La escritora de origen mexicano Julissa Arce echa mano de su lucha por encajar en Estados Unidos y “sonar como una chica blanca” para cuestionar en su nuevo libro el proceso de asimilación que se exige a los inmigrantes como ella porque, según dijo a Efe, “tiene un costo muy caro” al alejarlos de su propia cultura.
En su tercer libro, «You Sound Like a White Girl: The Case For Rejecting Assimilation” (Suenas Como una Chica Blanca: El Caso en Favor de Rechazar la Asimilación), Arce, escudriña su propio proceso de adaptación a la cultura estadounidense para descubrir que ese esfuerzo no le sirvió para encontrar su “sentido de pertenencia” a su país adoptivo. “Siempre estamos buscando (como inmigrantes) pertenecer a esta sociedad estadounidense, pero la asimilación no nos da eso”, explica la escritora, de 38 años, en conversación con Efe.
“La asimilación nos hace tener miedo de nuestra propia cultura y de quiénes somos en realidad”, añade.
Desde que dio a conocer la historia de cómo llegó a ser una gran ejecutiva de Wall Street siendo indocumentada, la autora se ha convertido en una importante voz que visibiliza las frustraciones que los latinos experimentan para ser aceptados en la sociedad estadounidense.
La lucha como inmigrante, que fue el motor de sus libros «Entre las Sombras del Sueño Americano” y «Alguien Como Yo”, le ha servido de hilo conductor en su nueva obra para derrumbar varios mitos.
“LA MENTIRA DEL INGLÉS”
Arce, que llegó siendo niña a Estados Unidos, lamenta que en su proceso de asimilación perdió su capacidad de hablar español con fluidez por creer en “la mentira del inglés”, una idea que define como la supuesta obligación de hablar inglés como los anglosajones.
Confiesa que cayó en la “trampa” porque eliminó su acento y habló inglés como los blancos para no sentirse rechazada. Pero esto finalmente le pasó factura.
“La asimilación tiene el costo de separarnos no nada más de nuestra lengua sino también de nuestras propias madres, porque muchas veces aprendemos inglés y ellas no, y comunicarnos con ellas se hace más difícil” reflexiona.
Agrega que varias generaciones de inmigrantes latinos perdieron la oportunidad de aprender el idioma de sus ancestros por miedo a ser señalados. Menciona al respecto la segregación de los mexicanos en las escuelas de California y el oeste de Estados Unidos, que obligaba a los niños latinos a estudiar en escuelas separadas con menos recursos y alejados de los blancos.
HACER LAS COSAS BIEN
La también activista admite que en el camino que la llevó de su natal Taxco (estado mexicano de Guerrero) a vivir en San Antonio (Texas) y luego a Wall Street, donde se convirtió en ejecutiva, se sumió en esta carrera por seguir los modelos “errados” de lo que es ser estadounidense.
Recuerda que uno de sus compañeros de preparatoria le dijo que se oía “como una chica blanca”, descripción que le inspiró el título de su nuevo libro pero que no evitó que un día en un restaurante en Wall Street la confundieran con una mesera.
“Creo que pensaban que una latina no podía estar como clienta en ese restaurante”, comenta.
Esa experiencia le sirve a Arce para hablar sobre las desventajas que enfrentan las minorías para que se les reconozcan sus méritos. Afirma que por mucho que los latinos se esfuercen en hacer “las cosas de la manera correcta”, no recibirán el mismo trato de los blancos.
En su caso, recuerda que muchos pensaban que llegó a ser una alta ejecutiva de Wall Street “porque era la cuota” para minorías requerida en la compañía.
“LOS OTROS”
Parte del problema es que, según Arce, los latinos en Estados Unidos son considerados ciudadanos de segunda clase. “Somos ‘los otros’, los que venimos de otro lado”, sostiene.
Sin embargo, la autora cuestiona esa creencia de que los latinos son recién llegados poniendo de ejemplo las generaciones de hispanos asentadas en Texas, Nuevo México, Arizona y California antes de que estos territorios fueran anexados por Estados Unidos. “Los latinos estaban ahí antes que los anglosajones”, acota.
Por eso en su nuevo libro incluye y analiza eventos históricos como la Anexión de Texas de 1845 y el Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, por el que México cedió más de la mitad de su territorio a Estados Unidos.
También presenta historias de activistas como los que lucharon por no dejar en el olvido la muerte de José “Joe” Campos Torres, asesinado por policías de Houston, Texas, en 1977.
“Nos podemos inspirar en la belleza que existe en nuestra comunidad, en nuestras luchas, en nosotros mismos, sin tener que cambiar nada, sin querer parecernos a los blancos”, insiste.
En opinión de Arce, esta deconstrucción también permitirá a las comunidades entender cómo los políticos usan a los indocumentados en “tácticas de campaña” para crear miedo.
«Me gustaría poder hablar con la gente y decirles la verdad, contarles todas las estrategias que hay detrás de esto», indica.
Por eso dice que los hispanos en Estados Unidos «debemos reclamar quedarnos con nuestra lengua, con nuestra cultura».