Estudiantes se suman a mujeres indígenas en una marcha en apoyo a las protestas y el paro nacional contra el gobierno del presidente Guillermo Lasso, a las afueras de la Universidad de Central, en Quito Ecuador, el 25 de junio de 2022. (Foto: VOA)

Pese a los avances, activistas reclaman que el Día Internacional de la Mujer sea más que un festejo con «rosas» y «chocolates», y se asuma como lo que es: una jornada para visibilizar las «violencias normalizadas» y reivindicar derechos en entredicho en Latinoamérica y otras partes del mundo.

Miami, EE. UU. El 8 de marzo, elegido como el Día Internacional de la Mujer por las Naciones Unidas, debería despojarse de su barniz superficial como una jornada donde se «felicita» y se regalan «rosas y chocolates», para dedicarla a resaltar la lucha por derechos básicos que aún no están garantizados, afirman activistas latinoamericanas.

Este miércoles, cientos de miles de personas participarán en actos y concentraciones en todo el mundo para conmemorar la efeméride. La región y el planeta son testigos de avacances significativos, sin embargo todavía hay tabajo por hacer. Así lo reconoció el lunes el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres: «[Los avances logrados durante décadas se están desvaneciendo porque] “el patriarcado contraataca”.

Activistas consultadas por la Voz de América ofrecieron sus visiones.

«El 8 de marzo no hay nada que celebrar y sí mucho que conmemorar, mucho que visibilizar, y cuando digo visibilizar estoy hablando sobre la realidad de lo que significa ser mujer», dijo a la ecuatoriana Tamara Idrobo.

La psicóloga y activista feminista por más de dos décadas, considera que «a las mujeres el 8 marzo nos felicitan por ser el hecho de ser mujeres, se entregan rosas, chocolates, pero no hay esa concientización y visibilidad. Ser mujer en América Latina es sinónimo de estar expuesta a violencias normalizadas», afirmó.

Para Idrobo, la «realidad» a la que se exponen las niñas, adolescentes, mujeres y mujeres trans en Latinoamérica es tener que caminar las calles «con miedo» a ser atacadas, a «recibir acosos callejeros o a ser violadas».

«El 8 de marzo es un día de conmemoración y reivindicación de luchas, pero no para felicitar a las mujeres sino para sumarse a las luchas, de hacer eco de lo que todavía nos queda a las mujeres alrededor del mundo, el derecho a ser reconocidas como ciudadanas de derechos, incluso aquellos que nos son vistos como tal, como es el derecho al aborto», enfatizó.

La miembro del Colectivo Destino Feminista mencionó la ola de violencia contra la mujer en la región y recordó como en su país de origen, Ecuador, el 2022 fue un año mortal para las mujeres. En ese periodo se registraron 332 muertes violentas, de ellas 189 feminicidios por delincuencia organizada. Esta la cifra más alta desde la tipificación de asesinato por razones de género en 2014.

Como promedio unas 12 mujeres mueren de forma violenta cada día en la región por razones de género según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, que registró al menos 4.473 femicidios o feminicidios 29 países y territorios del área en 2021.

Las mayores tasas de asesinatos a mujeres en América Latina se registraron en Honduras, República Dominicana, El Salvador, Bolivia y Brasil.

Menos flores, más apoyo

México es uno de los países más afectados por esta «epidemia en la sombra», exacerbada durante lo peor de la pandemia, en la que las víctimas de abusos quedaron a merced de sus maltratadores en los periodos de cuarentena.

El 70,1 % de las mujeres mayores de 15 años en México ha sufrido al menos una situación de violencia a lo largo de su vida, de acuerdo a cifras oficiales.

Aunque a pesar de que la Suprema Corte de Justicia mexicana despenalizó el aborto en 2021, procesos relacionados con interrupciones del embarazo se mantienen en un limbo y muchas mujeres guardan cárcel en espera de la resolución de sus casos, uno de los reclamos del movimiento feminista en el país.

Colectivos, organizaciones e instituciones mexicanas están llamando a «no celebrar» la fecha. «Que nos den menos flores y más apoyo. Es lo que necesitamos. El 8 de marzo se conmemora, no se festeja, si miramos la historia detrás de la fecha, a las luchas feministas de principios del siglo XX; no habría que explicarlo cada año», insistió a la VOA Adriana Núñez, una activista voluntaria mexicana que asegura saldrá a manifestarse este miércoles.

