Cada ser humano es único y diferente, pero todos tenemos las mismas necesidades de alimentación, descanso y amor. Nuestra existencia está atada al amor, es la fuerza de la vida. El amor rompe barreras, mueve montañas, elimina el tiempo y la edad.
En el tema del amor hay mucha mitología; la griega comienza con la fábula de Venus, la Diosa del Amor, y cuenta que Venus nació de la espuma del mar y del agua. Los primeros creyentes de Venus la llamaron “La Estrella del Mar” y “La Reina del Placer”. Más tarde, los romanos la llamaron “La Madre del Pueblo Romano”. Según la mitología griega, Cupido nació del amor de la diosa Venus, y de ella heredó el poder del amor. En la Grecia antigua cautivó corazones bajo el nombre de Eros; hoy, su fama sigue aumentando bajo el nombre de Cupido, el nombre que lleva desde la época romana.
En el año 270, el emperador Claudio II prohibió que los jóvenes se casaran, porque decía que así tenían más energía para la guerra; pero un sacerdote llamado Valentín, desafió al emperador casando a los jóvenes en secreto; por lo que el César lo hizo decapitar. En época cercana murió también el obispo Valentín, de la ciudad de Interamna, que le había devuelto la vista a una joven ciega de quien se enamoró. Antes de ser ejecutado le dejó una tarjeta firmada “de tu Valentín”. En el año 494 el papa Gelasio I decretó el 14 de febrero como la fiesta de San Valentín. Se cree que ambos murieron por su fe durante las festividades dedicadas a la diosa romana Juno, protectora del matrimonio y la maternidad, y a Pan, el dios de la fertilidad, símbolo de la masculinidad y guardián de los agricultores.
A Cupido se le suele representar como un niño alado; con los ojos vendados, que porta un arco y flechas. Cuando alguien es “flechado” por el amor, queda “ciego”, y no ve otra cosa que el ser amado. Algo que no podemos olvidar es que Cupido igualmente nos puede robar el corazón, y muchas veces, destruirlo. Yo creo que no hay ser humano que pueda escapar el embrujo del amor. El amor es una necesidad, no se compra ni se puede obligar a darlo. Por amor sufrimos y nos sacrificamos, por amor también vivimos y superamos lo insuperable.
Hoy, en estos tiempos llenos de ansiedad, saturados de tecnología, y viviendo bajo una pandemia, nos preguntamos si Cupido sobrevivirá, y si seguirá cautivando la imaginación de los enamorados, como por lo ha hecho por cientos de años, que ha inspirado a poetas y escritores, que le han dedicado al menos un verso o dos a Venus y a Cupido.
Hay muchas clases de amor, el amor por nuestros padres, por nuestros hijos, por nuestra familia, por la comunidad, por la patria, el amor a Dios. Creo que nuestro ser no puede vivir sin amor.
“Amor, palabra que nos libera del peso y el dolor de la vida”, Sófocles, poeta trágico griego.
“En este mundo profundo de lágrimas y dolor, vencerá siempre el amor a las miserias del mundo…” Lola Rodríguez de Tió, poetiza puertorriqueña.