Filadelfia se prepara para concurrir a las urnas, en mayo para las primarias, y en noviembre para la elección del alcalde. Y, aunque el año apenas despunta, los aspirantes a llenar el cargo de alcalde ya están enfilando sus baterías para el gran debate ideológico y político que se avecina.
Los que se toman más a pecho su preparación intelectual, emocional y política para asumir la dirección de la ciudad, saben que deberán enfrentarse a desafíos muy grandes, por problemas que requieren de tratamiento urgente y soluciones profundas. Entre ellos, la necesidad de poner un alto a la crisis de violencia no solo en las calles, sino también en los hogares y las escuelas. En lo que va del año, entre las víctimas y victimarios, prevalecen menores de edad. La proliferación de las armas en una espiral de violencia y de muerte, deja cada año a decenas de familias enlutadas.
Por otro lado, está la epidemia de opioides y estupefacientes, que estira sus tentáculos afectando cada vez más a las comunidades racializadas. La crisis de los opioides va de la mano con la violencia de las armas de fuego, y no son ajenas al tercer tema apremiante: la crisis del sistema educativo. Esta tiene, a su vez, varios concomitantes o disparadores. Uno es el precario nivel de presupuesto, que tiene en pésimo estado a muchas escuelas; otro, la deserción constante de profesores y, otro más, la inestabilidad interna de muchos hogares, que hace que los niños enfrenten la tarea escolar arrastrando ya muchas fragilidades y heridas psicoafectivas.
Otro frente de retos son las dificultades económicas por la inflación, y el empleo mal pagado, que afectan principalmente a las minorías.
Efectivamente, la comunidad negra y latina son de los más afectados en todos los problemas de la ciudad. Qué decir de los afrolatinos que padecen aún más la inequidad, entre los ya de por sí discriminados.
En Filadelfia hubo 35 homicidios en el primer mes del año, y muchos más heridos de gravedad por armas de fuego y punzocortantes. Basta citar que en esta semana una nueva balacera se desató a la hora pico del tránsito vespertino en las escaleras de una estación SEPTA al noreste de la ciudad; y que también en las instalaciones de la empresa de transporte, un hispano, de 22 años, murió tras haber recibido múltiples cuchilladas en el pecho.
Del territorio en el que prevalece el espiral entre pobreza, adicciones, violencia, proviene la única candidata latina, María Quiñones-Sánchez, que dice estar cimentando su campaña en la promesa de formar un equipo profesional intachable, que pueda liderar con eficacia cada uno de los departamentos del gobierno de la ciudad, para desde allí, enfocarse primero en recuperar la seguridad. Maria cree que, con mayor entrenamiento, mejor equipamiento y con creatividad e innovación, se puede avanzar mucho en ese frente. Pero también promete luchar por la reforma al sistema de justicia para que sea más igualitaria; y avanzar en la igualdad laboral y salarial entre los empleados de la ciudad.
Los desafíos son muy grandes y los debates y las exposiciones en los foros, que se están organizando como parte de la coalición sostenida principalmente por Lenfest “Cada Voz, Cada Voto”, irán informando sobre las diversas visiones que tienen los numerosos candidatos, para solucionar los principales problemas de la ciudad. En Impacto queremos asegurarnos que se expresen específicamente sobre los que nos afectan, en especial a los hispanos y latinos. Por lo que pedimos la participación de nuestros lectores, también por medio de la participación en los múltiples foros, pues es también su responsabilidad como ciudadanos, el hacer oír su voz; el inscribirse y prepararse para votar, desde las elecciones primarias, para así asegurarse que a la elección final llegue el candidato más preparado y que mejor les convenza.
Que cada voz se traduzca efectivamente en un voto, y que nuestra comunidad latina en especial, logre vencer el estigma de que somos votantes indisciplinados e inconstantes. Al final, cada uno de nuestros votos es lo que hace la diferencia.