especialmente designada por Biden para ocuparse de las raíces de las olas migratorias provenientes especialmente de Centroamérica y Venezuela, Harris ha intentado descifrar y atacar el origen del problema: pobreza y violencia en los países de proveniencia de los inmigrantes.
Medidas adoptadas: prometió recientemente $950 millones procedentes de compañías privadas para apoyar comunidades centroamericanas que se añadieron a compromisos previos similares ascendiendo a un total de alrededor $4.2 billones.
La ya mencionada visita en 2021, a la frontera mexicana tras la que señaló que “esto no podría reducirse a un asunto político. Estamos hablando de niños, de familias, de sufrimiento”.
Harris dijo en marzo de 2024 “seamos claros tenemos un sistema de inmigración roto que necesitamos arreglar” y volvió a intentar un acuerdo bipartidista apoyado por Biden (“Bipartisan Border Act”) pero que no fue apoyado por legisladores republicanos, instados por Donald Trump en el último momento por razones políticas de oportunidad. La aplicación de la ley incluiría un sustancioso aumento para asegurar la frontera, en especial con agentes de migración.
El trabajo legislativo para reactivar y sacar adelante la Bipartisan Border Act, recayó en el senador Tom Carper (D-Del) que luchó en la Cámara hasta el último momento para conseguir una reactivación del proyecto de ley “Durante mi reciente visita a México, mantuvimos conversaciones productivas y bipartidistas sobre las causas fundamentales de la migración, cómo podemos abordar mejor las preocupaciones de seguridad en la región y estrategias para expandir las oportunidades económicas en todo el hemisferio”, dijo el senador Carper.
Carper, miembro de alto rango del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado de Estados Unidos, persona de confianza absoluta del presidente, junto al que ha estado en la batalla política desde hace cincuenta años y que quiere a Biden “como a un hermano”, según señaló en sus comentarios a la reciente renuncia del presidente Biden a la reelección ha continuado liderando el trabajo sobre una solución migratoria hasta el momento actual.
Pese a que el senador por Delaware, tampoco se presentará a su reelección debido a la edad, continúa tremendamente activo, y justo en el fin de semana en el que Biden se retiró a su casa de verano en Rehoboth a considerar su retirada, acababa de regresar de una visita de tres días junto con una delegación bicameral y bipartidista del Congreso de los Estados Unidos a México.
La comisión formada por los senadores Laphonza Butler (D-Calif.), Mark Kelly (D-Ariz.) y Todd Young (R-Ind.), así como los representantes Joaquin Castro (D-Texas), Lou Correa (D-Calif.), Jesús “Chuy” García (D-Ill.), Vicente Gonzalez (D-Texas), Sydney Kamlager-Dove (D-Calif.), Greg Stanton (D-Ariz.) y Juan Vargas (D-Calif.) concluyeron en el hecho de que México es un socio clave de Estados Unidos para abordar la migración irregular y abordar los problemas de seguridad, incluido el tráfico de personas y de drogas.
La delegación se reunió con funcionarios públicos –incluyendo el actual presidente de México Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum– para comprender mejor los factores que intervienen en la contención de los flujos migratorios en el hemisferio occidental y el apoyo a la prosperidad económica de ambos países.
Hace poco más de un año en febrero de 2023, el senador Carper lideró una delegación a México, Guatemala y Honduras para verificar cómo las inversiones americanas American investments en estos países estaban creando empleos, conectando a las personas con la economía digital, ampliando el acceso a la financiación para las pequeñas empresas, ofreciendo formación y educación a los jóvenes y los trabajadores y mejorando las condiciones de vida económicas de las personas de la región.
En abril de 2021, Carper lideró una delegación a El Paso, Texas (previa a la que luego realizaría la vicepresidenta Harris), para verificar de primera mano tan solo unos pocos meses después del cambio de administración en Estados Unidos, los esfuerzos que la Administración Biden estaba llevando a cabo para reconstruir un sistema de asilo humano y justo en la frontera sur.
En diciembre de 2015, bajo la administración Obama, el senador Carper, entonces miembro de mayor rango del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado, publicó el informe “Vecinos más fuertes, fronteras más fuertes: cómo abordar las causas fundamentales del aumento migratorio desde Centroamérica”. El informe concluyó que el aumento migratorio en curso desde los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) reflejaba las condiciones problemáticas en esos países.
Aún tenemos en nuestra memoria reciente que, coincidiendo con el 12º aniversario de DACA, la Administración Biden-Harris dictó el pasado 18 de junio una orden ejecutiva sobre inmigración. En palabras de Ramiro A. Cavazos, presidente y director ejecutivo de la Cámara de Comercio Hispana de los Estados Unidos (USHCC), la orden ejecutiva “incluye una vía legal para los cónyuges e hijos indocumentados de ciudadanos de los Estados Unidos que han vivido y trabajado aquí durante años, pero, debido a la falta de apoyo bipartidista del Congreso, enfrentan incertidumbre y demoras para obtener la residencia permanente”.
La orden ejecutiva dictada el pasado junio, también otorgó una vía para los beneficiarios del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Dreamers). Los Soñadores crean empleos, sirven en el ejército, se inscriben en universidades y pagan impuestos, todo ello respetando la ley. Habiendo llegado al país cuando eran niños, ellos son estadounidenses en todo, menos en sus documentos. Esta orden les facilitó el acceso federal al seguro de salud.
También significó la limitación de los números diarios de los demandantes de asilo político y la reversión de la prohibición de entrada a personas de ciertos países musulmanes.
Es necesario analizar de dónde partió la administración Biden-Harris en sus inicios al frente de los destinos de la nación y hasta dónde ha podido llegar, (aún quedan seis meses en los que pueden continuar realizándose avances) para valorar en sus justos términos qué se intentado, qué se ha podido realizar y qué camino queda por recorrer.
El 30 de julio en su discurso en Atlanta, Harris recordó cómo en sus posiciones anteriores en California procesó a cárteles de la droga. Increpó al expresidente Trump por no respaldar su discurso de seguridad fronteriza con acciones, y aseguró que, entre los objetivos prioritarios de su presidencia, en caso de resultar elegida, está el de recuperar el proyecto de ley fronteriza bipartidista que Trump alentó a los miembros republicanos del Congreso a rechazar. Dejo entrever que incluso usaría sus funciones como Poder Ejecutivo.
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