Protestas del verano del 2020. (Foto: Perla Lara/Archivo)

Como todos los años, el Mes de la Herencia Hispana ha dado pie para que los hispanos de distintas nacionalidades adquieran visibilidad mediática, presentando su riqueza cultural, su música y folclor, el colorido de sus trajes ancestrales, arte y gastronomía en los alegóricos desfiles de independencia y los festivales musicales realizados por doquier. Todos ellos muestran que los latinos agregan un nivel de riqueza multicultural al país como pocas otras minorías lo hacen.

Pero más allá de la indudable contribución al universo artístico, gastronómico y cultural del país; en las pasadas 3 décadas los hispanos también se han posicionado notablemente en el mundo corporativo, en la academia, en la política, y cada vez contribuyen con una porción mayor al volumen total de la economía.

Un estudio de la Universidad Luterana de California encontró que la participación de las empresas y las comunidades latinas en la economía del país pasó de 1.7 billones en 2010 a 2.3 billones en 2017; la tercera mayor tasa de crecimiento entre las economías desarrolladas durante el mismo período. “Los latinos son y serán cada vez más una base fundamental de apoyo para la nueva economía estadounidense”, concluye el estudio.

Tampoco se debe olvidar la contribución hispana al crecimiento demográfico del país, en un momento en el que la procreatividad de las familias blancas ha caído a porcentajes negativos, mientras las minorías hispanas, negras y asiáticas son responsables por la mayor parte del aumento general. Según dados del censo del 2020, la población hispana de EE. UU. alcanzó los 62.1 millones, un aumento del 23 % con respecto a la década anterior, y muy superior al 7% de promedio del país. Los hispanos somos hoy día el 19% del total de la población.

Todos estos logros no deben hacer que se descuide el activismo y la lucha por obtener un mayor reconocimiento social y una mayor justicia distributiva. Estudios publicados por el Pew Center muestran que en algunas ciudades todavía es muy visible la segregación étnica en temas como vivienda y atención sanitaria de las comunidades hispanas y negras, en comparación con sus pares blancos.

En los próximos 30 años, cada vez más Estados Unidos verá más rostros y fenotipos hispanos extendiéndose por todo el territorio, pero esta mayor distribución demográfica deberá ir acompañada de un crecimiento en los niveles educativos y participación cívica de nuestra gente. De ello depende que una mayor representación de nuestros niños llegue mañana a la dirigencia científica, económica, y política del país, para así atender las desigualdades que afectan a los hispanos y latinos.

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