La organización feminista mexicana Luchadoras ha llamado a una marcha de apoyo al derecho de vivir una vida «plena, libre y con gozo».

«Veo al 8 de marzo como un momento de visibilidad de luchas de presencia y de movilización masiva alrededor del mundo, donde las mujeres nos apoderamos de las calles. Muchas de esas marchas en la región son lideradas y construidas desde los movimientos feministas para visibilizar demandas por el derecho al acceso al aborto seguro, los acosos y violencias», afirmó Idrobo.

¿Y si prohíben salir a manifestarse?

Este Día Internacional de la Mujer miles de mujeres, mujeres trans y aliados saldrán a manifestarse en decenas de ciudades por causas como el respeto a la vida, a la autonomía sobre sus cuerpos, los derechos de la comunidad LGTBIQ, a la remuneración de los trabajos de cuidado y domésticos, al aborto seguro, el reconocimiento a la contribución económica de las mujeres, entre otras.

Sin embargo, en países como Cuba, donde la llegada de la Internet ha ayudado a romper el silencio sobre la violencia sobre la mujer y promovido la aparición de plataformas como Yo Sí Te Creo en Cuba y la Red Femenina de Cuba, (RFC) creada en 2019 para «la divulgación de la formación, el talento, la capacidad de pensamiento y acción de la mujer cubana», detalló a la VOA su presidenta, Elena Larrinaga.

«El 8 de marzo es una fecha importante por lo que simbólicamente representa y porque además se ha convertido un movimiento integrador del concepto “mujer”. Entendemos, que aunque las mujeres reclamamos la equidad, la situación difiera mucho, dependiendo mucho de las peculiaridades de cada país. En el caso de Cuba extremadamente duras, difíciles e injustas», advirtió la activista, nacida en La Habana y exiliada en Madrid.

Entre los principales reclamos del movimiento feminista en la isla al gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel es la aprobación de una Ley de Género, una de las causas principales de la RFC.

En el país caribeño las manifestaciones públicas no están permitidas y el derecho a la reunión intensamente regulado. Aunque la Red Femenina Cubana pidió autorizaciones a los gobiernos de las ciudades de La Habana, Holguín y Santiago de Cuba «cumpliendo estrictamente la norma», sin embargo «el resultado es el que sabemos: negación y detenciones de las activistas», dijo Larrinaga.

«La Red forma parte de diferentes asociaciones de la mujer por el mundo. Nuestra presencia dentro de las mismas es una magnífica plataforma para dar a conocer esta realidad, y que las mujeres se solidaricen con nosotras. Si el mundo no conoce el problema, difícilmente podrá ayudarnos, y lo necesitamos ante la negativa del gobierno, no solo a aceptar el problema, sino que al negarlo se convierte también en el brazo ejecutor de toda esta violencia», precisó.

¿La solución de la organización? Una marcha virtual a la que podrán sumarse todas desde las redes sociales desde donde exigirán «políticas públicas transformadoras y con perspectiva de género». Desde la RFC llaman a que «si no podemos ocupar las calles, marchemos virtualmente este 8 de marzo».

«Las mujeres cubanas no podrán participar en el acontecimiento internacional de este día. Les ha sido prohibido manifestarse para reclamar sus legítimos derechos. Las mujeres cubanas sufren en Cuba la violencia institucional hoy que no les permite desarrollarse plenamente en sociedad. Estamos pidiendo al gobierno cubano una ley orgánica contra la violencia de género porque las mujeres tienen derecho a vivir sin violencia y el estado la obligación de defenderlo y de respetarlo».

Larrinaga reconoció que este es un problema recurrente, aunque «la diferencia está en la respuesta» de los gobiernos. «Cuba es el único país del hemisferio occidental que no contempla esta Ley de Género, por eso le pedimos a las mujeres del mundo que se solidaricen con nosotras», pidió.

«A las mujeres que están en Cuba, les decimos que nuestras compatriotas cubanas del exterior marcharemos por ellas en todas partes del mundo y en solidaridad con sus problemas», prometió la activista.

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