La educación en Estados Unidos tiene un problema importante, por lo que es fundamental que los ciudadanos se hagan conscientes cada día de lo que eso implica para el futuro de sus niños, de la economía y del país. El que muchos estados tengan un presupuesto educativo deficitario es un tema ya conocido; pero mientras se buscan y se discuten correctivos eficaces, se sigue ampliando la grieta que aleja a nuestros alumnos de los primeros rankings de competitividad mundial.
Es posible que parte de daño se le pueda atribuir a la gran polarización que tiene atascadas a nuestras instituciones, y que impide que se logre aprobar aumentos presupuestarios para enfrentar los ajustes necesarios; pero mientras el país se rezaga en inversión en el talento humano, otros países han mejorado sus indicadores en forma muy destacada en lo que va de este milenio.
De acuerdo con los reportes de las organizaciones internacionales, los estudiantes americanos se han quedado estancados en habilidades matemáticas desde el año 2003. Según el Programa de Evaluación Estudiantil de la OCDE, que evalúa estudiantes de 15 años en 80 países, Estados Unidos quedó en el puesto 30 en las últimas pruebas realizadas; muy por debajo de los 5 primeros, Singapur, Macao, Hong Kong, Taiwán y Japón. Lo mismo en las pruebas de Ciencia, donde Estados Unidos también quedó muy rezagado frente a los primeros cinco, Singapur, Macao, Estonia, Japón y Finlandia.
Las cosas no son diferentes por el lado de las pruebas PISA, que evalúan a los bachilleres del último año en competencia lectora, matemática y científica en los países de la OCDE. En las últimas pruebas realizadas, –la medición se realiza cada 3 años–, los países que ocuparon los primeros puestos fueron: 1, China; 2, Singapur; 3, Estonia; 4, Finlandia y 5, Japón.
¿Qué ha permitido que estos países hayan tomado la delantera en el éxito educativo? Seguramente una combinación de factores; pero a la base de todos ellos se encuentra la voluntad política por parte de sus líderes de invertir en la educación, pues saben que hacerlo es invertir en el futuro de la nación. Ahora bien, cada uno de estos países puede aprovechar fortalezas diferentes de su cultura, pero las ha sabido catalizar exitosamente hacia una mayor eficacia y rendimiento.
Un factor importante es comprender que el concepto de “sistema educativo” hecho de aulas, cursos estratificados, programas preestablecidos por nivel y profesores que transmiten esos programas, podría estarse quedando obsoleto, frente a aquellos países que asumen una perspectiva más integral; donde los docentes proveen a los estudiantes no solo herramientas cognitivas, sino también entornos de seguridad psicoemocional, espacios de creatividad y un microclima de emprendimiento y de oportunidades.
¿Cómo hizo China para desplazar a Singapur del primer lugar mundial en las últimas pruebas? según los expertos, han quitado presión a los estudiantes disminuyendo el número de exámenes y han propiciado el desarrollo humano como individuos emprendedores y creativos; en Japón, la cultura de la disciplina y el esfuerzo es muy valorada en los alumnos y es un detonador de aprobación social. Sin embargo, hay que abrir un paréntesis. Se ha visto como esa presión cuando llega a ser exagerada, puede llevar a la depresión por no cumplir con las expectativas. Durante el 2022, más de 21.000 suicidios se registraron en Japón. El número de suicidios había estado cayendo durante 10 años consecutivos hasta 2019, cuando se registraron un total de 20.169 suicidios.
Regresando a los sistemas que están demostrando ser más funcionales, en Canadá se da a las provincias autonomía para decidir sus políticas educativas y para preservar, por ejemplo, las lenguas nativas.
En Estonia se han reforzado mucho las habilidades lecto-idiomáticas y la resolución de problemas reales y prácticos en el aula; mientras que en Finlandia los profesores reciben un entrenamiento de altísima calidad y gozan de estatus y respeto social; condición que se ha erosionado mucho en los Estados Unidos y que lleva cada año a la deserción de miles de docentes.
Todo esto hace urgente la necesidad de un debate amplio, nacional y estatal sobre la necesidad de emprender transformaciones de fondo en el sistema; con decisiones que deben incluir una financiación más completa y justa; una intervención más profunda en el cuidado del ambiente socio-familiar y del entorno escolar de los niños; y una atención más integral y completa de los docentes, ya sea en cuanto a la formación, como en el cuidado de sus necesidades y aspiraciones personales, como piezas claves que son para el éxito del sistema.
Los maestros solían ser un referente como una de las nobles profesiones que producían mayor respeto y admiración. En la actualidad hay una crisis en el magisterio que obedece a varios factores.
Según un reciente informe elaborado por la Universidad Estatal de Pensilvania, la evidencia muestra abrumadoramente que los estudiantes que más necesitan maestros bien calificados son los que tienen menos probabilidades de estar inscritos en escuelas que brindan maestros calificados”, dijo el informe.
El Distrito Escolar de Filadelfia está buscando desesperadamente personal, pero se requiere un cierto tipo de maestros. ¿Qué se está dispuesto hacer?