parole
Héctor Benítez Cañas es abogado de inmigración en Miami. Su firma Benme Legal se dedica a la práctica exclusiva de la Ley de Inmigración.

Miles de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos bajo el programa de parole humanitario enfrentan un futuro incierto al acercarse el vencimiento de sus permisos temporales. El programa, diseñado para ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, otorga una autorización de estancia por dos años. Sin embargo, al cumplirse ese plazo, aquellos que no logren ajustar su estatus migratorio se enfrentan a la amenaza de deportación.

El parole humanitario fue implementado para Venezuela en 2022, y en 2023 para Cuba, Nicaragua y Haití, para brindar alivio a inmigrantes provenientes de países con crisis políticas y sociales, permitiéndoles ingresar a EE. UU. de manera ordenada y segura. No obstante, este alivio es temporal.

Según las autoridades del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), quienes no consigan asilo u otra vía legal para permanecer en el país, deberán salir de EE. UU. una vez que expire su parole. De lo contrario, podrían ser sometidos a procedimientos de deportación.

El desafío principal para muchos radica en la limitada oferta de vías legales para regularizar su estatus. Obtener asilo es un proceso largo y complicado, con altas tasas de rechazo. La creciente presión en las cortes de inmigración ha ralentizado las solicitudes, dejando a miles de inmigrantes en un limbo legal. Otros programas, como las visas de trabajo o reunificación familiar, también tienen requisitos que no todos pueden cumplir.

A pesar de estos desafíos, el DHS ha dejado claro que el parole no garantiza una permanencia definitiva y que su propósito es brindar un alivio temporal. “Las personas que no regularicen su estatus deberán abandonar el país o enfrentar la deportación”, advierte un portavoz del DHS.

Para los beneficiarios del programa, el tiempo corre en su contra. La búsqueda de opciones legales es vital para evitar la deportación. Por lo menos para los provenientes de Haití, Nicaragua y Venezuela, ya que los cubanos cuentan con la Ley de Ajuste Cubano, que al cumplir un año y un día pueden pedir la residencia permanente. Sin embargo, la congestión en el sistema y la falta de asesoría adecuada hacen que muchos enfrenten un futuro desconocido, con el temor constante de ser obligados a abandonar el país que alguna vez les dio refugio temporal.

El reto es claro: quienes se beneficien del parole humanitario deben actuar rápido de la mano de profesionales para asegurar su lugar en EE. UU- antes de que sea demasiado tarde.

* Héctor Benítez Cañas es abogado de inmigración en Miami. Su firma Benme Legal se dedica a la práctica exclusiva de la Ley de Inmigración. https://www.benmelegal.org/

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