Kamala Harris congregó el martes a miles de votantes en un estadio abarrotado, mientras el expresidente Barack Obama y la ex primera dama Michelle Obama se alistaban para sus esperados discursos de la noche.
Los Obamas pidieron el voto dentro y fuera del partido para Harris dentro de otro recinto, durante una jornada diseñada para demostrar la vitalidad y alcance de la siempre cambiante coalición de la virtual candidata presidencial demócrata.
“Siento esperanza”, dijo Obama ante la Convención Nacional Demócrata en Chicago apenas minutos después de que su esposa declarara ante esa misma multitud que “hay algo maravilloso y magnífico en el aire ¿cierto?”.
“Estados Unidos, la esperanza está de regreso”, subrayó Michelle
La ex primera dama electrizó a la Convención Nacional Demócrata con certeras ofensivas al expresidente y candidato republicano Donald Trump, y un espaldarazo a Kamala Harris, a quien describió como heredera de la «esperanza».
Hija de esta ciudad, fue recibida con un estruendoso aplauso y gritos de alegría de las miles de personas en el estadio United Center en Chicago.
Agradeció los aplausos y afirmó que había algo «maravillosamente mágico en el aire», no solo en el estadio, sino en todo el país, un «sentimiento familiar que había estado enterrado por demasiado tiempo».
«¿Saben de lo que estoy hablando, verdad? Es la anticipación, la energía, la emoción de estar de nuevo al borde de un día más brillante», afirmó Harris, quien enseguida clamó despertando la ovación del público: «¡Estados Unidos, la esperanza está haciendo un regreso!»
De esa forma, la exprimera dama aludió al lema de «esperanza» que llevó a su marido, Barack Obama, a la Casa Blanca en 2008 y trazó un paralelismo con la historia personal de Harris, quien, como la propia Michelle Obama, idolatraba a su madre y tuvo que guardar luto por su muerte.
Michelle Obama, con un discurso contundente contra Trump, emocionó a los miles de asistentes.
La carismática exprimera dama cargó contra la «limitada y estrecha» visión del mundo de Trump, afirmando que se sintió amenazado por la presencia de una familia negra en la Casa Blanca y consideró que en esta campaña ha vuelto a las mismas «feas, misóginas y racistas mentiras».
De esa forma, pidió a los asistentes que acudan en masa a las urnas en noviembre para elegir a la que podría ser la primera mujer negra y la primera persona de origen indio en llegar a la Casa Blanca.
Por su parte, Barack Obama aseguró que el país está listo «para una nuevo capítulo».
Obama, el primer presidente negro en la historia del país, volvió al escenario de la convención 20 años después de su primera aparición, una presentación en 2004 en Boston que lo impulsó a los reflectores nacionales antes de postularse con éxito a la presidencia.
“La historia recordará a Joe Biden como un presidente que defendió a la democracia en un momento de gran peligro”, dijo Obama el martes mientras la multitud gritaba: “Gracias, Joe”.
“Estoy orgulloso de referirme a él como mi presidente, pero estoy más orgulloso aún de llamarlo mi amigo”, añadió.
«No necesitamos cuatros años más de fanfarronería y caos. Hemos visto ya esa película y sabemos que las secuelas son normalmente peores. Estados Unidos está listo para un nuevo capítulo. Estados Unidos está listo para una historia mejor. Estamos listo para una presidenta Kamala Harris», aseguró el exmandatario entre vítores.
En un reflexivo discurso, Obama animó a los estadounidenses a centrarse en las características que los unen como país e insistió que, a pesar de la polarización, los ciudadanos «quieren algo mejor».
«La gran mayoría de nosotros no queremos vivir en un país amargado y divido», señaló el mandatario ante un público emocionado que interrumpió su discurso con aplausos y vítores.
Obama presentó a Harris como la candidata que puede unir a EE.UU. y luchar por los intereses del pueblo en contraste con Trump: «Como presidenta, no va a atender solo a sus votantes (…) trabajará en nombre de cada estadounidense».
Sobre el compañero de fórmula y aspirante vicepresidencial demócrata, el gobernador de Minesota Tim Walz, dijo: «Me encanta este tipo. Tim es el tipo de persona que debería estar en la política», empezó Obama. «Se puede ver que esas camisas de franela que lleva no vienen de un consultor, vienen de su armario, y han pasado por algunas batallas», afirmó, provocando sonoras carcajadas del público y su esposa Gwen.
Obama atacó con dureza a Trump, describiéndole como un multimillonario egoísta y bravucón, que solo ve el «poder como un medio para conseguir sus fines», y que recurre a «apodos infantiles» y «teorías conspirativas locas» para combatir su mayor «miedo», que dijo es perder ante Harris en las elecciones de noviembre.
«No necesitamos cuatro años más de fanfarronería y caos. Hemos visto esa película y sabemos que la segunda parte siempre es peor. Estados Unidos está listo para un nuevo capítulo. Estados Unidos está listo para una historia mejor. ¡Estamos listos para una presidenta Kamala Harris!», clamó.
Kamala y Tim hicieron una alquimia peculiar
Harris se presentó en la arena en donde los republicanos celebraron su convención el mes pasado en Wisconsin, un estado sin clara preferencia política, donde declaró que su campaña era “impulsada por el pueblo”.
“Juntos trazaremos un nuevo camino hacia adelante”, dijo la vicepresidenta en declaraciones que se transmitieron parcialmente hacia la sede de la Convención Nacional Demócrata. “Un futuro para la libertad, la oportunidad, de optimismo y fe”.
Los eventos paralelos en dos estados dejaron de manifiesto la diversidad de la coalición en la que trabaja la campaña de Harris en su intento de derrotar al republicano Donald Trump el próximo mes de noviembre. Ha echado mano de las mayores estrellas del partido, líderes que van desde la izquierda extrema a figuras centristas, e incluso de algunos republicanos para impulsar su campaña.
Y aunque el tema de la velada fue “una visión osada para el futuro de Estados Unidos”, las distintas facciones de la coalición de Harris dejaron en claro, por sobre todas las cosas, que están conectadas por un profundo deseo de evitar un segundo mandato de Trump.